sábado, 16 de diciembre de 2017

Cine y Pediatría (414). "El señor de las moscas" y la pérdida de la inocencia


Hoy comentamos un icono de literatura que se llevó a la pantalla en dos ocasiones: una en blanco y negro, y otra en color. La novela es un icono publicado en 1954, la primera y más célebre novela del escritor inglés y Premio Nobel de Literatura William Golding. Las películas datan de 1963, la de blanco y negro, dirigida por Peter Brook, y de 1990, la de color, dirigida por Harry Hook. Está claro que hablamos de El señor de las moscas, donde se hace explícita la intención del novelista de ofrecer una visión de la naturaleza humana alternativa a la que se refleja en el "Emilio" de Rousseau y más cercana a lo que defendía el filósofo Thomas Hobbes en "Leviatán". El título alude a la maldad humana, representada por Belcebú, deidad filistea y posteriormente también perteneciente a la iconografía cristiana, que es conocido por este sobrenombre de Señor de las Moscas, 

Una treintena de muchachos son los únicos supervivientes de un naufragio en una isla en el que perecen todos los adultos. Enseguida se plantea cómo sobrevivir en tales condiciones, y no tardan en crearse dos grupos con sus respectivos líderes. Ralph se convierte en el cabecilla de quienes están dispuestos a construir refugios y a recolectar alimentos, mientras que Jack se convierte en el jefe de los cazadores, animados por un espíritu más aventurero. Las tensiones entre ambos bandos desembocan en un enfrentamiento que se resuelve en un baño de sangre. Ralph y Jack son los personajes principales, a los que se suma Piggy, objeto de burla por su peso corporal, sus gafas y por padecer asma, a veces le llaman Cerdito o Capitán de la grasa, y, pese a todo, representa la voz de la razón. 

A través de 12 capítulos ("La caracola", "Fuego en la montaña", "Cabañas en la playa", "Rostros pintados y melenas largas", "El monstruo del mar", "El monstruo del aire", "Sombras y árboles altos", "Ofrenda a las tinieblas", "Una muerte se anuncia", "La caracola y las gafas", "El pelo del castillo", "El grito de los cazadores"), el libro aborda el mal que existe en el corazón del hombre que, independientemente de la edad y del medio donde viva, surge como algo natural. En el libro el autor nos muestra cómo se organizan unos niños perdidos en una isla paradisíaca sin la presencia de adultos, resultando preocupante lo fácil que puede ser la pérdida de la inocencia, en ocasiones, propiciada por el dominio de la parte bárbara de las personas sobre la civilizada.... y también en la infancia. Porque el mal también acecha a la infancia y de muy diversas maneras. 

De las dos películas, posiblemente el original en blanco y negro supera a su copia en color. En los créditos iniciales aparecen una serie de imágenes en blanco y negro que nos sitúan en la Segunda Guerra Mundial y, alrededor de una música estridente, comprobamos que un avión se estrella. A continuación aparecen los primeros niños en una isla desierta. Allí, al inicio su comportamiento es ejemplar y se proponen como meta trabajar en unidad para salir de la isla. Poco a poco, sin embargo, el mal se empieza a hacer presente, y los momentos finales de la película son aterradores por el cambio que se ha obrado en los muchachos. Por ello, dicen en un momento: "No sé por qué, habíamos empezado bien. Luego la gente empezó a olvidar lo que importa. Lo más importante para todos es que nos rescaten. Decidamos lo que hace cada uno y empezaremos de nuevo. Prestando atención a cosas como el fuego". 

Lejos de la película el proponer el mito del buen salvaje de Rousseau y suponer que el hombre es corrompido por las estructuras sociales. Por el contrario, se advierte que hay algo en el ser humano, incluso en los inocentes niños, que los hace tender al mal. Ni la novela ni la película lo hacen explícito, pero se puede relacionar esta situación con el pecado original. Precisamente una figura muy importante es la cabeza de un cerdo que los niños clavan en medio de la isla, cabeza que, con el tiempo, se irá llenando de moscas: es el Señor de las Moscas, conocida imagen bíblica que representa al diablo. Presente en la isla, aparece como la bestia que va sutilmente sugiriendo el mal para destruir al hombre y la creación de Dios. y su presencia se deja sentir cada vez más en los acontecimientos que se van desencadenando. Por ello, Peggy llega a preguntar: "¿Qué es mejor? ¿Tener normas y estar de acuerdo o cazar y matar?"

El deseo original de escapar de la isla es abandonado. Los muchachos dejan de mirar el horizonte que los lleva a su salvación, y hacen de la isla un refugio y, finalmente, una suerte de prisión. El fuego, logrado por medio de la técnica humana y recurso valioso para la supervivencia, se volverá también en contra de ellos, avanzando implacable para destruir la maravilla que Dios había creado. Porque en ese microuniverso que es la isla se revelarán los instintos más bajos de la naturaleza humana, que dicta que sin educación o una sociedad con reglas y figuras de autoridad, el hombre se comportaría como un animal. 

Por todo ello, El Señor de las Moscas es una película que impacta y se comporta, incluso, como una catequesis valiosa sobre el mal, el demonio, el pecado y sus efectos en el hombre y la sociedad. No es una película agradable, ni es tampoco para niños, aunque solo tenga como protagonistas niños (de hecho solo salen puntualmente algunos adultos al final de la película, marinos que llegan a la isla). Pero si es una película para el análisis y la reflexión. Como es final de la cara de Ralph en primer plano y una lágrima. 

Se dice que una de las mayores influencias que llevó a William Golding a escribir "El señor de las moscas" fue la novela "La isla de coral" escrita en 1857 por R. M. Ballantyne, en la que se nos presentan a tres muchachos supervivientes de un naufragio que luchan constantemente contra una maldad externa, reflejada en piratas y caníbales. Pero, mientras Ballantyne nos ofrece una visión más optimista del ser humano en estado salvaje, cercana a la filosofía de Rousseau, Golding utiliza elementos de la filosofía de Hobbes para criticar la visión de la naturaleza humana

Porque Rousseau declaraba que el ser humano en su estado natural se caracterizaba por la bondad y la inocencia, y que era en sociedad cuando el hombre se corrompía. Y la filosofía de Hobbes en este aspecto es contraria a la de Rousseau, de la misma manera en que la obra de Golding es contraria a la de Ballantyne; tanto en "Leviatán" de Hobbes como en "El señor de las moscas" de Golding asistimos a una representación del ser humano como un ente asalvajado por culpa de la naturaleza, siendo en este caso la sociedad la encargada de apaciguar su naturaleza salvaje gracias al uso de la razón. 

Lo dicho, una novela y dos versiones de películas de El señor de las moscas. Y, posiblemente, ya una tercera versión en preparación, dirigida por Scott McGehee y David Siegel, conocidos por películas como ¿Qué hacemos con Maisie?  Una novela con gran influencia, pasada, presente y futura, al ser una alegoría de la naturaleza humana, donde cada personaje representa diferentes aspectos de las personas: Ralph, el orden y la civilización; Piggy, la razón y cordura de la sociedad; Jack, el deseo de poder y la maldad; Roger, la crueldad y el sadismo en su mayor escala; Simón, la bondad natural del hombre. En resumen, una alegoría de la pérdida de la inocencia en la infancia.

 

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