En este blog hace casi un año comentamos el difícil equilibirio entre la realidad y el deseo para manejar el triángulo sanidad-estado de bienestar-crisis. En aquel momento también compartimos lecturas recomendables para la sanidad en tiempo de crisis económica. Ha ido avanzando el tiempo y, aunque conocimos que los médicos eramos el grupo social con mayor credibilidad por la ciudadanía en España, las noticias que íbamos conociendo no mejoraban el panorama (más bien, todo lo contrario) y confirmamos un declinar a medida que pasa el tiempo.
Los médicos hemos logrado, por méritos propios (y ajenos), no sólo tener uno de los sueldos más bajos de la Unión Europea de los 27 (sólo superamos a estos países, todos con menor renta per cápita: Rumanía, Hungría, República Checa, Polonia, Grecia, Malta, Eslovaquia, Portugal y Eslovenia), sino ir perdiendo derechos adquiridos (pongamos, por ejemplo, la carrera profesional en algunas Comunidades Autónomas). Pero, con todo esto y más, lo que vamos perdiendo a pasos agigantados es la dignidad.
No hacía falta ser García Márquez para predecir la crónica de una muerte anunciada. Otro día analizaremos posibles causas, pero hoy nos gustaría compartir dos palabras de origen latino que pueden ir muy bien en estos tiempos de crisis: procrastinación y resiliencia.
- La procrastinación (del latín: pro: "adelante" y crastinus: "referente al futuro") es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables. Existen dos tipos de individuos que ejecutan esta acción (procrastinadores eventuales y procrastinadores crónicos) y existen tres tipos de procrastinación (por evasión, por activación y por indecisión). En la gestión de la Sanidad hemos padecido mucha procrastinación y, por ello, ahora vienen las prisas. En Sanidad (como en otras facetas de la vida política y social) se ha abusado mucho del dicho "las cosas de palacio van despacio", como excusa. El otro día me la nombraron y mi respuesta fue clara: las cosas de palacio debe ir deprisa, ser vitales, prioritarias, sacarlas adelante... y dar pie para empezar a solucionar otra cosa. Procrastinación es contraria a excelencia y eficiencia.
- La resiliencia (del verbo latino resilio, resilire: "saltar hacia atrás, rebotar") es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal. La resiliencia es el convencimiento que tiene un individuo en superar los obstáculos de manera exitosa sin pensar en la derrota, a pesar que los resultados estén en contra, con un comportamiento ejemplar a destacar en situaciones de incertidumbre con resultados altamente positivos. En las crisis (personales o sociales) hace falta mucha resiliencia.
Combatamos la procrastinación en todo momento y a los responsables: les conocemos, mirémosles a los ojos y, si tienen vergüenza, que agachen los ojos y se vayan. La procrastinación va muy unida a falta de preparación, ausencia de liderazgo e incapacidad de sacrificio.
Y fomentemos la resiliencia: porque de las crisis salen reforzados los mejores. Porque hay que ser resiliente como el junco: fuerte y flexible.
Esto no ha hecho más que empezar. De momento, os dejo el trailer de 300 (Zack Snyder, 2006), una potente adaptación cinematográfica de la novela gráfica de Frank Miller. Y recordemos la Batalla de las Termópilas y las palabras de Leónidas, el rey espartano: "Amenazas a mi gente con esclavitud y muerte. ¡Esto es Esparta!. Vamos a pelear. ¡Una nueva era ha comenzado!. ¡Una era de libertad!... Espartanos, ¡esta noche cenaremos en el infierno!".
En cada uno de vosotros queda imaginar quiénes son los espartanos y quiénes los persas...
5 comentarios:
Las crisis _personales y/o sociales_ precisan de percepción y respuesta. Y la respuesta es todo aquello que está en mis manos... efectivamente.
Saludos.
¡Cuánta razón tienes! La procastinación o el "vuelva usted mañana" es uno de los grandes males de nuestro país, junto con la envidia, deporte nº1.
Es genial Javier, con tú permiso Lo comparto.
Elena
Sugerente la entrada... y entiendo que no es un problema exclusivo de médicos o de profesores, o de pacientes, o de trabajadores o de parados o extranjeros sino que es un problema colectivo que requiere, implicaciones y actuaciones desde la defensa compartida de lo colectivo... empezando por la defensa de los derechos de los más vulnerables.
Estaba alucinada con esta palabreja pues no sabía que existía hasta que en la oficina llegaron los de sistemas a instalarnos un programa para acabar con la procrastinación. Mi cara parecía un poema, también la de mis compañeros… menos mal que no era la única que no había oído hablar de eso!! Yo no sabía que significaba y mucho menos que lo padeciera! Pero ahora se que si y también sé que es un problema que ha pasado a otra dimensión. Os dejo el enlace del software que nos han instalado por si le sirve de ayuda a alguien más. www.workmeter.com.
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