Publicar es algo connatural al trabajo del científico, pero en el entorno actual de exceso de información médica (“infoxicación”) es necesario disponer de guías de buena práctica para la publicación biomédica (tanto en aspectos formales como éticos) disponible para editores, autores, revisores y lectores. A estas “guías” se les denomina como listas de comprobación.
Su propósito es obtener de los autores una exposición transparente de la investigación para que, tanto sus lectores como sus evaluadores, comprendan su diseño, realización, análisis e interpretación. Estas lista conforman un mar de siglas (AGREEE, CONSORT, COREQ, QUOROM, MOOSE, PRISMA, REMARK, SQUIRE, STARD, STROBE, TREND, etc) que definen iniciativas para mejorar la realización y publicación de estudios experimentales, observacionales, de precisión diagnóstica, pronóstico, evaluación económica, guías de práctica clínica, etc.
Las más conocidas son AGREE (Appraisal of Guidelines REsearch & Evaluation), CONSORT (Consolidated Standards for Reporting of Trials) para ensayos clínicos y la reciente aparición de PRISMA para revisiones sistemáticas y metanálisis, que reemplaza a QUOROM (como acertadamente ha sido comentado en el blog Sala de lectura).
Las listas de comprobación no deben confundirse con una herramienta para medir la calidad de la investigación, pero si deben contemplarse como una ayuda para mejorar la calidad de los informes de los estudios científicos en beneficio del autor (pues facilita la redacción del manuscrito), del revisor (en el momento de juzgar la aportación del estudio) y del lector (para interpretar correctamente los resultados y sus implicaciones en la práctica clínica).
Las listas de comprobación no deben confundirse con una herramienta para medir la calidad de la investigación, pero si deben contemplarse como una ayuda para mejorar la calidad de los informes de los estudios científicos en beneficio del autor (pues facilita la redacción del manuscrito), del revisor (en el momento de juzgar la aportación del estudio) y del lector (para interpretar correctamente los resultados y sus implicaciones en la práctica clínica).
Es decir, que lo que bien empieza tiene muchas más posibilidades de cumplir criterios de validez, importancia y aplicabilidad
Hola,
ResponderEliminarInteresante entrada que invita a dos comentarios:
* Lo que empieza a ser una tromenta de propuestas se está coordinando a nivel internacional bajo el auspicio de la red EQUATOR (www.equator-network.org/) que vela por la recopilación de todas estas propuestas, por intentar que los editores de revistas biomédicas se adhieran a estas iniciativas, y por mejorarlas.
* El autor destaca que no se deben confundir los instrumentos para evaluar la calidad de determinados estudios con estas propuestas para la correcta publicación de determinados diseño de estudio. Teniendo en cuenta esto, hay que comentar que el AGREE no puede englobarse dentro de estas propuestas, dado que es la única herramienta que se ha validado para evaluar la calidad de las guías de práctica clínica.
Un saludo
Ivan Solà - Centro Cochrane Iberoamericano
Hola Iván:
ResponderEliminarNo he podido leer tu comentario hasta hoy, pues he estado de viaje.
De acuerdo con tus comentarios. De hecho, programé dos entradas consecutivas: una, la que comentas; y la siguiente en la que hablamos de EQUATOR, tal como refieres, y que habrás podido leer hoy.
Sobre AGREE, tienes razón, y si es en este caso una herramienta para medir la calidad de las GPC.
Gracias por tus comentarios y aclaraciones. Un cordial saludo,
Javier
This is cool!
ResponderEliminar