"Dedicado a todos los niños y jóvenes que quieren crecer en libertad". Así empieza la película documental La educación prohibida (Germán Doin, 2012), un película que cuestiona los cimientos de la educación occidental, sus métodos y su sistema competitivo basado en calificaciones, una película que debate sobre otras formas de ver la educación. Se trata de un proyecto inédito que nace con fines sociales (y no lucrativos) y que propone explorar ideas, recuperar reflexiones y visualizar aquellas experiencias que se han atrevido a cambiar las estructuras del modelo educativo de la escuela tradicional.
Después de tres años de trabajo, se estrenó el 13 de agosto de 2012 con licencia Creative Commons; es decir, cualquier persona tiene derecho a copiar la obra, a modificarla y a difundirla cómo quiera, pues es de libre visualización en Internet y no usa licencia copyright. Esto ha hecho que en su primera semana tuviera casi 2 millones de reproducciones en la web, 180.000 descargas, casi 50.000 fans en Facebook y unos 4.500 seguidores en Twitter. La educación prohibida ha aprovechado la fuerza de la Web social para darse a conocer y se ha convertido en una película de gran impacto mediático.
En su web (http://www.educacionprohibida.com/) se explica en profundidad el proyecto y en donde se comenta que el "objetivo es abrir una nuevo espacio de debate" en donde se aborda de forma multidisciplinar el estado de la educación, la escolarización y el aprendizaje.
El documental ha sido elaborado de una forma colaborativa, pues ha sido financiado colectivamente gracias a 706 co-productores. Durante casi 2 horas y media asistimos a más de 90 entrevistas a educadores, académicos, profesionales, autores, madres, padres y alumnos, entrevistas en la que se nos narran las diferentes experiencias educativas y en las que se responde a preguntas. Un recorrido por 8 países de Latinoamérica (Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, España, Guatemala, México, Perú y Uruguay) y más de 45 entrevistados, nombres relevantes y preocupados con la educación (de España participaron Raúl Baza, Ana Julia Barnadas, Carlos Espinosa, Helen Flix, Carlos González, Cristóbal Gutiérrez, Betsabé Lillo, Jordi Mateu, Carles Parellada, Juan Pere, Sergi Torres y, también, el pediatra y compañero, Carlos González).
La película destila creatividad, no sólo en su planteamiento argumental, sino en su ejecución. A lo largo de 10 capítulos temáticos (que mezclan documental con ficción) se intercalan minutos de animación realizados con diferentes técnicas y con educadores y algunos actores (el más reconocible quizás sea el argentino Gastón Pauls, visto en la afamada Nueve Reinas –Fabián Bielinsky, 2000-, quien se acercó voluntariamente al proyecto). Cada uno de estos 10 capítulos se inicia con una reflexión atribuida a algún educador significativo en la historia:
I.- “Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”. Albert Einstein.
II.- “Nuestro problema para la comprensión de la escolarización obligatoria tiene su origen en un hecho oportuno: el daño que hace desde una perspectiva humana, es un bien desde una perspectiva del sistema”. John Taylor Gatto.
III.- “No me sigan a mí, sigan al niño”. María Montessori.
IV.- “Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”. Paulo Freire.
V.- “En realidad, sólo existe el acto de amar, (…) Significa dar vida, aumentar su vitalidad. Es un proceso que se desarrolla y se intensifica a sí mismo”. Erich Fromm.
VI.- “Siente tu alma, escucha tu corazón”. Rudolf Steiner.
VII.- “… La educación sin libertad, da por resultado una vida que no puede ser vivida plenamente”. Alexander S. Neill.
VIII.- "Todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en ese espacio donde se crea la realidad en que vivimos”. Humberto Maturana.
IX.- “Poco a poco se fueron despojando del falso ropaje con que las había vestido la escuela normal; dulcificaron su voz y su mirada, y se sentaron entre los niños para conversar con ellos y para escucharlos conversar". Olga y Leticia Cossettini.
