Suecia e Irán, occidente y oriente, el pueblo de la libertad y el pueblo de la opresión, un adolescente sueco y un hombre iraní… Todos estos contrastes son los que nos invita a experimentar Reza Parsa, director que llegó de Irán a Suecia en 1980 y se formó en la célebre Escuela de cine de Dinamarca.
Sobre el poder visual y emocional del cine iraní ya hemos hablado en una trilogía de entradas (Cine y Pediatría 9, 10 y 11), pero es Antes de la tormenta (2000) cine iraní en una película sueca, puro contraste que no deja indiferente. Lo que hace que esta película sea un producto extraño y fascinante es la combinación entre lo que podemos llamar el cálido y minimalista cine iraní que su director lleva en las venas y el frío y construido cine nórdico que su director ha aprendido en las escuelas de los países nórdicos. Es esta contradicción interna la que hace de ésta una película compleja y atractiva.
Antes de la tormenta, primer largometraje de Parsa y merecedor de la Concha de Plata al mejor director y del Premio de la Juventud en el Festival de San Sebastián, es un thriller que retrata aspectos poco convencionales de la sociedad sueca del bienestar, una soberbia historia, que es poderosa y frágil, dura y conmovedora, creíble e increíble, cercana y distante. Antes de la tormenta nos cuenta dos historias paralelas. Una, la de Alí (Per Graffman), un taxista de origen árabe que ahora vive en Suecia con su esposa sueca y sus dos hijas adolescentes; Alí está completamente integrado en la sociedad sueca, ha olvidado el infierno de guerra, odio y terrorismo que dejó en su país, pero lo que su familia no sabe es lo que él fue una vez... y lo que él hizo en su país natal. Otra, la de Leo (Emil Odepark), un joven de 12 años traumatizado por el acoso al que es sometido por estudiantes mayores en la escuela; su madre es policía, pero lo que ella no sabe es que su hijo está siendo sometido a bullying. El nexo de unión es Sara, una de las hijas de Alí, pues es una de sus compañeras de clase.
Entonces el terror se abre paso en la vida de ambos. En la vida de Ali cuando un correo entrega un amenazador mensaje procedente de su pasado. Un paquete que contiene un dedo cortado con un anillo de boda y una cinta de vídeo con su ex esposa, a quien creía muerta cuando abandonó su país. La verdadera pesadilla comienza cuando el grupo de guerrilleros quiere que se una a su causa luchando contra el régimen y que asesine a un industrial sueco. En la vida de Leo cuando un compañero mayor que él lo acosa y lo atormenta, lo humilla y lo golpea delante de sus compañeros, lo extorsiona; Alí es el detonante para que Leo se decida a hacer algo, pero ese algo puede tener consecuencias fatales.
La asombrosa naturalidad de los intérpretes, producto de una esmerada dirección de actores, se realza con el montaje pausado y con un sabio racionamiento de la temperatura emocional de los dos ámbitos reflejados en el guion. Algunas escenas resultan más que interesantes, con poesía visual enmarcada en algunos planos: el acoso que Leo sufre en el gimnasio de chicas; la tensa escena en el bosque; el abrazo en el autobús; los dos personajes (Joel y Alí) sentados en la parte trasera del autobús; el tributo al cine cuando la adolescente pecosa le recita un buen número de frases de películas míticas; la ciudad bombardeada o las imágenes finales bajo la música de Peter Lundback (todos los personajes y su pequeña vida y sentimientos se repasa en pocos minutos, desvelando todos los finales de las diversas historias que habían quedado abiertos y que dejan un buen sabor de boca al iniciarse los títulos de crédito). Buen cine que Parsa confirma posteriormente en su cortometraje Encuentro con el mal (2002) y que permitió a Ingmar Bergman decir con rotundidad que contenía "algunos de los minutos más notables que se han logrado en el cine sueco".
Es Antes de la tormenta una película inteligente, ágil y valiente. Dos historias de violencia aparentemente diferentes, pero con una reflexión común: el peso de las acciones que llevamos a cabo en la vida y las consecuencias que tienen a posteriori. No debemos confundir esta película sueca con la argentina titulada Después de la tormenta (Tristan Bauer, 1990), sobre cómo la crisis económica deteriora la situación de una familia.
Es Antes de la tormenta una historia de normalidad trastornada, una historia en la que el miedo transforma la vida de los personajes casi hasta destruirlos, un viaje a los infiernos cuando el miedo se instala en sus vidas y los consume desde dentro. Ambos, Alí y Leo, están solos. Ambos tienen amenazadas sus vidas por el miedo, miedo de oriente y occidente, miedo de adulto y de adolescente. Y no hay vuelta atrás una vez se ha alcanzado cierto punto..., porque el miedo no conoce de país, de cultura ni de edad.
El miedo es un sentimiento desdeñable, en todas y cada una de sus manifestaciones. Y, sobre todo, el miedo que afecte al desarrollo emocional en la infancia. Y no es la primera vez que hemos tratado este tema en Cine y Pediatría (65, 66, 67, 68,...), pero seguiremos denunciándolo.
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