Uno de los fármacos más usados en pediatría es el paracetamol. Se usa - y abusa - de este medicamento. Para tratar la fiebre y para tratar la "fiebrefobia", enfermedad que padecen no los hijos sino algunos padres y médicos. Todo ello bajo una falsa sensación de seguridad, de cierta "inocuidad" que el paracetamol transmite. Sensación, insisto, falsa.
Como pediatra, me preocupa también el abuso de este fármaco por parte de muchos padres. No se da ya para tratar la fiebre, sino "para que no tenga fiebre". Incluso algunos - una minoría de - padres lo dan por otros motivos que nada tienen que ver con la fiebre: "para la tos", "porque tiene mocos", porque el niño está "raro"...
En resumidas cuentas: se abusa del paracetamol. En niños y en adultos, donde el problema es más serio con las presentaciones de 1 gramo con lo que es sencillísimo alcanzar dosis tóxicas. Incluso no hace falta alacnzarlas para producir daño hepático. En el BMJ se acaban de publicar dos casos de fallo hepático agudo (uno con resultado de muerte) con dosis de 4 gr/ día. Las mismas dosis, administradas de forma reiterada, "crónica", son capaces de producir daño hepático (elevación del nivel de transaminasas), según podemos leer en "Annals of Pharmacotherapy". Este fenómeno también se ha descrito en niños, con resultado mortal.
Estos hechos han llevado a la FDA a tomar medidas sobre la forma de presentación del paracetamol en adultos, limitándola a 325 mg, especialmente si se combina con opioides (codeína). Lamentablemente, esta medida no afectará al paracetamol de venta libre en Estados Unidos.
¿Qué podemos hacer los médicos en general y los pediatras en particular? Visto lo visto, insistir en que los antitérmicos en general (y el paracetamol en particular) han de administrarse sólo en caso de fiebre que produce afectación del estado general; en estos casos, la dosis debe ser calculada siempre según el peso del niño y no según su edad; los padres deben tener clarísimas las indicaciones de uso del paracetamol, que incluyen la fiebre y el dolor (y ninguna otra indicación); los padres deben ser advertidos del peligro del abuso, en forma de uso frecuente o habitual, de este medicamento (como de todos); y seguir insistiendo en que la fiebre es sólo un síntoma, no una enfermedad. La "fiebrefobia" es la primera causa de utilización de antitérmicos en niños. Es nuestra responsabilidad como sanitarios desdramatizar la fiebre y resaltar sus beneficiosos efectos ya que se trata de un mecanismo de defensa del organismo para combatir la infección.
Y, por supuesto, informar a los padres de que el paracetamol es un medicamento y, como tal, tiene efectos adversos reales que han de conocer. No se trata de asustar sino de informar adecuadamente.
La fiebrefobia es tremenda y conlleva un abuso de los antitérmicos porque muchas personas no soportan que los niños estén ni media hora con fiebre. Muchos cuando llegan a la consulta han sobredosificado los fármacos, aumentando la dosis o reduciendo el intervalo entre dosis. Siempre trato de explicarles que es bastante más saludable tener fiebre que tener una intoxicación medicamentosa (que siempre se minimiza). En una sociedad excesivamente medicalizada, hoy en día cuesta transmitir estos mensajes.
ResponderEliminarUn saludo
Y los fabricantes de sensores y termómetros ¿por qué siguen poniendo los 37 grados como la barrera a no superar? los de sensor además lucen y pitan como si hubiera una urgencia
Eliminar¿Qué hace la AEPED para ordenar, homogeneizar y aconsejar?
Pues sí, la fiebrefobia es un auténtico problema. No se trata ya la fiebre, sino "la posibilidad de tenerla". Es frecuente ver en consultas de AP o de urgencias a padres que acuden porque el niño tiene un proceso catarral afebril y les han dado por su cuenta y riesgo ibuprofeno o paracetamol...
ResponderEliminarEl abuso de estos fármacos es una realidad y se ha convertido en un riesgo para nuestros niños.
Estupenda aportación (como siempre¡¡). Yo creo que los profesionales (médicos, enfermeras, pediatras...) somos los culpables. Los padres y las madres hacen lo que nos ven hacer a nosotros. Seamos sensatos¡¡¡
ResponderEliminarUn saludo
Hola, Victor.
ResponderEliminarLos profesionales, efectivamente, tenemos nuestra parte de responsabilidad en el fomento de la "fiebrefobia" como enfermedad.
Pero sólo parte. Al igual que muchos profesionales, muchos (bastantes) padres, bienintencionadamente, sobremedican a sus hijos. Con antitérmicos es lo más habitual, ya que ¿en qué hogar con niños faltan el ibuprofeno o el paracetamol?
Yo aquí sólo puedo aportar mi experiencia personal como pediatra de AP y de urgencias hospitalarias que, en cuanto a experiencia personal, sólo es extrapolable a mi ;-). Y veo que:
1.- Los antitérmicos se dan muchas veces a niños con temaperatura normal.
2.- Los antitérmicos se dan... por otras causas que no tienen que ver con la fiebre o el dolor (porque tiene mocos, porque tiene tos, porque parece que está incubando algo...).
3.- Los termómetros electrónicos (no sé si alguien tendrá una experiencia similar), cuando no hay fiebre, dan en ocasiones temperaturas irreales: 35ºC, 35,5º C, ¡34º C! Y para muchos padres, cuando por casualidad el termómetro en cuestión marca 36,5º-37º, creen - erróneamente - que el niño tiene "décimas" ("Es que 37º para mi hijo es fiebre" he oído decenas de veces).
Luchar contra esto es, por supuesto, responsabilidad nuestra, de los profesionales sanitarios, proporcionando la información adecuada. Habrá que seguir remando...
Un saludo.
Me parece un artículo muy didáctico. Por esta razón y sin tu permiso lo he copiado en el blog de nuestra escuela, para compartir con los padres. Además de lo pedagógico es fiel retrato de una realidad que nosotras estamos acostumbradas, desafortunadamente, a ver todos los días.
ResponderEliminarGracias y un saludo.
Marisa, toma lo que desees ;-)
ResponderEliminarMe parece sencillamente genial este articulo...he visto que hasta para algo tan fisiologico como la denticion las madres automedican a sus pequeños con apiretal.
ResponderEliminarDr Alfredo Moleiro
Muy buen artículo, yo no soy médico, soy solo una madre de un niño que ahora tiene cuatro años. Hemos pasado un poco de todo, y hasta hace un año leí un súper artículo pediátrico sobre la fiebre y al fin comprendí muchas cosas y me dio mucho coraje que en tres años de visitas pediátricas nadie me explico que la fiebre no es mala y que,a no ser que mi niño estuviera muy decaído, no era necesario administrar antipireticos. Ahora que lo sé he visto la diferencia, cuando mi hijo tiene fiebre pero su estado general es normal, lo dejo con su fiebre, y al siguiente día está repuestísimo. He comprendido que la fiebre combate la infección, por qué quitarle a mi hijo sus armas para combatir? Si lo veo que no juega, no come nada, que está aletargado, entonces le administro paracetamol ó ibuprofeno. Vamos, que ya no uso estos medicamentos "para combatir la fiebre", sino que, si por causa de la infección mi niño se siente muy malito, es cuando lo administro.
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