El best seller de la autora estadounidense Susanna Kaysen titulado “Girl Interrupted” narra sus experiencias como adolescente de 17 años que es ingresada a finales de los sesenta en un hospital psiquiátrico por un intento de autolisis con una sobredosis de aspirinas. El libro ve la luz en 1993 y, en 1999, fue adaptado al cine por James Mangold con el título de Inocencia interrumpida: la historia de varias adolescentes con patología psiquiátrica de distinta índole y que, paradojas del destino, se convirtió en un especie de premonición para algunas de sus protagonistas.
Susanna Kaysen, autora del libro autobiográfico, también participó en la gestión del proyecto como productora asociada. En la película se narran los 18 meses de su estancia en el Hospital Claymoore, en donde Susanna (Winona Ryder) es diagnostica de trastorno límite de personalidad. Allí conocerá a un grupo de chicas inadaptadas que le ayudarán a restablecer el equilibrio y a ver el mundo de forma distinta: Lisa (Angelina Jolie; diagnóstico: drogadicta y sociópata), Daisy (Brittany Murphy; diagnóstico: adicta a los laxantes y al pollo, trastornada por la relación incestuosa con su padre), Polly (diagnóstico: esquizofrenia; sufre un enorme complejo por las cicatrices en la cara tras prenderse fuego), Torrey (diagnóstico: promiscua y drogadicta, anoréxica), etc. Winona Ryder fue la protagonista, productora y máxima responsable del proceso de adaptación del libro a la gran pantalla. Pero pese a que la cinta estaba orquestada para el lucimiento de Winona, terminaría siendo la entonces poco conocida Angelina Jolie quien se llevaría el gato al agua al ganar el Oscar a la mejor actriz secundaria por su interpretación de una joven rebelde y desequilibrada.
Hay películas tocadas por la casualidad o la mala fortuna. Uno de los ejemplos clásicos que todos recordamos fue Vidas rebeldes (John Huston, 1961) y el devenir de sus tres actores: fue la última película de Clark Gable (quien presentó un ataque cardíaco a los dos días de finalizar la película y murió una semana después) y de Marilyn Monroe (quien falleció por una sobredosis de barbitúricos un año después), así como el ocaso de Montgomery Clift (fallecido también en circunstancias no esclarecidas 5 años después). Algo similar encontramos con las actrices principales de Inocencia interrumpida: Winona Ryder, Angelina Jolie y Brittany Murphy. Como si el papel que les tocó interpretar en la pantalla tuviera una cierta continuación en sus vidas reales.
Wynona Ryder tenía una trayectoria espectacular, que incluía dos nominaciones al Oscar: como mejor actriz principal por Mujercitas (Gillian Armstrong, 1994) y mejor actriz de reparto por La edad de la inocencia (Martin Scorsese, 1993). Pero todo cambió a finales de 2001, el día que fue acusada de robar en una tienda de Beverly Hills, así como de usar drogas ilegales. Fue sentenciada a tres años de libertad condicional, con orden de que asistiera a un tratamiento psicológico. Desde entonces, casi no ha tenido participación en grandes producciones.
Angelina Jolie es una de las actrices más sexys del panorama actual (sirva como ejemplo su recreación de la heroína de videojuegos Lara Croft), pero ha demostrado que se puede ser bella y gran actriz. El Óscar a mejor actriz de reparto por esta película lo atesora y se confirmó con su candidatura a mejor actriz principal en El intercambio (Clint Eastwood, 2008), merecido galardón arrebatado in extremis por la enorme Kate Winslet en The Reader (Stephen Daldry, 2008). Pero antes de la calma estuvo la tempestad: una infancia con baja autoestima, marcada por la separación de los padres; una adolescencia extremadamente rebelde, marcada por una mala relación insalvable con su padre, el actor Jon Voight; una juventud con distintos amores (con provocada bisexualidad) hasta llegar a formar con Brad Pitt la pareja-guapa-de-Hollywood por excelencia y con un hiperfamilia (propia y adoptada), amén de su filantropía y de ser embajadora de ACNUR.
Y, finalmente, Brittany Murphy, prometedora actriz (recordamos especialmente su papel en Sin City de Robert Rodríguez, Frank Miller y Quentin Tarantino, 2005) que falleció hace un año en extrañas circunstancias tras sufrir un paro cardiaco.
