El cine sueco es conocido principalmente por su meditación intensamente personal de la condición humana. Muchas cosas han cambiado desde que Ingmar Bergman captó la angustia humana en celuloide. Actualmente, una nueva generación de directores está dejando su impronta: Josef Fares (Zozo, 2005; Leo, 2008), Maria Blom (Nina Frisk, 2007), Roy Andersson (Canciones del segundo piso, 2000; Tú que estás vivo, 2008), Jan Troell (Los momentos eternos de Maria Larsson, 2008). Pero es Lukas Moodysson uno de los exponentes más destacados y audaces del actual cine sueco. Sus películas capturan y, al tiempo, enfurecen al público.
Fucking Amal (1998) relata la historia de Agnes (16 años) y Elin (14 años), alumnas de secundario en el insignificante pueblo sueco de Åmål. Es el primer largometraje de Lukas Moodysson, que irrumpió con fuerza en el panorama cinematográfico con esta película de bajo presupuesto y temática lésbica (aunque en la película no hay ninguna escena de sexo); y que fue ganadora de cuatro Escarabajos Dorados en los Premios Suecos de Cine en 1999. En general, el título Fucking Åmål se consideró polémico fuera de Suecia; por ello fue distribuido en los países angloparlantes como Show Me Love, que es además el nombre del tema principal de la banda sonora, del también polémico grupo ruso t.A.T.u.
Moodysson demuestra una gran madurez al abordar el tema de la homosexualidad en la adolescencia, en el que para muchos es el momento de su vida en el que más perdidos se sienten. Descubrir tus preferencias sexuales en esa etapa y hacerlo contra los fuertes prejuicios de un pueblo pequeño puede llegar a ser muy traumático. La película recibió muy buenas críticas a nivel internacional, incluyendo la del director Ingmar Bergman: "la primera obra maestra de un joven maestro". Las magistrales actuaciones de las dos chicas protagonistas también sorprendieron gratamente a los críticos, teniendo en cuenta que ambas poseían escasa experiencia previa.
Fucking Amal (1998) relata la historia de Agnes (16 años) y Elin (14 años), alumnas de secundario en el insignificante pueblo sueco de Åmål. Es el primer largometraje de Lukas Moodysson, que irrumpió con fuerza en el panorama cinematográfico con esta película de bajo presupuesto y temática lésbica (aunque en la película no hay ninguna escena de sexo); y que fue ganadora de cuatro Escarabajos Dorados en los Premios Suecos de Cine en 1999. En general, el título Fucking Åmål se consideró polémico fuera de Suecia; por ello fue distribuido en los países angloparlantes como Show Me Love, que es además el nombre del tema principal de la banda sonora, del también polémico grupo ruso t.A.T.u.
Moodysson demuestra una gran madurez al abordar el tema de la homosexualidad en la adolescencia, en el que para muchos es el momento de su vida en el que más perdidos se sienten. Descubrir tus preferencias sexuales en esa etapa y hacerlo contra los fuertes prejuicios de un pueblo pequeño puede llegar a ser muy traumático. La película recibió muy buenas críticas a nivel internacional, incluyendo la del director Ingmar Bergman: "la primera obra maestra de un joven maestro". Las magistrales actuaciones de las dos chicas protagonistas también sorprendieron gratamente a los críticos, teniendo en cuenta que ambas poseían escasa experiencia previa.
Lilja 4-Ever (2002) narra la trágica vida de una adolescente rusa de 16 años (una fantástica Oksana Akinshina) que vive en un olvidado suburbio de una innombrada ciudad de la antigua Unión Soviética y que es abandonada por su madre y obligada a prostituirse en Suecia. Duro film que indaga en un tema desgraciadamente actual y terrible: el de las jóvenes que, obligadas a prostituirse para poder vivir, caen presa de las mafias que las utilizan como esclavas sexuales. La película aún es utilizada por la policía, las autoridades y organizaciones de derechos humanos como amonestación en la lucha contra el tráfico de seres humanos. Una obra dura, pero casi una obra de arte para algunos, que nos muestra, tras una bella amistad, una denuncia por todos los niños que han sido explotados sexualmente. Y el hecho de que esté basada en una historia real, consigue que se nos haga un triple nudo en la garganta.
Mamut (2009): su última película, aún en cartelera, es un drama familiar que explora las relaciones entre padres e hijos y las contradicciones entre diferentes sociedades y valores. Un ritmo de vida frenético de los padres, con gran éxito laboral: él (Gael García Bernal) entre los negocios, la Bluckberry, MySpace, Skype, etc; ella (Michelle Williams) entre el busca y el estrés de las guardias de cirugía general y el insomnio. Todo huele a infelicidad: el ritmo de la vida no consigue sentir que uno hace lo que debe hacer. Y menos en la atención de los hijos. Maternidades intercambiadas alrededor del mundo: la hija del matrimonio en USA es atendida por una señora filipina, mientras en Filipinas sus hijos son atendidos por la abuela; y en Tailandia una joven prostituta llora por el recuerdo de su pequeño hijo abandonado.
En este drama, Moodysson reflexiona sobre la vida de las personas en el mundo occidental, que gira en torno a la necesidad natural de todo ser humano de recibir cariño en un entorno caótico y desordenado. Diferentes acontecimientos que se sucederán a lo largo de la cinta afectarán en mayor o menor medida a la vida de los protagonistas, quienes tendrán que decidir si quieren experimentar un cambio en sus vidas.
Lukas Moodysson, quizá el cineasta más internacional del actual cine sueco, irrumpe en el panorama cinematográfico con temas sobre la infancia y adolescencia duros y fríos, como el frío invierno de Suecia.
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