Innumerables películas se acercan a la Navidad, a los belenes, a los papanoeles, a los muñecos de nieve y abetos con luces, a la magia del fin de año y a los buenos deseos para el año nuevo. He aquí una pequeña selección de películas familiares para estas fechas en las que han dejado su impronta destacados dúos director-actor.
Ya hemos hablado del Cuento de Navidad (2005) producto del tándem entre el director Robert Zemeckis y Jim Carrey en el papel de Ebener Scrooge, un icono de estas fechas, y con quien celebramos nuestra anterior entrada del día de Navidad. Curiosamente la frase de Scrooge ("Bah, humbug!" traducido como “¡Bah, paparruchas!”) se usa también a menudo para expresar disgusto por las fiestas navideñas. Algo bastante común, pues estos días nos somete a demasiadas fiestas, demasiada familia, demasiados buenos sentimientos, demasiado edulcorado,… Nos gusta la llegada de estas fechas; pero a veces nos gusta más la vuelta a la normalidad. Ambos protagonistas repetirían por su cuenta en dos películas recomendables: Jim Carrey interpretando a otro personaje de un cuento infantil que también detesta la Navidad, El Grinch (2000), en este caso bajo la dirección de Ron Howard. Y Robert Zemeckis dirigiendo Polar Express (2004), en esta ocasión con Tom Hanks como conductor del tren mágico que llevará al Niño Héroe a llegar al Polo Norte a conocer a Santa Claus.
Ya hemos hablado del Cuento de Navidad (2005) producto del tándem entre el director Robert Zemeckis y Jim Carrey en el papel de Ebener Scrooge, un icono de estas fechas, y con quien celebramos nuestra anterior entrada del día de Navidad. Curiosamente la frase de Scrooge ("Bah, humbug!" traducido como “¡Bah, paparruchas!”) se usa también a menudo para expresar disgusto por las fiestas navideñas. Algo bastante común, pues estos días nos somete a demasiadas fiestas, demasiada familia, demasiados buenos sentimientos, demasiado edulcorado,… Nos gusta la llegada de estas fechas; pero a veces nos gusta más la vuelta a la normalidad. Ambos protagonistas repetirían por su cuenta en dos películas recomendables: Jim Carrey interpretando a otro personaje de un cuento infantil que también detesta la Navidad, El Grinch (2000), en este caso bajo la dirección de Ron Howard. Y Robert Zemeckis dirigiendo Polar Express (2004), en esta ocasión con Tom Hanks como conductor del tren mágico que llevará al Niño Héroe a llegar al Polo Norte a conocer a Santa Claus.
Pero una de las parejas director-actor más persistentes en la historia del cine (tal para cual, ambos con un toque de genialidad e histrionismo) es la constituida por Tim Burton y Johnny Deep. Una unión que ya abarca dos décadas hasta la última versión de Alicia en el País de las Maravillas (2010), pasando por Ed Wood (1994), Sleepy Hollow: La leyenda del Jinete sin Cabeza (1999), Charlie y la fábrica de chocolate (2005) y Sweeney Todd (2008). Pero esa colaboración se inició en el año 1990 con la imaginación y la magia de Eduardo Manostijeras, una de las películas preferidas en los rankings sobre el tema de la Navidad. Con la historia que relata una anciana a su nieta conoceremos el secreto por el que nieva en Navidad, trasportándonos al clásico mito de la historia de amor entre la bella y la bestia. Es habitual en esta película el comentario de que el personaje de ficción de Eduardo posee rasgos de síndrome de Asperger, los mismos rasgos que parece achacarse a Tim Burton, por lo que esta afección no la trata como una enfermedad, sino más bien un don, el don de ver el mundo bajo otra perspectiva. También Tim Burton ambientó en Navidad una de las mejores secuelas de un murciélago superhéroe: fue en Batman vuelve (1992). Y al propio Tim Burton se le debe la idea y la producción de una película de animación que se ha convertido en una obra de culto: Pesadilla antes de Navidad, cuyo argumento gira en torno al rey de la ciudad de Halloween y sus intenciones por convertirse en un benévolo Santa Claus, y que fue finalmente dirigida por Henry Selick (1993).
