New England Journal of Medicine (NEJM) se ha convertido en uno de los principales santuarios de la publicación biomédica. Lidera los “big five”, de forma que los artículos publicados en esta revista tienen gran repercusión.
Algo así ha ocurrido con la revisión titulada “Febrile urinary tract infectiones in children”, publicada el pasado mes de julio y que se ha divulgado con profusión por la red (incluido el mundo de la blogosfera). Aunque es una revisión correcta, sorprende (al menos al que firma este comentario) que este artículo haya visto la luz en NEJM. Y esto nos sirve como argumento para realizar alguna reflexión sobre tres aspectos: calidad de una revisión, valor añadido y “tibetización”.
1) Calidad de la revisión: esta revisión de NEJM es una clásica revisión de autor, con 12 páginas, 4 figuras, 1 tabla y 95 referencias bibliográficas. No conocemos la metodología explícita empleada para la revisión (bases de datos, palabras clave, años, tipos de estudio, idiomas, etc), hecho común en una revisión de autor y que implica una limitación evidente: la revisión bibliográfica debiera ser explícita y seguir en ese aspecto una metodología similar de una revisión sistemática (al menos, debiera ser una exigencia para mejorar su rigor). Así, nos encontramos que, de las 95 referencias del artículo, sólo un 17% de las mismas son de los últimos 3 años y esto, con la corta vida media de los conocimientos científicos en el campo de la infección de orina (ITU), implica un grado bajo de actualización. El aspecto gráfico (figuras y tablas) es más propio de un texto, por lo que, salvando la relativa originalidad de las figuras 2 y 4, no aporta valor añadido a lo ya conocido en este campo.
El artículo no plantea preguntas y las respuestas a nuestras dudas habituales no vienen apoyadas por el nivel de evidencia ni por el grado de recomendación correspondiente, por lo que las implicaciones prácticas (para la clínica y para la futura investigación) son limitadas.
Algo así ha ocurrido con la revisión titulada “Febrile urinary tract infectiones in children”, publicada el pasado mes de julio y que se ha divulgado con profusión por la red (incluido el mundo de la blogosfera). Aunque es una revisión correcta, sorprende (al menos al que firma este comentario) que este artículo haya visto la luz en NEJM. Y esto nos sirve como argumento para realizar alguna reflexión sobre tres aspectos: calidad de una revisión, valor añadido y “tibetización”.
1) Calidad de la revisión: esta revisión de NEJM es una clásica revisión de autor, con 12 páginas, 4 figuras, 1 tabla y 95 referencias bibliográficas. No conocemos la metodología explícita empleada para la revisión (bases de datos, palabras clave, años, tipos de estudio, idiomas, etc), hecho común en una revisión de autor y que implica una limitación evidente: la revisión bibliográfica debiera ser explícita y seguir en ese aspecto una metodología similar de una revisión sistemática (al menos, debiera ser una exigencia para mejorar su rigor). Así, nos encontramos que, de las 95 referencias del artículo, sólo un 17% de las mismas son de los últimos 3 años y esto, con la corta vida media de los conocimientos científicos en el campo de la infección de orina (ITU), implica un grado bajo de actualización. El aspecto gráfico (figuras y tablas) es más propio de un texto, por lo que, salvando la relativa originalidad de las figuras 2 y 4, no aporta valor añadido a lo ya conocido en este campo.
El artículo no plantea preguntas y las respuestas a nuestras dudas habituales no vienen apoyadas por el nivel de evidencia ni por el grado de recomendación correspondiente, por lo que las implicaciones prácticas (para la clínica y para la futura investigación) son limitadas.
2) Valor añadido: aunque es una correcta revisión de autor, no aporta valor añadido esencial, al menos al nivel de lo que se espera de una revista del impacto de NEJM. Dado que se ha divulgado con profusión este artículo, nos parece de justicia divulgar otros artículos actuales que, sin duda, cumplen los criterios de calidad arriba indicados y plantean respuestas concretas (con niveles de evidencia y grado de recomendación) a preguntas sobre el manejos diagnóstico-terapéutico de la ITU en Pediatría.
Sobre ITU cabe destacar el monográfico publicado en Anales de Pediatría en el año 2007, basado en la Conferencia de consenso liderada por el Dr. Carlos Ochoa, y que comprende los siguientes capítulos: metodología de la Conferencia de consenso, métodos de recogida de muestras de orina, utilidad de los distintos parámetros del perfil urinario, perfil etiológico de las ITU, criterios de hospitalización, profilaxis antibiótica en las ITU, tratamiento antibiótico en las ITU, pruebas de imagen en las ITU y, especialmente, las Recomendaciones de la Conferencia de Consenso sobre ITU.
Otro documento fundamental es la Guía de práctica clínica sobre reflujo vesicoureteral primario o esencial, presente en Guiasalud.
Asimismo, desde Evidencias en Pediatría hemos tratado este tema desde múltiples puntos de vista, planteando preguntas y respuestas concretas: pruebas de imagen en la ITU, profilaxis antibiótica en RVU grado II-III y en RVU grado III-IV, valor de escalas de decisión clínica para predecir RVU, utilidad de la ecografía renal prenatal o de la gammagrafía renal, antibioterapia oral frente a parenteral, etc.
3) "Tibetización": es un simil utilizado en cienciometría para definir el elevado índice de aislamiento de algunos países en la utilización de las referencias bibliográficas de sus articulos. Se define el índice de aislamiento como el número de referencias del propio país respecto al total de referencias. Como ejemplos típicos de países con producción propia de gran relieve y una comunidad científica abierta al resto del mundo tenemos a Japón y Alemanía, con índices de aislamiento de 12% y 17%, respectivamente. Como ejemplos típicos de países con gran producción y poco permeables a lo que no se publique en inglés tenemos a Gran Bretaña y Estados Unidos, con índices de aislamiento de 38% y 79%, respectivamente.
En la revisión de NEJM que comentamos todos los articulos son en inglés (menos uno, en francés, ref. 53) y la participación española es anecdótica en un ensayo clínico colaborativo (ref. 60).
No seré yo quien dude de que el inglés es el idioma de la ciencia actual. Pero no quisiera contribuir con esta afirmación a crear un pensamiento colectivo erróneo de que no existe vida intelingente (con calidad científica e importancia clínica, aunque sin "impacto" a veces) fuera del inglés.
No seré yo quien dude de que el inglés es el idioma de la ciencia actual. Pero no quisiera contribuir con esta afirmación a crear un pensamiento colectivo erróneo de que no existe vida intelingente (con calidad científica e importancia clínica, aunque sin "impacto" a veces) fuera del inglés.
Lo dicho: si quieren actualizar el tema de la ITU con documentos de calidad científica y con valor añadido para su práctica clínica sugiero que revisen algunos de los documentos referidos en el punto 2. Casualmente todos en español. Y, de paso, no contribuimos a la "tibetización" de otros y hacemos justicia a lo nuestro (sin chovinismo y sin acritud...). Por cierto, Guisalud acaba de publicar la GPC sobre ITU que se ha venido desarrollando en los dos últimos años (y que marcará un antes y un después)... y también será en español. De ella hablaremos en breve
P.D 1: Seguiré leyendo con entusiasmo NEJM. Pero no me dejaré deslumbrar por la revista en sí, sino por la calidad y valor añadido de sus artículos.
P.D 2: Tengo evidentes conflictos de interés, pues he participado en los documentos citados y los conozco bien. Además el Dr Carlos Ochoa es un amigo "basado en la evidencia" del alma. Pero nada de esto empaña mis comentarios previos, lo aseguro.
2 comentarios:
Uno de los objetivos de las Asociaciones de Pediatría, especialmente las del tercer nivel, las internacionales, es potenciar la voz de los pediatras y las filiales a las que ellas pertenecen.
Es quizás, junto a la de ser voceros de la amplia problemática de la niñez y establecer puentes entre la comunidad y el sector oficial y el privado, la más importante. Para esto debe utilizar distintas estrategias y construir proyectos concretos.
En lo que al tema se refiere, ofrecer visibilidad y ampliar el escenario a publicaciones en español, así como ofrecer programas de educación médica continua colaborativos iberoamericanos, es una de las que aparecen, además de interesantes, como posible.
Esto motivó la recomendación de ALAPE a dos de las publicaciones más importantes de la AEP, Evidencias y Anales, y la iniciativa de unir esfuerzos que paso a paso se deben consolidar.
Muy buena nota!.
H Villamizar, Presidente ALAPE
Estimado Hernando:
Gracias por tus puntualizaciones. Evidencias en Pediatría tiene la fortuna de contar con el apoyo de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y de la Asociación Latinoamericana de Pediatría (ALAPE). Esa fortuna tiene que ir acompañada de responsabilidad. Responsabilidad porque el español sea un idioma científico riguroso y para ello precisamos de colaboraciones desde ambos lados del Atlántico.
Debemos hacer una llamada a que se "utilice" la buena literatura científica en español, evitando el tan desdeñable autoboicot (consciente o inconsciente) al que a veces sometemos a nuestra producción científica y a nuestros propios compañeros.
Pero obras son amores... y no buenas razones. Y en ello estamos.
Un cordial saludo,
Javier
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