Ron Jones, un profesor de historia en el Cubberley High School de Palo Alto (California) llevó a cabo en 1967 un experimento con sus alumnos: quería demostrar que, incluso las sociedades libres y abiertas, no son inmunes al atractivo de ideologías autoritarias y dictatoriales, lo que explicaría que en la primera mitad del siglo XX el Partido Nazi exterminara a millones de judíos. Convenció a sus estudiantes de que el movimiento eliminaría la democracia, y Jones hizo hincapié en ello a través de su lema: "fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la unidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo".
Jones llamó al movimiento "Tercera Ola", debido a la noción popular de que la tercera de una serie de olas en el mar es siempre la más fuerte. Un experimento que evidencia la maleabilidad mental del ser humano y lo fácil que es manipular a las masas. En 1981, Todd Strasser (con el pseudónimo habitual de Morton Rhue) escribió una novela sobre el tema (titulada "La Ola"), que en el año 2000 fue adaptada a un musical ("The Wave - The Musical") y el año 2008 al cine (La Ola), por el poco conocido director alemán Dennis Gansel.
Durante un proyecto semanal, el profesor Rainer Wenger (magistral Jürgen Vogel, inspirado en el propio profesor Ron Jones) enseña a los estudiantes de su clase el tema de la autocracia como forma de gobierno. Los estudiantes se muestran escépticos ante la idea de que pudiera volver una dictadura como la del Tercer Reich en la Alemania de nuestros días y creen que ya no hay peligro de que el nacionalsocialismo vuelva a hacerse con el poder. La historia narra el transcurrir de los hechos en los sucesivos días de la semana y como “la ola” se aproxima con los sucesivos cambios que van surgiendo entre los alumnos:
- Montag: el grupo de la asignatura Autocracia tiene un comienzo complicado. Todos están más que hartos de discutir el fascismo, un tema perenne y agotador en las escuelas alemanas que solamente consigue enojar a la clase. En ese mismo momento, el profesor decide llevar a cabo un experimento con la clase. En primer lugar, necesitan a un líder, una figura de autoridad: será él mismo y ordena a los alumnos que le llamen Mr. Wieland y siempre deberán dirigirse a él de pie. De un momento a otro, impone a la clase la idea de “fuerza a través de la disciplina”, si bien algún alumno no lo ve claro.
-Dienstag: sorprendentemente, el profesor tiene ante sí una clase ordenada y de comportamiento impecable. A continuación ofrece el eslogan del día: “fuerza a través de la unidad”; así los alumnos con peores calificaciones son sentados al lado de otros alumnos con mejores resultados, ya que "si todos trabajamos juntos, seremos más fuertes." La clase acoge la sugerencia de introducir una indumentaria común, que refuerce esa unidad: será una camisa blanca.
- Mittwoch: se presentan sugerencias para dar un nombre al movimiento y sale elegida Die Welle (La Ola). La energía de La Ola comienza a extenderse por la clase, por el grupo de teatro y por el equipo de waterpolo. El espíritu de equipo aparece y el siguiente paso es diseñar un logo, crear una página web y un blog en MySpace. La Ola avanza con fuerza y el profesor Rainer lo llama "fuerza a través de la acción". Un lema que sus seguidores no tardan en hacer realidad: en una sola noche llenan las paredes de la cuidad con graffittis del logo.
- Donnerstag: La Ola se ha adueñado del instituto. Y ahora idean un saludo: un movimiento del brazo ondulante. Cuando se niega el acceso a la escuela a alumnos que no hagan el saludo, es cuando Rainer piensa que el experimento está descontrolado; y cuando un alumno aparece en su casa para ofrecerse como guardaespaldas, es cuando ya es consciente de que el experimento ha llegado demasiado lejos. Además, empieza a tener problemas con su mujer y con los demás profesores.
- Freitag: algunos miembros de la clase se rebelan contra La Ola. En un partido de waterpolo la situación se descontrola. Rainer se da cuenta de que todo ha ido demasiado lejos, pero ¿cómo pararla?. Para ello reúne a todos los alumnos en el salón de actos…
Hay películas que parten con ventaja porque el tema es atractivo, y porque el espectador se siente interpelado directamente en sus ideas y sentimientos. Dennis Gansel se atreve a mirar de frente al surgimiento de grupos neonazis, para cuestionarse si los hombres hemos aprendido alguna lección del pasado, o si la historia podría repetirse de nuevo. Estremecedora, provocadora e impactante, seguro que esta cinta generará polémica por poner el dedo en la llaga y apuntar con inteligencia hacia algunos de los factores (personales y sociológicos) que propician el surgimiento de esos movimientos racistas y cerrados en nuestra sociedad, sean movimientos ultras del deporte o movimientos políticos nacionalistas irracionales y separatistas. También nos alerta sobre el precipicio de cierta educación (o falta de educación) que pueden estar recibiendo las nuevas generaciones, poco humanística y de escasa valoración ética, explícitamente tecnológica y orientada al éxito personal. Sobre el valor de la educación en la infancia y adolescencia hemos dado buena cuenta en otras entradas (Cine y Pediatría 61 y 62). Y también podríamos establecer alguna conexión de esta película con los valores reflejados por Michael Haneke en La cinta blanca.
La Ola nos plantea un debate a medio camino entre la política, la sociología y la educación: alumnos con complejo de inferioridad, fomento del propio ego, carencias afectivas y éticas personales, superficialidad de la sociedad del confort… son hándicaps que se mezclan con la necesidad individual de pertenencia a un grupo y notar su apoyo, acompañada del ansia juvenil de dar cauce a los más altos ideales y seguir a un líder que marque el camino, con la dificultad para discernir la teoría y la práctica.
Realizada con vigor narrativo y frescura, La Ola se nos presenta como una película óptima para un largo coloquio posterior alrededor de un café y una profunda reflexión individual y social. La Ola se nos presenta como un experimento naZionalista en la educación de la juventud, aunque aparentemente se disfracen de conceptos positivos como "fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la unidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo".
Nos quedamos con las palabras del profesor Rainer: “Fascismo. Todos nos hemos considerado mejores, mejores que los demás. Y lo que es aún peor, hemos excluido de nuestro grupo a todos aquellos que no pensaban igual. Les hemos hecho daño...”. Se puede decir más alto, pero no más claro. La educación que mostremos a los niños y adolescentes es el futuro que labramos a las sociedades venideras. Prefiero la educación tolerante, plural y universal; rechazo la educación intolerante, exclusiva y exclusivista.
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