Jon Favreau y Will Ferrell nos presentan la historia de Elf (2003), un niño que se mete en el saco de Papá Noel y es criado por error como un elfo en el Polo Norte. Y ahora la pregunta: ¿por qué personajes típicos de estas fiestas de Navidad se concentran en protagonistas tan excesivos como Will Ferrer, Jim Carrey o Johnny Deep?. Y hay más excesos, como el del dúo Chris Columbus y Macaulay Culkin, que nos dejaron dos comedias de niños (y adultos) en las dos primeras partes de Sólo en casa (1990 y 1992), en donde el pequeño Kevin McCallister es abandonado sin querer en Navidad por su familia numerosa, en la primera parte en Chicago y en la segunda en Nueva York.
Pero no seremos políticamente incorrectos y volvemos nuestra mirada a Milagro en la ciudad (1994), tal vez la mejor película sobre Santa Claus y reflejo del llamado espíritu navideño, producto de la colaboración entre Les Mayfielt y Richard Attenborough, adaptación de la película dirigida por George Seaton en 1947 Miracle on 34th Street.
Muchas películas clásicas se han ambientado alrededor de la Navidad, pero destacamos dos pequeñas obras de arte, una estadounidense del año 1960 (El apartamento, gracias a la magia entre Billy Wilder y Jack Lemmon) y otra española del año 1961 (Plácido, producto de la magia entre Luis García Berlanga y Cassen). Pero el dúo clásico por antonomasia, y que pervive pese al paso del tiempo como una de las películas preferidas de estas fechas, es el formado por Frank Capra y James Stewart en Qué bello es vivir (1946). Han pasado más de 60 años y este clásico ha conseguido que George Bailey, su ángel de segunda clase y el pueblo de Belford Falls se conviertan en la historia que más se ha emitido en las televisiones de todo el mundo por estas fechas.
Hoy comienza un nuevo año. Nada mejor que dejaros las escenas finales de dos obras de arte (Qué bello es vivir y Eduardo Manostijeras), cada una en su estilo, ambas apoteosis de buenos sentimientos. Todos estos buenos sentimientos y más para celebrar la llegada de un nuevo año, un año que puede ser algo mejor si mezclamos el corazón de George Bailey y la magia de Eduardo Manostijeras. ¡¡¡ Feliz 2011 !!!
Muchas películas clásicas se han ambientado alrededor de la Navidad, pero destacamos dos pequeñas obras de arte, una estadounidense del año 1960 (El apartamento, gracias a la magia entre Billy Wilder y Jack Lemmon) y otra española del año 1961 (Plácido, producto de la magia entre Luis García Berlanga y Cassen). Pero el dúo clásico por antonomasia, y que pervive pese al paso del tiempo como una de las películas preferidas de estas fechas, es el formado por Frank Capra y James Stewart en Qué bello es vivir (1946). Han pasado más de 60 años y este clásico ha conseguido que George Bailey, su ángel de segunda clase y el pueblo de Belford Falls se conviertan en la historia que más se ha emitido en las televisiones de todo el mundo por estas fechas.
Hoy comienza un nuevo año. Nada mejor que dejaros las escenas finales de dos obras de arte (Qué bello es vivir y Eduardo Manostijeras), cada una en su estilo, ambas apoteosis de buenos sentimientos. Todos estos buenos sentimientos y más para celebrar la llegada de un nuevo año, un año que puede ser algo mejor si mezclamos el corazón de George Bailey y la magia de Eduardo Manostijeras. ¡¡¡ Feliz 2011 !!!
2 comentarios:
De Eduardo Manostijeras merece la pena recordar también el comienzo, donde un grande como Vincent Price hace su último papel en el cine.
Cierto, Tim Burton era un fan de Vicent Price y esta película fue una especie de homenaje a su persona y a sus personajes.
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