En un artículo especial reciente de la revista Medicina Clínica, firmado por tres mujeres investigadoras, y bajo el título de "Mujeres médicas e investigación en salud" se realizan las siguientes afirmaciones y reflexiones:
-"Las mujeres se han incorporado masivamente a los estudios de medicina en todo el mundo, que en España supera el 75% del alumnado".
-"La feminización es un fenómeno creciente y, aunque heterogénea entre las diversas especialidades médicas, será previsiblemente mayor en los próximos años".
-"En la configuración demográfica de la Universidad Pública española son mujeres el 36% de los Profesores Titulares y el 14% de los Catedráticos de Universidad. En Medicina la cuota femenina aún es menor: 18% de Profesores Titulares y 4% Catedráticos. Curiosamente no hay ninguna catedrática en Pediatría ni en Ginecología-Obstetricia, disciplinas paradigmáticas asociadas a la salud y profesionalización femeninas".
-"Se ha alertado de que el tiempo equivalente efectivo de los profesionales de la medicina pudiera disminuir en los próximos años por el fenómeno de la feminización debido a factores socioculturales derivados de la condición femenina. Por tanto, parece conveniente reflexionar sobre las potenciales consecuencias del cambio de perfil demográfico de la profesión en la investigación clínica aplicada necesaria para el ejercicio de una medicina basada en la evidencia científica".
Como parte de esta reflexión que comenta el artículo previo, se habló de ello el 18 de junio en Diario Médico, bajo un título periodístico, digamos, poco afortunado: "La crisis agudiza los problemas de la feminización". En esta entrevista intervenía, entre otros, el Prof. Serafín Málaga, presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y su contenido fue sobre-interpretado y mal-interpretado. Este artículo fue valorado en nuestro blog por Paz González, con una reflexión reivindicativa y en positivo: "Esperemos que la crisis económica sirva para unirnos y tirar todos en la misma dirección y no al revés. Las mujeres médicos ni han sido, ni son, ni serán responsables de la crisis sanitaria que nos está tocando vivir". Y también mereció un análisis en otros blogs.
Pero al parecer (yo viví todo esto a mi vuelta de vacaciones), la polémica se desató y en listas de distribución pediátricas y redes sociales se llegó a pedir, incluso, la dimisión del Prof. Serafín Málaga. Otro artículo y titular poco afortunados en El País ("El aluvión de médicas aún encuentra recelos") no hizo sino empeorar la polémica. Polémica que se tuvo que zanjar con una nota del presidentes de la AEP, ratificada por otra nota de la presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
De todo se extraen reflexiones. Incluso de situaciones que nunca se debieron dar como las anteriores, pues en ningún momento los argumentos iban en contra de las compañeras pediatras. Al igual que el artículo de Medicina Clínica (por cierto, en ningún caso debatido y sin polémica por medio), el artículo de Diario Médico hablaba de género (la feminización en medicina) y de número (y daba cifras alrededor de esta situación, números reales)..., pero no había necesidad de liarla parda. Así pues, tres reflexiones al respecto:
-Los sanitarios debemos convivir con los periodistas, pero no está de más convivir con precaución y aplicar medidas para evitar malas interpretaciones con la redacción del texto o titulares, ante ese "No dejes que la realidad te arruine un bonito titular", sobre lo que ya reflexionó en este blog Cristóbal Buñuel en aquel momento de aguda polémica.
-No conviene matar al mensajero, sobre todo antes de tiempo y sin reflexión previa de la situación de la que se parte. Pedir la dimisión del Prof. Málaga por todo lo anterior habla muy poco a favor de quienes lo solicitaron.
-Los pediatras (y el Prof. Serafín Málaga a la cabeza) estamos encantados de convivir con nuestras compañeras de profesión, si bien no es óbice para poder comentar temas como la brecha de género que existe con la mujer en sanidad, tanto en la práctica clínica como en la investigación y docencia médica.
No es inhabitual realizar análisis de género en la investigación. Nosotros lo hicimos (ver el artículo adjunto), pues los estudios sobre la actividad científica desagregados por sexo proporcionan una información imprescindible para establecer las bases de una política científica igualitaria. Es decir, nosotros hablamos de género, de número..., porque se puede hablar de ello con datos objetivos, sin titulares alarmantes y sin necesidad, señores periodistas, de liarla parda con determinados titulares o entrecomillados. Ni matar al mensajero, compañeros pediatras: y pedir la dimisión del presidente de la AEP a la primera de cambio.
Pero al parecer (yo viví todo esto a mi vuelta de vacaciones), la polémica se desató y en listas de distribución pediátricas y redes sociales se llegó a pedir, incluso, la dimisión del Prof. Serafín Málaga. Otro artículo y titular poco afortunados en El País ("El aluvión de médicas aún encuentra recelos") no hizo sino empeorar la polémica. Polémica que se tuvo que zanjar con una nota del presidentes de la AEP, ratificada por otra nota de la presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
De todo se extraen reflexiones. Incluso de situaciones que nunca se debieron dar como las anteriores, pues en ningún momento los argumentos iban en contra de las compañeras pediatras. Al igual que el artículo de Medicina Clínica (por cierto, en ningún caso debatido y sin polémica por medio), el artículo de Diario Médico hablaba de género (la feminización en medicina) y de número (y daba cifras alrededor de esta situación, números reales)..., pero no había necesidad de liarla parda. Así pues, tres reflexiones al respecto:
-Los sanitarios debemos convivir con los periodistas, pero no está de más convivir con precaución y aplicar medidas para evitar malas interpretaciones con la redacción del texto o titulares, ante ese "No dejes que la realidad te arruine un bonito titular", sobre lo que ya reflexionó en este blog Cristóbal Buñuel en aquel momento de aguda polémica.
-No conviene matar al mensajero, sobre todo antes de tiempo y sin reflexión previa de la situación de la que se parte. Pedir la dimisión del Prof. Málaga por todo lo anterior habla muy poco a favor de quienes lo solicitaron.
-Los pediatras (y el Prof. Serafín Málaga a la cabeza) estamos encantados de convivir con nuestras compañeras de profesión, si bien no es óbice para poder comentar temas como la brecha de género que existe con la mujer en sanidad, tanto en la práctica clínica como en la investigación y docencia médica.
No es inhabitual realizar análisis de género en la investigación. Nosotros lo hicimos (ver el artículo adjunto), pues los estudios sobre la actividad científica desagregados por sexo proporcionan una información imprescindible para establecer las bases de una política científica igualitaria. Es decir, nosotros hablamos de género, de número..., porque se puede hablar de ello con datos objetivos, sin titulares alarmantes y sin necesidad, señores periodistas, de liarla parda con determinados titulares o entrecomillados. Ni matar al mensajero, compañeros pediatras: y pedir la dimisión del presidente de la AEP a la primera de cambio.
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