Inocencia interrumpida se asimila a la copia en negativo de Alguien voló sobre el nido del cuco (Milos Forman, 1975). Pero mientras en esta última los personajes (liderados por un Jack Nicholson en su salsa) son adultos con patología psiquiátrica con utopías de libertad y crítica del poder establecido, en Inocencia interrumpida los personajes son adolescentes con patología psiquiátrica con un cierto conformismo y aceptación de la realidad. Pero la atención a la salud mental infantojuvenil no puede basarse en el conformismo de la realidad actual.
Aunque finalmente ha llegado la buena noticia de que la especialidad de Psiquiatría Infantojuvenil será una realidad en breve en España, lo cierto es que en la Unión Europea, de los 25 países que la conforman, solamente España, Rumanía y Letonia carecen de esta especialidad. En el resto de Europa es un área con formación autónoma y específica en niños y adolescentes hasta los 18 o los 21 años. Las cifras son muy concluyentes para que esto sea pronto una realidad:
- La tasa de prevalencia de alguna enfermedad mental en niños y adolescentes se sitúa entre el 15 y el 20% de la población infantojuvenil. El campo de la Psiquiatría Infantojuvenil abarca los trastornos del desarrollo (retraso mental, trastornos del espectro autista, trastornos del aprendizaje), trastornos psicóticos (esquizofrenia, trastorno bipolar), trastornos del estado de ánimo (depresiones), trastorno por déficit de atención y de conducta (comportamiento perturbador, trastorno antisocial), trastornos de ansiedad (trastornos obsesivos-compulsivos, fobias, estrés postraumático infantil, mutismo selectivo), trastornos que afectan a la función somática (tics, encopresis, trastornos del sueño), trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia), trastornos de la personalidad, trastornos de la identidad sexual, etc.
-Se considera que el 80% de los trastornos mentales de los adultos tuvo su comienzo antes de los 18 años. Se confirma la presencia de desigualdades sociales en salud mental infantil. El desarrollo de una buena asistencia en salud mental infantojuvenil propiciaría una sociedad con más capacidad preventiva de los trastornos mentales.
La patología psiquiátrica es una realidad en la infancia (y, especialmente, en la adolescencia). Solamente cuando este problema llama a nuestra puerta e interrumpe la inocencia de unos de nuestros hijos, sentimos la soledad del corredor de fondo. Las Unidades de Salud Mental Infantil están sobrecargadas de trabajo y no suelen disponer de suficiente número de profesionales con especial formación y sensibilidad en esta problemática que el cine proyecta sobre el nido del cuco.
Susanna Kaysen, autora del libro autobiográfico, también participó en la gestión del proyecto como productora asociada. En la película se narran los 18 meses de su estancia en el Hospital Claymoore, en donde Susanna (Winona Ryder) es diagnostica de trastorno límite de personalidad. Allí conocerá a un grupo de chicas inadaptadas que le ayudarán a restablecer el equilibrio y a ver el mundo de forma distinta: Lisa (Angelina Jolie; diagnóstico: drogadicta y sociópata), Daisy (Brittany Murphy; diagnóstico: adicta a los laxantes y al pollo, trastornada por la relación incestuosa con su padre), Polly (diagnóstico: esquizofrenia; sufre un enorme complejo por las cicatrices en la cara tras prenderse fuego), Torrey (diagnóstico: promiscua y drogadicta, anoréxica), etc. Winona Ryder fue la protagonista, productora y máxima responsable del proceso de adaptación del libro a la gran pantalla. Pero pese a que la cinta estaba orquestada para el lucimiento de Winona, terminaría siendo la entonces poco conocida Angelina Jolie quien se llevaría el gato al agua al ganar el Oscar a la mejor actriz secundaria por su interpretación de una joven rebelde y desequilibrada.
Hay películas tocadas por la casualidad o la mala fortuna. Uno de los ejemplos clásicos que todos recordamos fue Vidas rebeldes (John Huston, 1961) y el devenir de sus tres actores: fue la última película de Clark Gable (quien presentó un ataque cardíaco a los dos días de finalizar la película y murió una semana después) y de Marilyn Monroe (quien falleció por una sobredosis de barbitúricos un año después), así como el ocaso de Montgomery Clift (fallecido también en circunstancias no esclarecidas 5 años después). Algo similar encontramos con las actrices principales de Inocencia interrumpida: Winona Ryder, Angelina Jolie y Brittany Murphy. Como si el papel que les tocó interpretar en la pantalla tuviera una cierta continuación en sus vidas reales.
