El fútbol lo sigue inundando todo, ocupándolo todo, ocultándolo - para qué nos vamos a engañar - todo. Escribo esta crónica antes del partido España-Paraguay que - no tengo dudas al respecto - paralizará un país que, por otra parte, no necesita grandes excusas para paralizarse. La victoria de España ante Portugal coincidió con el pago de la primera nómina recortada. ¿Se acuerda alguien de eso? Tras la victoria contra Portugal, coincidente con esa primera "nómina recortada", la gente saltó a la calle a festejar el resultado. Camisetas rojas, banderas... Supongo que a nuestros políticos, vistos estos hechos, les gustaría que el Mundial durara todo el año. Pan y fútbol... La utilización política del fútbol está acabando con este deporte. Es mi opinión.
No soy muy futbolero, pero, como zaragozano, sigo al Real Zaragoza (sí, es posible vivir en España y no ser ni del Madrid ni del Barcelona). Equipo que, desde luego, ha vivido tiempos mejores que los actuales. Uno se vuelve nostálgico y os dejo aquí un recuerdo de lo que hasta ahora ha sido el punto culminante en la trayectoria de este equipo: la consecución del título de la Recopa de Europa ante el Arsenal en 1994. Aquel pequeño "dream team" con Pardeza, Esnaider, Higuera, Poyet y tantos otros ganó esa final en el último minuto de la prórroga con este soberbio gol de Nayim desde 40 metros. Y no, no fue un churro, que primero miró, vio a Seaman adelantado y - con algo de suerte - clavó el balón dentro de la portería inglesa.
Ojalá España gane el Mundial pero la exageración mediática del fútbol me agobia. A Mónica Lalanda, en su blog "Profesión sanitaria", directamente le cabrea: "En este momento histórico que vivimos, no podía ocurrir nada mejor que un Mundial. Estoy de acuerdo con la descripción del New York Times al respecto: pan y circo, sin duda. Claro que, de no haber furrbol (no, no es una errata), a lo mejor nos comenzaba a atenazar otro virus mortal nuevo o mutado o el aviso de un volcán asesino o cualquier otra cosa que nos haga irnos pata-abajo. Si total, nos creemos todo. Es importante que mientras haya problemas graves, estemos 'entreteniditos' en algo que no sea el problema en sí. Circo y pan; aunque en muchas casas, pan poco.
Me cabrea del furrbol que las salas de espera de las Urgencias en el mundo entero se vacían cuando juegan sus equipos nacionales, sugiriendo, una vez más, que gran parte de lo que viene al hospital es pura conveniencia y no una emergencia. ¿Qué tipo de 'pamplinada' es una urgencia que puede esperar a que los señores millonarios en calzoncillos terminen el partido?". Y así es. El fútbol, en España, es uno de los principales "limitadores" de la demanda de la utilización de servicios sanitarios.
Cambiemos de tercio. Todos deprimidos. Mientras en el 80% del planeta la gente muere de neumonía, diarrea, paludismo, SIDA, hambre y guerras, parece que en el "primer mundo" estamos deprimidos. Las conclusiones de diversas reuniones de sociedades, "expertos" (muchas veces con el "desinteresado" apoyo de sectores de la industria farmacéutica) nos lo recuerdan machaconamente. Que resulta que estamos deprimidos de verdad y que además estamos sin diagnosticar... Sobre este tema habla Vicente Baos en "El Supositorio". No puede estar más acertado cuando refiere que "Lo que está claro que se medican las vivencias normales (negativas o desagradables) que ocurren a la gente de forma habitual porque nadie quiere sufrir, que le vaya mal en el trabajo, que no sea lo feliz que creía que iba a ser, que se aburre, etc. Y además, también hay enfermos con cuadros depresivos claros, pero menos". Qué gran verdad. La medicalización de los problemas normales de la vida diaria es un hecho.
En parte se nos traslada a los médicos la responsabilidad de los problemas de nuestros pacientes, en un proceso progresivo de des-responsabilización personal. Los pediatras de atención primaria tenemos experiencia sobrada. "¿Puede bañarse mi hijo?", es el título de la última entrada del blog de Jesús Martínez en "El Médico de mi hij@". Una pregunta que, de entrada, parece inocente pero que puede tener imprevisibles y no deseados efectos secundarios. Porque no es una duda real de algunos padres, sino que es una forma de buscar que los hijos hagan lo que los padres quieren...por orden otra persona: el pediatra, el "malo de la peli". Esta es una situación habitual, junto a la petición de absurdos informes sobre el estado de salud del niño pedidos por guarderías, colegios, colonias de verano y demás. O informes "para que le den el dalsy". La lista de "des-responsabilidades" que recaen sobre los pediatras de atención primaria es cada vez mayor y parece no tener fin.
Hablando de problemas reales, uno de ellos es el maltrato infantil. Problema endémico - sí, sí, endémico y real - en todas las sociedades y que requiere una tolerancia cero. Del maltrato infantil se ocupa Rubén García, en su blog "Hij@s de Eva y Adán". Se está llevando a cabo en España un curso dirigido a más de 700 pediatras para adiestrarnos en el diagnóstico de esta lacra. Cuando alguien piensa en la palabra "maltrato" suele venir a la cabeza la imagen del maltrato físico... que existe, desde luego y que es el más fácil de diagnosticar. Los maltratos por negligencia, por abandono, los abusos sexuales son a menudo mucho más sutiles y difíciles de detectar. Incluso con un elevado índice de sospecha, uno puede encontrarse desarmado por la falta de respuesta de otros actores implicados en la resolución del drama. A mi me ha pasado. ¿Qué hacer cuando eres testigo directo de una desgracia y,siguiendo los cauces habituales por los que el problema debe ser derivado, ves que éste no se soluciona, se dan "largas" o incluso se niega la propia existencia de dicho drama? Se siente mucha impotencia. Así que es bueno que los pediatras estemos bien formados pero el "aparato del Estado", una vez detectado el problema, debe estar a la altura de las circunstancias. A veces lo está pero otras no.
De "Pharmacoserias", el blog de Fernando Comas, tomo este vídeo sobre el I Congreso de la Blogosfera Sanitaria, editado por Montse Carrasco.@montsecarrasco, una de las participantes en el evento. No lo había visto hasta hace unos días. Creo que es un buen reflejo de lo que allí se vivió. No os lo perdáis.
I Congreso de la Blogosfera Sanitaria from Montse Carrasco on Vimeo.
Desde México, en "Sin Estetoscopio", Giordano Pérez-Gaxiola nos describe la famosa pirámide del conocimiento de Haynes en su entrada "Información Médica Predigerida". Colocando, en cada peldaño, algún recursos representativo del mismo. "Evidencias en Pediatría" está en dos de ellos, como acertadamente refiere Giordano, colaborador activo de la revista. Gracias, Giordano, por la mención de la revista de la que tú formas parte activa y muy importante.
Hay más, mucho más... pero la blogosfera sanitaria es cada día más inabarcable. Os remito al blogroll situado a la derecha de vuestra pantalla. Allí encontraréis más entradas interesantes.
Y nos despedimos con música. Os dejo con Jaime Urrutia, ex "Gabinete Caligari", escoltado por Calamaro, Bunbury y Loquillo. Feliz domingo.
#gracias por tu resumen. Salu2.0
ResponderEliminarCreo que el concepto de urgencias debería suprimirse en el ámbito sanitario.
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