En realidad nuestro blog, tal como consta en la cabecera, está destinado a la aplicación de los postulados de la Medicina Basada en la Evidencia o en Pruebas a la especialidad de Pediatría. Aunque es cierto que, últimamente, hablamos menos de metanálisis y revisiones sistemáticas y más de la situación que nos rodea: porque nos adaptamos a las situaciones y ahora no hay cosas más "evidentes" que la cruda realidad, con más pruebas negativas que positivas, y con un intervalo de confianza muy, pero que muy escaso.
Que cuando uno acaba de leer los periódicos (o se atreve a sentarse delante de un telediario... que ya es tener valor) tiene que recurrir rápidamente a una combinación de medicamentos (ansiólitico más antidepresivo) para salir adelante, a no ser que tenga una dosis de resiliencia y anti-procrastinación suficiente, tal como comentamos hace un par de semanas. Precisamente en dicha entrada enlazábamos con un vídeo de la película Gladiator. Y es que esta película de Ridely Scott da mucho de sí, tal como ayer nos recordaba Cristóbal en su entrada dominical. También nos proponía el libro "El hombre en busca de sentido" (de Viktor Frankl) como terapia cultural para sacar lo mejor de uno mismo en momentos de crisis.
Hoy yo quería hacer otra propuesta literaria: "El hombre anumérico" de John Allen Paulos. Aunque hace casi un cuarto de siglo de su publicación, vale la pena recomendar los mensajes de este profesor de matemáticas y escritor estadounidense, conocido principalmente por sus ensayos divulgativos sobre las matemáticas y su implicación en la sociedad. El libro es un ensayo que versa sobre los problemas de la sociedad actual para entender las matemáticas en el contexto de la vida diaria. Y nos revela como el analfabetismo numérico desinforma políticas de gobierno, confunde decisiones personales y aumenta la vulnerabilidad ante todo tipo de pseudociencias.
Creo que este libro, publicado hace casi 25 años, no lo han leído la combinación de políticos, banqueros, constructores y agentes inmobiliarios que han sumido a España en la situación que nos describe el vídeo de abajo, ampliamente viralizado y que quizás conozcáis (pues en un mes y medio ha tenido ya más de un millón y medio de descargas). O quizás si lo leyeron, pero lo aplicaron a su manera y semejanza... y ahora tenemos que arreglar las cuentas entre todos, con la clase media y menos favorecida a la cabeza.
Como no creo que con este libro sea suficiente para superar la que se nos viene encima, os dejo algunos libros más de autoayuda: "La receta de la felicidad" (de Deepak Choppra), "El monje que vendió su ferrari" (de Robin S. Sharma), "Viaje al optimismo" (de Eduardo Punset), "Gente tóxica" (de Bernardo Stamateas), "El poder" (de Rhonda Byrne), "Reiníciate" (de Antonio Fornés), "No te rindas" (de Enrique Rojas), "El poder del amor" (de Joann Davis), "365 ideas para cambiar tu vida" (de Francesc Miralles), "Centramientos" (de Antonio Jorge Larruy), Manual de Psicomagia (de Alejandro Jodorowsky), etc, etc...
En caso de que no sea suficiente, siempre nos quedarán el Yonatan y la Jessi de Arturo Pérez Reverte y su filosofía de la calle, políticamente incorrecta, pero que a uno le gustaría decir a más de uno con la que nos han liado,... porque mira que la han liado parda. La frase que Pérez Reverte tuvo el gusto de repetir en el pleno de la Real Academia Española, fascinado por tanta sabiduría de ese Yonatan y esa Jessi: "Te vi a zampar una ostia más rápido que deprisa".
Tiempo al tiempo, pero habrá un momento en que se nos acabe la paciencia... y la educación. Aún así, seguiremos dando mensajes positivos y manteniendo el pulso desde este blog. Y recuperando la moralidad, pues, en el fondo, ya lo hemos dicho en más ocasiones, la crisis en España no es sólo económica, es una crisis moral.
Impecable entrada, muchisimas gracias.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Sonia
Se dice "yoya", Javier es más guay. Como decíamos ayer, es un problema de líderes, ya no hay, tal vez no interese a los hombres numéricos.
ResponderEliminarBueno, quizás y sin dejar de ser críticos con tanta mediocridad como nos rodea, tampoco debemos caer solo en el fatalismo. El vídeo de tu hija y yo que voy a ser yayo son algunos ejemplos de algo que no nos pueden quitar...
Seguiremos hablando y salvando al mundo alrededor de un coffee.
So procastinador.
Gracias Sonia y Miguel por vuestros comentarios.
ResponderEliminarNunca fatalismo. Lo fatal es cruzarse de manos.
Y la tertulia alrededor de un café con amigos sigue siendo alimento para el espíritu :-)