lunes, 24 de marzo de 2025

Capacitación para prevenir situaciones de riesgo en la infancia y adolescencia

 

El Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría (AEP) tiene como misión el proponer y apoyar todo tipo de actividades que contribuyan a prevenir eventos de riesgo en los niños, tanto sanos como enfermos, así como divulgar y contribuir a la capacitación de diversos colectivos (profesionales y legos) para actuar de forma precoz y eficaz ante dichos eventos.  Y dentro de sus líneas de trabajo, compartimos tres guías actuales de prevención y recomendaciones de actuación ante atragantamientos, ahogamientos y convulsiones en niños y adolescentes. Tres temas de gran interés. 

- Medidas efectivas para prevención de atragantamiento en niños 
La asfixia es una de las principales causas de mortalidad durante la infancia, especialmente en niños de entre uno y cinco años ya que sus habilidades motoras y de deglución aún no están completamente desarrolladas. El atragantamiento es una de las situaciones más alarmantes que puede ocurrir con los niños pequeños, especialmente porque sucede de forma inesperada, donde un cuerpo extraño se introduce en la vía respiratoria obstruyéndola e impidiendo que el aire entre o salga de los pulmones con normalidad. Si la obstrucción es completa o casi completa existe riesgo de muerte por asfixia. 
Se debe prestar atención a determinados alimentos y a las piezas pequeñas de los juguetes y a los globos. 

- Ahogamientos 
El ahogamiento es el proceso que desencadena una alteración respiratoria primaria como consecuencia de la inmersión o sumersión en un medio líquido. La supervivencia está determinada por el lugar donde se produce y dependerá de la rapidez en que se realicen las maniobras de soporte vital y reanimación. 
El ahogamiento es la segunda causa de muerte no intencional en menores de 19 años en Europa, así como en España, después de los accidentes de tráfico y la incidencia se estima en 1,5 casos por 100.000 habitantes/año. Se cobra alrededor de 422 vidas al año entre las personas de todas las edades (en el último año 27 niños entre 0 y 17 años, de ellos 9 en la franja de 0 a 4 años). La morbilidad se considera que, por cada muerte de ahogamiento, puede haber de 1 a 4 ahogamientos no mortales que requieren hospitalización. 

- Convulsiones en niños. Actuación, recomendaciones y mitos 
Una convulsión es aquella situación en la que, súbitamente, el niño empieza con movimientos musculares repetidos, que suelen acompañarse de pérdida de consciencia. En los niños, la causa más frecuente es la fiebre, es decir, las convulsiones más frecuentes van a ser las llamadas convulsiones febriles, pero existen otras causas como bajada de glucosa (hipoglucemia), traumatismos en la cabeza, infecciones como meningitis, drogas o epilepsia. 

La AEP contribuye a la difusión de guías y recomendaciones actualizadas sobre soporte vital pediátrico, en línea con las directrices internacionales.

sábado, 22 de marzo de 2025

Cine y Pediatría (793) “El tren de los niños”, las madres del sur y las madres del norte

 

La iniciativa “Treni della felicitá” surgió entre 1945 y 1952, una época en la que Italia se recuperaba de toda la destrucción que había dejado la Segunda Guerra Mundial. El sur del país había sido el más golpeado, pues a la pobreza y la falta de empleo se sumaba la escasez de alimentos. Ante esta situación, el Partido Comunista Italiano y la Unión de Mujeres Italianas idearon estos Trenes de la felicidad, cuyo objetivo era trasladar a los menores del sur de Italia al norte, donde serían acogidos por familias que les brindarían educación, alimentación y alojamiento. Toda una experiencia sociológica en Italia que llegó a afectar a unos 70.000 menores que fueron trasladados en estos trenes. Y esta historia tan particular fue reflejada en el libro de Viola Ardone, “Il treno dei bambini”, publicado en 2019 y convertido en un superventas, por lo que la todopoderosa Netflix no ha desaprovechado la oportunidad en convertirlo en película: El tren de los niños (Cristina Comencini, 2024). 

