El árbol de la vida es la última película de Terrence Malik, sobre la que tuve oportunidad de realizar un comentario especial en el apartado Cine y Pediatría de este blog. El árbol de la vida es una película que no deja indiferente: o la amas (como mi caso) o la odias. Para gustos están hechos los colores (y también las películas), pero en este caso los gustos se demostraron francamente antagónicos: para algunos es una obra que se convertirá en película de culto con el paso del tiempo; para otros, un bodrio pretencioso que provocó en algunos cines (insólito, pero cierto) la devolución del precio de la entrada si te salías sin soportarla (tal es el revuelo que ocasionó).
Pues bien, hace poco más de 2 meses tuve la oportunidad de presentar, en la Reunión Anual del ECEMC, una ponencia sobre las posibilidades de aplicar la Web 2.0 al entorno médico de la genética y dismorfología clínica. El objetivo era analizar las fortalezas y debilidades de la Web social en la actualidad, así como las oportunidades (y también las amenazas) de su utilización en la divulgación de formación e información para profesionales, pacientes y familiares afectos de Enfermedades Raras.
La experiencia de la ponencia y las reacciones del auditorio (unas 80 personas, principalmente especialistas de Pediatría -adjuntos y residentes-, pero también de otras especialidades) fue un poco similar a la de la película comentada: la única diferencia es que no tuve que devolver el precio de la entrada, pero noté grandes adhesiones a la Web social y grandes rechazos, comentarios positivos y más de una crítica satírica.
Recientemente habíamos estudiado cómo buscan la información científica y cómo usan los recursos de la Web 2.0 los especialistas pediátricos: los cuatro recursos de la Web 2.0 más utilizados eran YouTube (73%), Facebook (43%) y Picasa (27%), pero con un carácter más de ocio que profesional; el resto de recursos de la Web 2.0 son prácticamente desconocidos para los encuestados, en donde destacábamos el escaso uso de Twitter y blogs. Y estas diferencias no diferían por la edad (con un punto de corte a los 35 años).
Sabíamos pues, que el uso profesional de la Web 2.0 es escaso, y eso aunque dedicamos mucho tiempo y talleres a las posibilidades de información y formación de la Web, como herramienta eficiente para combatir la "infoxicación". Y aunque también le dedicamos cursos monográficos, como la última Jornada MEDES sobre "Web 2.o y medicina en español".
Supongo que cada uno, para ver si desea "practicar" la Web social, tiene que responderse a dos cuestiones bàsicas: ¿por qué? y ¿para qué?. El mundo de la Web 2.0 es un entorno muy poliédrico, con muchos por qué y muchos para qué.
-Un posible por qué es debido a que en el entorno actual de Tecnologías de la Información y Comunicación el médico no puede dejar de utilizar las oportunidades y fortalezas de las redes sociales (evitando, sin duda, las debilidades y amenazas, que es claro que las tiene), como una forma honesta y generosa de compartir información y formación con sus colegas de profesión y, en el caso de los pediatras, con los pacientes y sus familias.
-Un posible para qué es debe ser aportar valor añadido, no crear ruido. La Web 2.0 puede ir en contra de la medicina basada en la evidencia (MBE): la MBE pretende combatir con eficiencia la "infoxicación" a la que estamos sometidos actualmente; la Web 2.0 puede crear más "infoxicación" si, en lugar de aportar información con valor añadido, nos limitamos a hacer ruido, con noticias vacias de contenido. La Web 2.0 es, en el caso de este blog, un magnífico entorno en el que compartir la información generada para profesionales y para pacientes en el entorno de la evidencia científica.
No usar algunas de las herramientas que nos proporciona la Web 2.0 en medicina (y en Pediatría, en particular) para el contacto con nuestros colegas y, sobre todo, con nuestros pacientes y sus familias es dejar pasar una oportunidad. La "mala fama" de la Web 2.0 es que se relaciona principalmente con el uso lúdico que los más jóvenes hacen de Tuenti, Twitter o Facebook. Pero la Web 2.0 es mucho más: cada uno tiene que poder responder por qué y para qué. En su "árbol de la vida" cada uno puede elegir si quiere que éste sea de hoja caduca o perenne (todos son bellos) y se puede elegir (antes o después) qué hojas de la Web 2.0 formaran parte de él. No todo es oro lo que reluce y lo primero será derrumbar los nuevos y falsos laberintos de la redes sociales.
Abajo os dejo la presentación. Nota: cuando puse el título no estaba bajo los efectos lisérgicos de ninguna medicación o tóxico, I promise :-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario