Pocas películas han sido capaces de contar tantas desgracias alrededor de la infancia (pobreza, marginación, delincuencia y prostitución juvenil, maltrato y mafías de niños, etc) y simular un cuento de hadas en las calles de Mumbai, con un final feliz que despierta una sonrisa y energía positiva. Hollywood y Bollywood se unen en una película indo-británica que arrasó en los Óscars de 2009: Slumdog Millionaire ("Perro callejero millonario" en su traducción literal) se alzó con 8 estatuillas, incluída la de mejor película, por delante de sus brillantes competidoras (entre ellas, El curioso caso de Benjamin Button de David Fincher y The reader de Stephen Daldry).
Los responsables de esta paradoja son dos prometedores británicos en el mundo del cine, el guionista Simon Beaufoy (responsable del guión en 1997 de la exitosa película Full Monty de Petter Cattaneo) y el director Danny Boyle (responsable en 1996 de la rompedora película Trainspotting). Dos británicos que saben transformar la novela "Q & A" ("¿Quién quiere ser millonario?" en español) del novelista y diplomático indio Vikas Swarup, en una película con tintes dickesianos sobre tres mosqueteros de la India (Jamal Malik, su hermano Salim y su novia Latika) y a través de tres edades de la infancia: 7, 13 y 18 años.
La película ronda alrededor del programa "¿Quién quiere ser millonario"? legendario en la India gracias a sus presentadores (las superestrellas bollywoodenses Amitabh Bachcha y Shah Ruhk Khan), versión casi especular del "50 por 15" en España (y nuestro Carlos Sobera). Cada pregunta del programa da pie a adecuados flasbacks, plenos de ritmo y emoción, una mezcla de sonrisas y lágrimas, en el que descubrimos el pasado como niño huérfano de Jamal Malik (acertado Dev Patel) y su historia de amor con Latika (bellísima Freida Pinto, otra prometedora combinación de modelo-actriz tan propio del cine de la India, con nombres que incluyen a Riya Sen, Bipasha Basu, Shilpa Shetty y, la más internacional, Aishwarya Rai, entre otras).
Pese al éxito de público y los muchos premios cosechados, la película no es perfecta (los detractores señalan que resulta artificiosa, inverosímil y efectista) y no estuvo exenta de polémica (en la India fue sometida a duras críticas y se le ha acusado de "pornografía de la pobreza"; muchos de los niños actores vivieron un sueño en la promoción y noche de los Óscars, pero la realidad les devolvió a la cruda realidad). Sea como sea, creo que estas debilidades de la película se olvidan con el espléndido número musical de los créditos finales, con la vital y alegre canción Jai Ho, compuesta por A. R. Rahman, compositor de multitud de bandas sonoras del cine de Bollywood (y uno de los mayores vendedores musicales de la historia).
Slumdog Millionaire nos adentra en otras infancias, infancias desfavorecidas. Ya iniciamos esta serie del blog con una entrada que comentaba este tema. Desgracidamente tendremos oportunidad de hablar de otras películas con este mismo argumento.
La película ronda alrededor del programa "¿Quién quiere ser millonario"? legendario en la India gracias a sus presentadores (las superestrellas bollywoodenses Amitabh Bachcha y Shah Ruhk Khan), versión casi especular del "50 por 15" en España (y nuestro Carlos Sobera). Cada pregunta del programa da pie a adecuados flasbacks, plenos de ritmo y emoción, una mezcla de sonrisas y lágrimas, en el que descubrimos el pasado como niño huérfano de Jamal Malik (acertado Dev Patel) y su historia de amor con Latika (bellísima Freida Pinto, otra prometedora combinación de modelo-actriz tan propio del cine de la India, con nombres que incluyen a Riya Sen, Bipasha Basu, Shilpa Shetty y, la más internacional, Aishwarya Rai, entre otras).
Pese al éxito de público y los muchos premios cosechados, la película no es perfecta (los detractores señalan que resulta artificiosa, inverosímil y efectista) y no estuvo exenta de polémica (en la India fue sometida a duras críticas y se le ha acusado de "pornografía de la pobreza"; muchos de los niños actores vivieron un sueño en la promoción y noche de los Óscars, pero la realidad les devolvió a la cruda realidad). Sea como sea, creo que estas debilidades de la película se olvidan con el espléndido número musical de los créditos finales, con la vital y alegre canción Jai Ho, compuesta por A. R. Rahman, compositor de multitud de bandas sonoras del cine de Bollywood (y uno de los mayores vendedores musicales de la historia).
Slumdog Millionaire nos adentra en otras infancias, infancias desfavorecidas. Ya iniciamos esta serie del blog con una entrada que comentaba este tema. Desgracidamente tendremos oportunidad de hablar de otras películas con este mismo argumento.
De momento quedémonos con la esperanza de un futuro que siempre puede ser mejor para los niños de India... y para los de todo el mundo. Y celebremos esta esperanza al ritmo de Jai Ho !!.
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