La pregunta de este post es un dilema abierto hace mucho tiempo en España. Y ante este dilema, surge el presente documento, elaborado por el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) y la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina Españolas (CNDFME) bajo el amparo del Foro de la Profesión Médica (FPME) y que pretende plasmar los argumentos que justifican su oposición a la apertura de nuevas Facultades de Medicina, por suponer un problema educativo, asistencial, económico, social y laboral.
Os dejamos íntegro el resumen de este documento de 15 páginas, pero abajo os dejamos íntegro el documento para su lectura y análisis. En cualquier caso hace un mes ya comentamos algunos aspectos de este documento, en la presentación que titulamos como "La "burbuja" universitaria y el fracaso de ANECA".
España es el segundo país del mundo en número de facultades de medicina (0,95 facultades por millón de habitantes, solo superado por Corea), duplicando la tasa recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 0,5.
En los últimos 10 años hemos pasado de 28 facultades de medicina a 42. El numerus clausus para acceder a los estudios de grado ha superado ya las 7.000 plazas anuales y el número de facultades sigue creciendo por el apoyo de los gobiernos autonómicos, responsables últimos de su creación, al ser una de las titulaciones con más demanda.
En el año 2018 se presentaron a la realización del examen MIR 14.466 personas para un total de 6.513 plazas adjudicadas, esto supone una ratio de 2.22 aspirantes por cada plaza. Teniendo en cuenta que cada año salen egresadas de las Facultades de Medicina unas 7000 personas, en ese año 2018, 487 personas recién graduadas no pudieron acceder a la residencia, una proporción que crece cada año. Además, si a ese número le sumamos las personas que no obtienen plaza y que tienen que volver a presentarse, así como la precariedad laboral que lleva a la reespecialización, la conclusión final es que este sistema es insostenible: en la última convocatoria del examen MIR (2018) 4006 médicos, entre egresados y recirculantes formados en las facultades españolas, no pudieron obtener plaza MIR y, con ello, no iniciar su formación especializada que les facultará para poder trabajar.
Además, para la convocatoria del 2 de febrero de 2019, el número de inscritos ha vuelto a aumentar, siendo de 15.475 personas admitidas (realizaron la solicitud al mismo 16.259 entre admitidas y no admitidas), por lo que será aún mayor el número de egresados que no puedan acceder a la formación especializada.
Es necesario entender el MIR como lo que realmente es: forma parte del continuo formativo indispensable para ejercer plenamente en el Sistema Sanitario Español, especialmente en el ámbito público, aunque cada vez más también en el privado. Así, el MIR no es una salida más, es prácticamente la única salida.
Otro problema a tener en cuenta es la posible disminución de la calidad formativa en la carrera. Por un lado, aumentar el número de Facultades de Medicina en cada provincia, especialmente en aquellas que ya cuentan con alguna, supone tener que compartir infraestructuras entre varias Facultades como son los Hospitales Universitarios y los Centros de Salud, necesarios para la realización de prácticas clínicas. Esto conlleva más estudiantes por médico-tutor de prácticas, saturación de consultas y más trabajo para el profesional, en detrimento tanto de la formación
de los estudiantes como de la calidad asistencial.
También denunciamos la falta de profesorado. Durante los últimos años se ha producido una reducción muy sustancial; en el caso de los profesores permanentes (catedráticos, profesores titulares y profesores contratado doctor), sobre los que pivota la docencia, se ha reducido más de un 20 %. Pero no sólo eso, las estimaciones son muy negativas. De 2017 a 2026 se prevé que el profesorado se reduzca a la mitad: habrá un 43 por ciento de profesorado permanente menos, correspondiendo el mayor porcentaje al profesorado vinculado de áreas clínicas (55%), un 34% al profesorado no vinculado de áreas clínicas y un 32% al profesorado de áreas básicas.
Por supuesto, el SNS tiene carencias, y como agentes de representación de la Profesión Médica en la etapa formativa, nos sumamos a la demanda de la sociedad y de los profesionales para mejorar los recursos e incrementar los presupuestos dedicados a Sanidad, optimizando así el número de trabajadores, mejorando sus derechos laborales, renovando infraestructuras obsoletas y recursos materiales para el diagnóstico, los tratamientos y la investigación. De esta forma la calidad del SNS se ajustaría a las necesidades reales de nuestra población, mucho más que
incrementando el número de estudiantes sin justificación alguna y aumentando el paro en la profesión.
En definitiva, son múltiples las razones para justificar que no son necesarias más Facultades de Medicina en España, pero queremos subrayar las más importantes agrupadas en los siguientes puntos:
- En nuestro país no hacen falta más estudiantes de Medicina
- El número de facultades de Medicina debe responder a necesidades demográficas reales
y fundadas. Las universidades y autoridades políticas deben actuar con responsabilidad.
- Saturación de estudiantes en hospitales y centros de salud
- Déficit existente de profesorado
- Cumplimiento de la normativa legal
- Es un despilfarro económico
- No es una prioridad educativa ni sanitaria.
Más claro el agua: y lo dice la CEEM, CNDFME y FPME. Respecto a las Facultades de Medicina, como todo en la vida, más vale calidad que cantidad, o dicho en término sanitarios actuales, "menos es más".
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