Y es que las guerra y postguerras son siempre un filón para el séptimo arte, y ello es especialmente marcado alrededor de la Segunda Guerra Mundial y su relación con la infancia, tal como ya hemos visto en Cine y Pediatría con películas de diversas nacionalidades: Alemania, año cero (Roberto Rossellini, 1948), Juego prohibidos (René Clément, 1952), El diario de Anna Frank (George Stevens, 1959), La infancia de Iván (Andrei Tarkovsky, 1962), El niño y el muro (Ismael Rodríguez, 1965), El tambor de hojalata (Volker Schöndorff, 1979), Masacre, ven y mira (Elem Klimov, 1985), La vida es bella (Roberto Benigni, 1997), La tumba de las luciérnagas (Isao Takahata, 1998), Hijos de un mismo Dios (Yurek Bogayevicz, 2001), Napola, escuela de élite nazi (Dennis Gansel, 2004), El niño con el pijama de rayas (Mark Herman, 2008), La cinta blanca (Michael Haneke, 2009), La llave de Sarah (Gilles Paquet-Brenner, 2010), Lore (Cate Shortland, 2012), La ladrona de libros (Brian Percival, 2013), La profesora de Historia (Marie-Castille Mention-Schaar, 2014), El viaje de Fanny (Lola Doillon, 2015), La infancia de un líder (Brady Corbet, 2015), Una bolsa de canicas (Christian Duguay, 2017), Sestrenka (mi hermana pequeña) (Aleksandr Galibin, 2019), Jojo Rabbit (Taika Waititi, 2019) o Los niños de Windermere (Michael Samuels, 2020).                      

Y hoy, con El tren de los niños, la película nos muestra el sacrificio que hicieron miles de madres y padres, quienes tuvieron que dejar ir a sus hijos porque apenas podían criarles en un contexto lleno de miseria, así como la solidaridad de las familias que los recibían. Y la historia comienza presentándonos a Amerigo Benvenutti, un solista de violín preparado para un concierto en el año 1994. Una llamada de teléfono le comunica que ha muerto su madre y durante el concierto regresan sus recuerdos al Nápoles de 1946, una ciudad tras los estragos de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Ahora conocemos a Amerigo Speranza, de 8 años (Christian Cervone), quien acude con su madre Antonietta (Serena Rossi) a la sede del Partido Comunista, donde explica que está sola porque su marido marchó a trabajar a América, que el hermano menor de 3 años falleció de asma y que es el único hijo que le queda. Allí le dan información para enviarlo en ese tren con otros centenares de menores… y, a partir de ahí, esa madre recibe presiones a favor y en contra de todo el vecindario, también de las monjas: “Los niños no son ni de sus madres ni de sus padres. Son hijos de Dios”. Pero la vida que le espera a Amerigo, en las aventuras con sus amigos Tomassino y Mariuccia, se rodea de pobreza, hambre, suciedad, estraperlo y buscarse la vida entre la miseria. 

Finalmente decide enviarle en ese tren que viaja al norte. Los niños van numerados e identificados, y en la estación del tren algunos vecinos expresan el temor por su futuro (incluso temen que les vayan a meter en hornos crematorios, recordando el holocausto previo), pero también a favor: “¡Los van a alimentar y a cuidar! ¿A cuántos niños se han llevado ya el tracoma, el reumatismo o el cólera? Pensad en ellos. En su futuro. No les robéis esta oportunidad a vuestros hijos. Esta es otra batalla contra el hambre. Si no pensamos nosotras en nuestros hijos, no lo hará nadie”. Y en el tren lleva escrito este mensaje: “Los niños de Nápoles dan las gracias a las mamás de Módena”. Y al llegar a la estación de destino les reciben con todos los honores y banda de música y mensajes esperanzadores: “Ni norte ni sur. Solo existe una Italia”. Allí llegan los padres adoptivos del norte, y al último que eligen es a Amerigo, quien se va con una ex partisana que vive sola, Derna (Barbara Ronchi), quien no se muestra muy entusiasmada, pues ella sabe de política y sindicatos, pero no de niños. Una bella mujer que viste de negro por haber fallecido su amor revolucionario asesinado por los fascistas. Y Amerigo sigue guardando la manzana que su madre le dio al partir, aunque ella le decía que él era un castigo de Dios. 

Las cosas no son fáciles inicialmente para Amerigo, al que, por ser de Nápoles, le dicen en el colegio que huele a pescado. Pero el tiempo juega a su favor, la relación con Derna se hace con el tiempo más maternal y también acaba integrándose en la familia de Derna, donde el hermano de ésta le introduce en la música del violín, instrumento que le regalan con su nombre el día de su cumpleaños. Y es su valor más preciado que lleva de regreso a Nápoles, pasado unos meses, donde su madre le dice que debe empezar a trabajar de ayudante en una zapatería y una vecina le recuerda: “Niño, a tu madre nunca le han dado cariño. Por eso no sabe darlo. Pero ella te ha cuidado siempre. Pues ahora que eres mayor, debes cuidarla tú”. 

Amerigo añora su vida en Módena y la música, pero su madre ha empeñado su violín para conseguir comida. Porque su madre biológica tiene celos de la madre del norte y le oculta que aquella le ha enviado cartas y comida. Y cuando descubre esto, nuestro protagonista regresar a Módena  en busca de su madre del norte (porque para él la madre del sur ha muerto ya). Y su madre verdadera decidió no ir en su busca, pues pensó que era lo mejor para él… y Amerigo cambió su apellido de Speranza a Benvenutti. 

