Venga, que levante la mano quien no se haya hecho esta pregunta. Yo estoy cansado de hacérmela. Desde que era un simple residente de pediatría allá en Zaragoza hasta la actualidad que ejerzo de pediatra de atención primaria en Girona.
En los casi 25 años que han transcurrido entre ambas situaciones laborales, nada ha cambiado: las administraciones sanitarias aprueban, una y otra vez, "novedades terapéuticas" (que implican muy escasa o nula mejora de las enfermedades o condiciones para las que están aprobadas) y, después, penalizan a los médicos si las prescriben.
De todo esto y mucho más trata el "Butlletí Groc", de la Fundació Institut Català de Farmacologia, de los meses de abril-junio de este año que termina.
Y es que vivimos tiempos de una profunda crisis económica (los expertos hablan ya de "recesión" para el próximo semestre). Las consecuencias de esta crisis las estamos sintiendo muy especialmente los profesionales sanitarios que trabajamos en Cataluña. En esta Comunidad Autónoma se ha optado por disminuir drásticamente el gasto de personal. Sin embargo, como podemos leer en el "Butlletí Groc", "En Cataluña se han propuesto algunas medidas para contener el gasto farmacéutico. La sustitución centralizada de los 10 primeros medicamentos de marca por la versión respectiva más barata hubiese podido ahorrar unos 90 M€ en 2010, y si se hubieran sustituido todos los fármacos por los de precio más barato, se habrían ahorrado 203 M€. Ninguna de estas medidas fue aplicada por el Departament de Salut". He optado por resaltar los millones de euros en negrita. Esta situación creo que es extrapolable a cualquier otra Comunidad Autónoma.
Más aún: "¿Más caro significa que es mejor?" Cualquier prescriptor de fármacos sabe que no es así. Y encontramos la confirmación de esta respuesta, de nuevo, en el "Butlletí Groc": "Hace siete años nos preguntábamos, ¿por qué la estatina, el antihipertensivo o el antipsicótico que generan más gasto no son “el mejor” de cada grupo? y constatábamos que el precio de los medicamentos no tiene relación con su valor terapéutico, porque en el mercado de los medicamentos los compradores y vendedores no tienen su papel clásico: cuanto más caro es un medicamento más agresiva es su promoción y más beneficio económico genera, de manera que, paradójicamente, entre los fármacos de un mismo grupo, el más consumido no suele ser el de mejor relación beneficio/riesgo, sino el que genera más ganancias".
Los subrayados en negrita son nuevamente míos, para enfatizar la indignidad de la situación que todos padecemos (médicos y pacientes).
Esta situación de promoción desbocada de nuevos fármacos, algunos sólo ligeramente modificados de sus predecesores (más baratos y de la misma eficacia) ha dado lugar a un ranking de "fármacos de éxito" (para sus fabricantes, por supuesto). Podeis verlos en la tabla 1 del Butlletí y son:
- Atorvastatina
- Clopidogrel
- Esomeprazol
- Salmeterol+fluticasona por vía inhalatoria
- Rosuvastatina
Recordando los malos tiempos que vivimos... no está mal recordar a nuestras autoridades sanitarias que el consumo de medicamentos en nuestra sociedad está disparatadamente elevado. Y que por este lado es posible (obligado, diría yo) "recortar", por ejemplo, no financiando aquellos nuevos fármacos de nula mejora terapéutica. Como se acercan los Reyes, voy a hacer mi particular Carta basada en las conclusiones del Butlletí:
- Sería neceario y conveniente prohibir la actividad comercial en todos los cntros sanitarios del Sistema Nacional de Salud.
- La formación continuada de los profesionales sanitarios jamás debería recaer en manos de la industria farmacéutica. Es responsabilidad de las instituciones sanitarias para las que los médicos trabajamos.
- Insisto: aprobar el uso de un fármaco no implica financiarlo. Así que pido a nuestros "aprobadores de fármacos" que aquéllos que sean tan nuevos como caros e inefectivos respecto a sus predecesores queden fuera de cualquier financiación pública.
1 comentario:
Hola,
Es curioso como afloran todo este sentimiento de urgente necesidad para mejorar la eficiencia del uso de medicamentos. También es curioso leer cómo se repite que los nuevos fármacos aprobados no sirven para nada.
Es curioso también comprobar como ningún prescriptor aborrece el uso de nolotil o aspirina. Fármacos que de presentar dossier de aprobación hoy en día no pasarían ni en broma.
También es curioso ver como afirmamos lo siguiente:
"Más aún: "¿Más caro significa que es mejor?" Cualquier prescriptor de fármacos sabe que no es así. Y encontramos la confirmación de esta respuesta, de nuevo, en el "Butlletí Groc": "Hace siete años nos preguntábamos, ¿por qué la estatina, el antihipertensivo o el antipsicótico que generan más gasto no son “el mejor” de cada grupo? y constatábamos que el precio de los medicamentos no tiene relación con su valor terapéutico, porque en el mercado de los medicamentos los compradores y vendedores no tienen su papel clásico: cuanto más caro es un medicamento más agresiva es su promoción y más beneficio económico genera, de manera que, paradójicamente, entre los fármacos de un mismo grupo, el más consumido no suele ser el de mejor relación beneficio/riesgo, sino el que genera más ganancias"." Frase cuyo sentido todavía está por encontrar pues los fármacos más consumidos son los más baratos (omeprazol en IBP, simvastatina en estatinas, AAS en antiagregantes, etc). Otra cosa es que otras estatinas generen mayor ventas y por tanto mayores ganancias (que mentira... pues la simvastatina vende mucho más que la rosuvastatina) pero no por ello son los más consumidos. Del hecho de afirmar cosas como "el precio de los fármacos no tiene relación con su valor terapéutico" tienes toda la razón, pongamos la simvastatina a 20€ como la Rosuvastatina. Oh wait... Que 80 centimos por 40 pastillas de paracetamol todavía nos parece abusivo...
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