Esta semana acaba de finalizar el verano y yo comienzo mis vacaciones (este año, vacaciones de otoño). Me encuentro en Sitges, frente a la playa de San Sebastián (considerada este año por el New York Times como la mejor playa urbana de Europa), en un pueblo que se prepara para su cita anual con el cine, en su 44 Festival Internacional de Cine Fantàstic de Catalunya. Pero, además de su turismo de calidad y su amor al cine, Sitges también se caracteriza por ser uno de los paraísos de la homosexualidad, tanto masculina como femenina.
La coincidencia de estos hechos, hace que venga a mi memoria una película que reúne alguna de las notas de esta entrada: verano, cine y homosexualidad femenina. Es una película "menor" o minimalista, con la solidez y la coherencia del cine inglés, con guión y dirección de Pawel Pawlikowski, un polaco que trabaja en Gran Bretaña: Mi amor de verano (2004), basada en la novela del mismo nombre de Helen Cross, una “bilgunsroman” o "novela de aprendizaje y formación" en relaciones afectivas y/o humanas, en ese caso limitada a un verano y a dos adolescentes. No llegó a alcanzar las buenas críticas de su trabajo precedente, Last Resort (2000), si bien es cierto que por ambas consiguió sendos premios BAFTA (British Academy of Film and Television Arts).
Mi amor de verano es una película simple, con dosis de calidad y belleza para describir el descubrimiento del amor y la homosexualidad en dos chicas adolescentes de distinta clase social, ambientado en el corto espacio de un verano en un pequeño pueblo de Yorkshire: Mona (Nathalie Press) y Tamsin (Emily Blunt, actriz con una de las miradas de belleza más incontestable, tal como hemos podido comprobar recientemente en su salto a Hollywood con Destino oculto de David Norris, 2011), que se presentan como dos chicas sentimentalmente medios huérfanas, que fuman y beben todo el tiempo y que recuerdan a Edith Piaf, Nietzsche o Freud. Mona vive con su hermano (Paddy Considine, actor fetiche de Pawlikowski), antiguo expresidiario que asegura haber encontrado a Dios y que quiere vender el bar para hacerlo una capilla de oración. Tamsin disfruta de una vida elegante en su casa de campo, pero con la madre de gira teatral, el padre enamorado de su secretaria y el triste recuerdo de la hermana que murió. En medio de esta aparente soledad de cada una de ellas nace la amistad y los sentimientos, con el acierto de enmarcar en un ambiente de cierta irrealidad una historia de amor tan efímera como el verano inusualmente cálido en que se desarrolla la historia.
Con un guión que se aproxima a Criaturas celestiales, la película con la que se dio a conocer el australiano Peter Jackson en 1994, o a Fucking Amal, la película con la que se dio a conocer el sueco Lukas Moodysson en 1998, no importan tanto el qué se cuenta, sino el cómo se cuenta. Es el valor añadido de Mi amor de verano al abordar la frontera entre la amistad y el amor entre dos adolescentes con una delicada fotografía (que recuerda al David Hamilton de los años 70) de lo que es un tema con aristas: el lesbianismo.
El lesbianismo o safismo (palabras que derivan de la isla de Lesbos, donde residía la poetisa Safo), fue severamente perseguido y reprimido durante muchos años. Es claro que la lesbiana cuestiona seriamente los pilares de esta sociedad: la dependencia con respecto al varón, el matrimonio, la familia y la maternidad. Para Hilda Rais, una lesbiana arquetípica, las mujeres lesbianas son las que eligen sexualmente a otra mujer y que "siendo biológicamente capaces de reproducirse, pueden elegir no hacerlo; que no dependen ni sexual, ni emocional, ni económicamente de un varón; son mujeres que se conducen como varones en un mundo sin varones".