Y cuando Amérigo regresa de adulto a Nápoles al entierro de su madre, allí debajo de la cama encuentra su violín, que la madre desempeñó de nuevo. Un final algo inconcluso que cabe cerrar, con esa dedicatoria final: “A los niños y a las madres de todas las guerras”. Porque ese regreso de Amerigo adulto a su ciudad y su casa simula el de otra película italiana emblemática, cuando el Totó adulto regresa a su pueblo y su cine en Cinema Paradiso. Dos adultos de éxito que recuerdan con añoranza su infancia y lo que les hizo llegar a lo que son. 

La directora italiana Cristina Comencini nos brinda una hermosa película sobre el amor de madre enmarcada en una historia que marco cientos de infancias en plena Segunda Guerra Mundial. Una historia con tres protagonistas, Amerigo (de niño apellidado Speranza, de adulto apellidado Benvenutti), su madre biológica del sur, Antonietta, y su madre adoptiva del norte, Derna, con ese viaje de ida y vuelta, y ese violín que fue la afición y el oficio de nuestro protagonista. Una Italia de posguerra donde prima la pobreza y desigualdad, pero donde la iniciativa de los Trenes de la Felicidad son un ejemplo de solidaridad y empatía entre regiones italianas. Y esta historia nos adentra en el desarraigo de estos niños y niñas al separarse de su entorno familiar, la lucha por adaptarse a una nueva realidad y construir su propia identidad, bien mezclado con la inocencia infantil y el amor maternal, tanto el de las madres del sur como el de la madres del norte.

 

miércoles, 19 de marzo de 2025

El paciente con TEA en Urgencias de Pediatría

 

Desde hace 10 años en nuestro Servicio de Pediatría se lleva a cabo el proyecto TRASTEA, con el objetivo general de reducir el todavía dilatado y complicado recorrido hasta el diagnóstico del trastorno del espectro autista (TEA) , facilitando la detección precoz y la activación de los posibles tratamientos, optimizando así el resultado de estos, y lograr la coordinación interdisciplinaria e interinstitucional de todos los profesionales implicados en el proceso diagnóstico y terapéutico del TEA; así como varios objetivos específicos: mejorar el proceso de detección en Atención Primaria, poner en marcha un Programa de Intervención grupal con familias con niños con diagnóstico de TEA, creación un entorno “Autism Friendly” y desarrollo de programas de formación e investigación en el ámbito del TEA.  

En este sentido, son varias las publicaciones al respecto en este blog, hablando de temas como los programas de Atención Médica Integral en el Trastorno del espectro autista, el decálogo del profesional especializado en autismo o el Hospital amable para niños y niñas con TEA.    

Y como parte de ese hospital amable, queremos compartir la reciente sesión sobre el paciente con TEA en Urgencias de Pediatría, pues son varias los puntos que cabe implementar (y mejorar):  

a) En Admisión: 
- Disponer de paneles de comunicación/fotos o vídeos de simulación del entorno 
- Acompañamiento familiar permanente 
- Sistema de alerta de Historia Clínica 

b) En Triaje y sala de espera: 
- Evitar sala de espera (ofrecer como alternativa un entorno tranquilo) y tiempos de espera prolongados 
- Ofrecer cascos de aislamiento y temporizador 
- Evitar estímulos innecesarios (ruidos, luz, olores fuertes...) 

c) En el Box de atención: 
- Apoyarse en los cuidadores para extraer información relevante y hacerle partícipe del manejo (acercamiento, técnicas de relajación, adaptación de la comunicación...) 
- Emplear apoyos visuales para proceder a la anamnesis/exploración física
- Mantener la consulta con limpieza y orden, evitando estímulos estresantes (bata, guantes....) a ser posible 
- Ofrecer atención médica en el mismo box, evitar sala de espera 
- Evitar exploraciones prescindibles y el contacto físico a ser posible. Simulación de las explicaciones en el cuidador 
- Emplea lenguaje sencillo y escueto, predominando lenguaje visual sobre el verbal
- Modular tono de voz, hablar con calma 
- Mostrar aparataje médico y dejarlo tocar 
- Garantizar personal de referencia durante el proceso de atención médica 

d) Situación especial: crisis de agitación 
- Asegurar un lugar tranquilo (libre de objetos peligrosos) 
- Acompañamiento familiar y apoyarse en el acompañante para el manejo correspondiente 
- Valorar analgesia y/o sedación (habitualmente antipsicóticos como risperidona, olanzapina o haloperidol; BZD (midazolam o lorazepam) 
- Evitar contención mecánica en todo lo posible 

Porque un hosptal “Autism Friendly” debe comenzar en su atención en urgencias.