Wynona Ryder tenía una trayectoria espectacular, que incluía dos nominaciones al Oscar: como mejor actriz principal por Mujercitas (Gillian Armstrong, 1994) y mejor actriz de reparto por La edad de la inocencia (Martin Scorsese, 1993). Pero todo cambió a finales de 2001, el día que fue acusada de robar en una tienda de Beverly Hills, así como de usar drogas ilegales. Fue sentenciada a tres años de libertad condicional, con orden de que asistiera a un tratamiento psicológico. Desde entonces, casi no ha tenido participación en grandes producciones.
Angelina Jolie es una de las actrices más sexys del panorama actual (sirva como ejemplo su recreación de la heroína de videojuegos Lara Croft), pero ha demostrado que se puede ser bella y gran actriz. El Óscar a mejor actriz de reparto por esta película lo atesora y se confirmó con su candidatura a mejor actriz principal en El intercambio (Clint Eastwood, 2008), merecido galardón arrebatado in extremis por la enorme Kate Winslet en The Reader (Stephen Daldry, 2008). Pero antes de la calma estuvo la tempestad: una infancia con baja autoestima, marcada por la separación de los padres; una adolescencia extremadamente rebelde, marcada por una mala relación insalvable con su padre, el actor Jon Voight; una juventud con distintos amores (con provocada bisexualidad) hasta llegar a formar con Brad Pitt la pareja-guapa-de-Hollywood por excelencia y con un hiperfamilia (propia y adoptada), amén de su filantropía y de ser embajadora de ACNUR.
Y, finalmente, Brittany Murphy, prometedora actriz (recordamos especialmente su papel en Sin City de Robert Rodríguez, Frank Miller y Quentin Tarantino, 2005) que falleció hace un año en extrañas circunstancias tras sufrir un paro cardiaco.
Inocencia interrumpida se asimila a la copia en negativo de Alguien voló sobre el nido del cuco (Milos Forman, 1975). Pero mientras en esta última los personajes (liderados por un Jack Nicholson en su salsa) son adultos con patología psiquiátrica con utopías de libertad y crítica del poder establecido, en Inocencia interrumpida los personajes son adolescentes con patología psiquiátrica con un cierto conformismo y aceptación de la realidad. Pero la atención a la salud mental infantojuvenil no puede basarse en el conformismo de la realidad actual.
Aunque finalmente ha llegado la buena noticia de que la especialidad de Psiquiatría Infantojuvenil será una realidad en breve en España, lo cierto es que en la Unión Europea, de los 25 países que la conforman, solamente España, Rumanía y Letonia carecen de esta especialidad. En el resto de Europa es un área con formación autónoma y específica en niños y adolescentes hasta los 18 o los 21 años. Las cifras son muy concluyentes para que esto sea pronto una realidad:
- La tasa de prevalencia de alguna enfermedad mental en niños y adolescentes se sitúa entre el 15 y el 20% de la población infantojuvenil. El campo de la Psiquiatría Infantojuvenil abarca los trastornos del desarrollo (retraso mental, trastornos del espectro autista, trastornos del aprendizaje), trastornos psicóticos (esquizofrenia, trastorno bipolar), trastornos del estado de ánimo (depresiones), trastorno por déficit de atención y de conducta (comportamiento perturbador, trastorno antisocial), trastornos de ansiedad (trastornos obsesivos-compulsivos, fobias, estrés postraumático infantil, mutismo selectivo), trastornos que afectan a la función somática (tics, encopresis, trastornos del sueño), trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia), trastornos de la personalidad, trastornos de la identidad sexual, etc.
-Se considera que el 80% de los trastornos mentales de los adultos tuvo su comienzo antes de los 18 años. Se confirma la presencia de desigualdades sociales en salud mental infantil. El desarrollo de una buena asistencia en salud mental infantojuvenil propiciaría una sociedad con más capacidad preventiva de los trastornos mentales.
La patología psiquiátrica es una realidad en la infancia (y, especialmente, en la adolescencia). Solamente cuando este problema llama a nuestra puerta e interrumpe la inocencia de unos de nuestros hijos, sentimos la soledad del corredor de fondo. Las Unidades de Salud Mental Infantil están sobrecargadas de trabajo y no suelen disponer de suficiente número de profesionales con especial formación y sensibilidad en esta problemática que el cine proyecta sobre el nido del cuco.
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