Inmersos en la situación de crisis
económica en la que nos encontramos en España, los recortes en el gasto público
están siendo especialmente notorios en lo que respecta a la investigación.
Nuestros jóvenes licenciados en distintas
disciplinas encuentran una salida laboral como becarios adscritos a un proyecto
de investigación concreto.
La situación de becario, como
probablemente ya sabéis, es precaria tanto económicamente (remuneraciones muy
bajas) como por la duración de su situación y su falta de perspectivas
posteriores.
En este entorno, el becario se dedica
intensamente y con entusiasmo a la labor que se le ha encomendado, su proyecto
de investigación en disciplinas tales como la Biología , la Química , la Física , y también la Medicina.
Si su investigación tiene frutos
positivos para la empresa que le ha contratado, puede vislumbrar un cierto
futuro, pero como la investigación no de el resultado esperado (un nuevo
sistema de fabricación, un nuevo aparato X, etc.) puede darse por no renovado y
no contratado posteriormente para seguir con la fabricación, análisis, o lo que
sea.
Estas reflexiones me las contaba una
querida y allegada becaria que se encuentra en esta situación: su proyecto no
da resultados positivos y por tanto a la calle.
¿Puede el becario verse tentado a “forzar”
la estadística, las pruebas, el estudio en sí para conseguir que su resultado
sea positivo a favor de lo que se pretende demostrar?.
Conocemos el sesgo de publicación (no
publicar aquellos estudios que no dan resultados positivos para la industria),
pero a lo mejor también tenemos que considerar el “sesgo de becario” que quiere
por todos los medios que su resultado sea agradable para el contratante.
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