El lesbianismo explícito o sugerido aparece muy pronto en la filmografía. Curiosamente los argumentos con mujeres que desafiaban los roles femeninos eran más fácilmente aceptados por la audiencia que el de los varones que transgredieran los masculinos. La primera película cuya trama principal es una historia lésbica es la alemana Muchachas de uniforme (Leontine Sagan, 1931) que trata del amor de una adolescente por una profesora en un internado. Desde todos los países y filmografías se repiten los ejemplos, con mayor o menor éxito y con distintos enfoques (desde la comedia a la tragedia, desde la reflexión a la provocación), de películas que abordan un tema que plantea diferentes reflexiones: historias sobre el amor y la amistad, la alegría y el dolor en la experiencia de los sentimientos amorosos, y el desconcierto que produce en la adolescencia el darse cuenta que no se ama del modo convencional y esperado.
Algunos ejemplos (en ningún caso, exhaustivo) a través de las filmografías del mundo para reflexionar sobre la homosexualidad femenina:
-Desde Estados Unidos, Go fish (Rose Troche, 1994), High Art (Lisa Chodolenko, 2000), La verdad sobre Jane (Lee Rose, 2000), Si las paredes hablaran 2 (Jane Anderson, Martha Coolidge y Anne Heche, 2000), Las horas (Stephen Daldry, 2002), Loving Annabelle (Katherine Brooks, 2006)
-Desde Canadá, Cuando cae la noche (Patricia Rozéma, 1995), El último suspiro (Léa Pool, 2001).
-Desde Alemania, Aimée y Jaguar (Max Färberböck, 1999), Sonja (Kirsi Liimatainen, 2006).
-Desde Francia, ¿Entiendes? (Sthépane Giusti, 1999), Clara cet été là (Patrick Grandperret, 2004).
-Desde España, Electrosock (Juan Carlos Claver, 2006), Habitación en Roma (Julio Médem, 2010).
-Desde Italia, Benzina (Monica Stambrini, 2001).
-Desde Irlanda, La memoria de los peces (Liz Gill, 2003).
-Desde Hungría, La elección de Hanna (Károly Makk y János Xantus, 1982).
-Desde India, Fuego (Deepa Mentha, 1996).
-Desde China, Fish and the elephant (Li Yu, 2001).
-Desde Hong Kong, Butterfly (Yan Yan Mak, 2004).
-Desde Japón, Love my life (Kôji Kawano, 2006).
-Desde…
La coincidencia de estos hechos, hace que venga a mi memoria una película que reúne alguna de las notas de esta entrada: verano, cine y homosexualidad femenina. Es una película "menor" o minimalista, con la solidez y la coherencia del cine inglés, con guión y dirección de Pawel Pawlikowski, un polaco que trabaja en Gran Bretaña: Mi amor de verano (2004), basada en la novela del mismo nombre de Helen Cross, una “bilgunsroman” o "novela de aprendizaje y formación" en relaciones afectivas y/o humanas, en ese caso limitada a un verano y a dos adolescentes. No llegó a alcanzar las buenas críticas de su trabajo precedente, Last Resort (2000), si bien es cierto que por ambas consiguió sendos premios BAFTA (British Academy of Film and Television Arts).
Mi amor de verano es una película simple, con dosis de calidad y belleza para describir el descubrimiento del amor y la homosexualidad en dos chicas adolescentes de distinta clase social, ambientado en el corto espacio de un verano en un pequeño pueblo de Yorkshire: Mona (Nathalie Press) y Tamsin (Emily Blunt, actriz con una de las miradas de belleza más incontestable, tal como hemos podido comprobar recientemente en su salto a Hollywood con Destino oculto de David Norris, 2011), que se presentan como dos chicas sentimentalmente medios huérfanas, que fuman y beben todo el tiempo y que recuerdan a Edith Piaf, Nietzsche o Freud. Mona vive con su hermano (Paddy Considine, actor fetiche de Pawlikowski), antiguo expresidiario que asegura haber encontrado a Dios y que quiere vender el bar para hacerlo una capilla de oración. Tamsin disfruta de una vida elegante en su casa de campo, pero con la madre de gira teatral, el padre enamorado de su secretaria y el triste recuerdo de la hermana que murió. En medio de esta aparente soledad de cada una de ellas nace la amistad y los sentimientos, con el acierto de enmarcar en un ambiente de cierta irrealidad una historia de amor tan efímera como el verano inusualmente cálido en que se desarrolla la historia.
