Hoy se cumple una semana del secuestro de dos cooperantes españolas en el campo de refugiados de Dadaab (este de Kenia). Las dos cooperantes ((Montserrat Serra y Blanca Thiebau), que trabajan para la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) al parecer se encuentran en la ciudad costera somalí de Kismayo, feudo de la milicia radical islámica Al Shabab, vinculada a Al Qaeda.
El presidente de MSF en España, José Antonio Bastos, ha vuelto a exigir la liberación inmediata de las dos cooperantes, si bien no se dispone de información veraz sobre su paradero ni sobre la identidad y objetivos de los captores.
El secuestro de una persona siempre provoca gran preocupación. En el caso de que el secuestro se realice sobre personas jóvenes que van a realizar solidariamente una labor de cooperación internacional a un país de África, provoca además indignación. En mi caso, en el de mi familia, los sentimientos son muy diversos: nuestra hija regresó hace 2 meses de Kenia, tras su segundo año de trabajo como cooperante. Y apenas hemos hablado del tema.
Confiemos en la pronta y feliz resolución de esta situación. Por Montserrat y Blanca, por sus familias, porque no se prolongue la agonía y acabe influyendo sobre el deseo de realizar cooperación internacional en las personas.
Las fotos que acompañan esta entrada fueron realizadas este verano por mi hija María en los alrededores de Nairobi. El valor de la sonrisa de un niño africano lo compensa todo. Porque en África los niños sonríen de una forma muy especial.
1 comentario:
La verdad que estas cosas asustan!! Esperemos que todo se resuelva bien para las chicas y sus familias!!
Yo, de todos modos, sigo teniendo entre mis planes en cuanto pueda ir a algún sitio así de cooperadora! Es una de las pocas cosas que, a día de hoy, tengo claras en la vida ;)
Un saludo
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