En la revista Evidencias en Pediatría (EvP) revisamos más de 80 revistas biomédicas, tanto de pediatría como revistas generalistas y de otras especialidades (pero que publican artículos pediátricos). EvP selecciona, mediante un proceso estructurado de puntuación, aquellos estudios científicamente válidos, clínicamente importantes, así como novedosos o relevantes. En resumen, elige los mejores artículos de la literatura y realiza una valoración crítica de la información para que el pediatra la use y adapte a su práctica clínica diaria. Para más detalles, la estructura de EvP y las normas de publicación se desarrollan en la web de la revista.
Para los “mejores artículos” de la literatura científica, existe en EvP una premisa (no escrita, pero tácita) de intentar valorar el mayor número de artículos (válidos, importantes y novedosos) de las principales revistas generales y pediátricas. A estas revistas principales les hemos llamado las “big five” : revistas que han demostrado, con el tiempo y el uso, la “utilidad” que implica su lectura para la actualización y formación continuada de los pediatras. Es una clasificación que va más allá de la impactolatría , pero que no es ajena a que las revistas seleccionadas son de calidad y con elevado factor de impacto (FI).
Si hablamos de revistas de medicina general está claro la posición de NEJM, Lancet, JAMA, BMJ y en la quinta posición se abre el abanico (¿Ann Inter Med, CMAJ o…?).
Si hablamos de revistas de pediatría está claro la posición de Pediatrics, J Pediatrics, Arch Dis Child, Arch Pediat Adol Med y en la quinta posición se abre el abanico (¿Eur J Pediatr, Ped Res o…?.
Cuando un pediatra realiza un estudio importante, ¿dónde intenta publicarlo?. Están claras las opciones, en general: seguramente se debe intentar en aquella revista que tenga mayor calidad y visibilidad en el panorama científico (y, por ende, mayor FI). Si el trabajo es de la máxima calidad se intentará alguna de las “big five” de medicina general (que se mueven con FI entre 20 y 50); si no fuera posible, se intentaría alguna de las “big five” de pediatría (que se mueven con FI entre 2 y 5); si no fuera posible, se intentaría alguna de las “big five” de las especialidades pediátricas (por ejemplo, en el área de la neonatología la revista principal es Neonatology y su FI es inferior a 2). Obsérvese que el mundo de la impactolatría sigue también reglas matemáticas: entre los “big five” de medicina general y los “big five” de pediatría se establece una diferencia marcada, con un factor de conversión de 10.
Pero está claro que no son todos los que están, ni están todos los que son. Y así como algunos artículos publicados en los “big five” no se corresponden con la calidad de la revista en sí, otros muchos artículos de calidad son publicados en revistas fuera de los “big five”. Aunque la revista se compone de sus artículos, lo importante (y esto es trasladable al análisis de citas y referencias) es el artículo individual. Por eso en EvP respetamos los “big five”, pero no nos dejamos deslumbrar por ello. Y valoramos la calidad científica, importancia clínica y aplicabilidad para la práctica clínica del artículo individual, proceda de donde proceda.
2 comentarios:
Difícilmente un trabajo muy especifico de pediatría, por mucha calidad que tenga, se publicara en las big five generales y ademas es bueno que sea así , por tanto creo que la propuesta no es exacta. Se debe publicar en la mejor revista posible pero con el acento en la audiencia, tanta veces olvidada, de la revista
Saludos
Gracias por tu aportación, Rafa. Sin embargo, trabajos excelentes, rigurosos y multicéntricos en Pediatría (un ejemplo es el campo de la vacunología o la neonatología) si tiene cabida en las big five generales. Francamente complicado, pero posible. En cualquier caso, nuestra entrada (y la que continuará este miércoles) va en la línea de tu criterio.
Saludos..
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