X.- “Los ideales no tienen lugar en la educación porque impiden la comprensión del presente. Podemos prestar atención a lo que es, sólo cuando dejamos de huir hacia el futuro”. Jiddu Krishnamurti.
Realmente, La educación prohibida, no deja indiferente a nadie. El documental critica con dureza una educación que “no considera la naturaleza del aprendizaje, la libertad de elección o la importancia que tienen el amor y los vínculos humanos en el desarrollo individual y colectivo”. Y muestra prototipos educativos que ya están funcionando, nuevos proyectos replicables para esta nueva era en red.
La crítica va más allá del contenido de la educación, pues también se centra en la forma en la que se imparten los conocimientos y cuestiona el modelo de escuela tradicional que predomina en todo el mundo, escuelas que, demasiadas veces, son espacios de tedio y aburrimiento en que los maestros se pasan dictando clases mientras los alumnos los escuchan como autómatas. Un sistema educativo donde interesa más el desarrollo curricular que los conocimientos formales, en donde se divide a los alumnos en ganadores y perdedores (siendo estos últimos a los que menos en cuenta se les tiene). Unas escuelas que, en ocasiones, van en contra de valores importantes como la solidaridad, ya que se centra en promover la competencia y el individualismo. La película se atreve a poner en cuestión temas que parecían incuestionables y a plantear que es necesario contar con escuelas con nuevas corrientes educativas que permitan al niño elegir el orden de los conocimientos a adquirir, fomentar su curiosidad y la solidaridad, y el disfrute del aprendizaje.
Tras ver la película, posiblemente, surjan más dudas que respuestas (pero ese es un gran camino para la reflexión y el cambio): ¿por qué Occidente (y medio mundo imitándole) todavía basa sus sistema educativo en un modelo nacido en la Prusia militar del siglo XIX?, ¿por qué la educación se basa en un sistema competitivo que no incentiva el trabajo en equipo y la creatividad?, ¿por qué la educación se concentra en centros definidos sin contacto con la ciudad y/o la naturaleza?, ¿por qué no basar la educación en un proceso social y participativo?
Además del contenido, La educación prohibida también tiene atisbos de película revolucionaria en el continente, pues desde el principio se concibe el proyecto como una manera de cuestionar el modo tradicional de hacer cine, no sólo en su producción, sino también en su financiación y distribución. De hecho, se ha convertido en la primera película estrenada en español y financiada íntegramente bajo la fórmula de crowdfunding ( financiación colectiva), adelantándose así a El Cosmonauta de Nicolás Alcalá, encargada de abrir camino en esta modalidad de financiación colaborativa hace años, pero que acaba de finalizar su montaje y no verá la luz en la gran pantalla hasta mediados del año que viene.
En palabras de Juan Vautista, su director artístico: “sueño con que esta película sea el comienzo de una apertura de consciencia, un reflejo de esa necesidad latente, una pequeña chispa que encienda ese fuego que hay en cada niño, en cada ser humano, que nos mantiene buscando y aprendiendo”.
En Cine y Pediatría hemos lanzado la chispa de los educadores y de la educación varias veces y desde varios puntos de vista (Cine y Pediatría 61, 62, 94, 105, 127, etc), pues nos parece un tema fundamental y nuclear.
Y aquí rememoramos la frase de Gregorio Marañón, aquel gran médico que nos enseñó a convivir con las Humanidades y a descubrir nuestra Historia: “… a la hora de formar un hombre, la Universidad es un sumando, la Enseñanza Media un multiplicando y la Escuela Primaria un exponente”.
Porque no se puede jugar con la educación, porque no podemos jugárnosla.
1 comentario:
Creo que tendré que empezar a pensar en pedirte consejos en el terreno de la educación. Veré la película.
Este año vamos a trabajar en el cole la palabra escuchar y
yo soy el coordinador del proyecto.
¿Controlas alguna película al respecto?
Un abrazo y buen curso
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