Con un guión que se aproxima a Criaturas celestiales, la película con la que se dio a conocer el australiano Peter Jackson en 1994, o a Fucking Amal, la película con la que se dio a conocer el sueco Lukas Moodysson en 1998, no importan tanto el qué se cuenta, sino el cómo se cuenta. Es el valor añadido de Mi amor de verano al abordar la frontera entre la amistad y el amor entre dos adolescentes con una delicada fotografía (que recuerda al David Hamilton de los años 70) de lo que es un tema con aristas: el lesbianismo.
El lesbianismo o safismo (palabras que derivan de la isla de Lesbos, donde residía la poetisa Safo), fue severamente perseguido y reprimido durante muchos años. Es claro que la lesbiana cuestiona seriamente los pilares de esta sociedad: la dependencia con respecto al varón, el matrimonio, la familia y la maternidad. Para Hilda Rais, una lesbiana arquetípica, las mujeres lesbianas son las que eligen sexualmente a otra mujer y que "siendo biológicamente capaces de reproducirse, pueden elegir no hacerlo; que no dependen ni sexual, ni emocional, ni económicamente de un varón; son mujeres que se conducen como varones en un mundo sin varones".
El lesbianismo explícito o sugerido aparece muy pronto en la filmografía. Curiosamente los argumentos con mujeres que desafiaban los roles femeninos eran más fácilmente aceptados por la audiencia que el de los varones que transgredieran los masculinos. La primera película cuya trama principal es una historia lésbica es la alemana Muchachas de uniforme (Leontine Sagan, 1931) que trata del amor de una adolescente por una profesora en un internado. Desde todos los países y filmografías se repiten los ejemplos, con mayor o menor éxito y con distintos enfoques (desde la comedia a la tragedia, desde la reflexión a la provocación), de películas que abordan un tema que plantea diferentes reflexiones: historias sobre el amor y la amistad, la alegría y el dolor en la experiencia de los sentimientos amorosos, y el desconcierto que produce en la adolescencia el darse cuenta que no se ama del modo convencional y esperado.
Algunos ejemplos (en ningún caso, exhaustivo) a través de las filmografías del mundo para reflexionar sobre la homosexualidad femenina:
-Desde Estados Unidos, Go fish (Rose Troche, 1994), High Art (Lisa Chodolenko, 2000), La verdad sobre Jane (Lee Rose, 2000), Si las paredes hablaran 2 (Jane Anderson, Martha Coolidge y Anne Heche, 2000), Las horas (Stephen Daldry, 2002), Loving Annabelle (Katherine Brooks, 2006)
-Desde Canadá, Cuando cae la noche (Patricia Rozéma, 1995), El último suspiro (Léa Pool, 2001).
-Desde Alemania, Aimée y Jaguar (Max Färberböck, 1999), Sonja (Kirsi Liimatainen, 2006).
-Desde Francia, ¿Entiendes? (Sthépane Giusti, 1999), Clara cet été là (Patrick Grandperret, 2004).
-Desde España, Electrosock (Juan Carlos Claver, 2006), Habitación en Roma (Julio Médem, 2010).
-Desde Italia, Benzina (Monica Stambrini, 2001).
-Desde Irlanda, La memoria de los peces (Liz Gill, 2003).
-Desde Hungría, La elección de Hanna (Károly Makk y János Xantus, 1982).
-Desde India, Fuego (Deepa Mentha, 1996).
-Desde China, Fish and the elephant (Li Yu, 2001).
-Desde Hong Kong, Butterfly (Yan Yan Mak, 2004).
-Desde Japón, Love my life (Kôji Kawano, 2006).
-Desde…
Reflexiones necesarias sobre una realidad que conviene conocer y entender. Conocer y entender desde diferentes perspectivas: como profesionales de la medicina que cuidan de adolescentes, como padres, como personas,...
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