Cada día nacen en el mundo más de 350.000 niños al día. En 2012 el número promedio anual de nacimientos durante un año por cada 1.000 habitantes (también conocida como tasa bruta de natalidad) está liderada por los países del Tercer Mundo, siendo los 10 primeros puestos para estos países de África: Níger (50 nacimientos por 1.000 habitantes), Uganda (47), Malí (45), Zambia (44), Burkina Faso (43), Etiopía (43), Somalia (42), Burundi (41), Malaui (40) y Congo (40). En esta lista de nacimientos, el primer país de Asia es Afganistán (39), el primer país de América es Guatemala (26) y el primer país de Europa es Irlanda (16). España se sitúa en la parte final de este listado con 10 nacimientos por 1.000 habitantes.
No es difícil imaginar que la gran mayoría de nacimientos ocurren en países del Tercer y del Segundo Mundo. Y estos embarazos y partos no ocurren con las condiciones sanitarias y sociales que conocemos en los países del Primer Mundo. En la película documental No llores, mujer del año 2010, ya la ex-modelo Christy Turlington nos mostró que en la mayoría de estos lugares del planeta el embarazo no es una elección, sino una obligación; y que la muerte materna se percibe como un hecho natural.
Hoy compartimos una de las películas documentales más premiadas del año: Nacer-Diario de maternidad (Jorge Caballero, 2012). Jorge Caballero es cineasta autodidacta, productor y editor y fundador de la productora GusanoFilms, quien comparte su vida entre su Bogotá natal y Barcelona, donde actualmente es el coordinador de postproducción del Máster en Realización Documental de la Universitat Autònoma de Barcelona.
El mismo Jorge Caballero, al principio de su película, nos cuenta los motivos por los que se aventuró en esta película:
“Hace cuatro años concebí esta película. Quería hacer un retrato del nacimiento en la institución hospitalaria, donde médicos y pacientes se encuentran en uno de los momentos más importantes en la vida de cualquier ser humano: el nacimiento de un hijo.
Hasta ese momento nunca había pensado en tener hijos, pero me obsesionaban las circunstancias de mi propio nacimiento y la forma en que se recibe a estos nuevos ciudadanos; como se produce el inicio, el entorno que lo envuelve y el hecho de que en ese instante, quizás, puede esbozarse el futuro de toda una vida.
Tres años después inicié el rodaje en varios hospitales públicos de la ciudad de Bogotá, donde nacen cerca de cien mil personas cada año. Justo antes de empezar, Núria, mi mujer, dio a luz a mi hija Carla en un hospital de Barcelona. El nacimiento de mi hija en un país ajeno, la continua búsqueda en mi lugar y mi origen perfilaron este dibujo desmitificado del nacimiento hospitalario. NACER es un Diario de maternidad, el retrato directo de varias vidas en seis días que reflejan una parte del país donde nací y crecí”.
Jorge Caballero continúa con su radiografía de los sectores públicos, su funcionamiento y fallos, de su ciudad natal, Bogotá. Con Bagatela (2008), su anterior trabajo, se sumergió en la cotidianidad de la justicia en Bogotá, y en Nacer-Diario de maternidad, lo hace en las salas de maternidad de los hospitales públicos de Bogotá. Buscando el verismo y la proximidad con lo real, recurre siempre al género documental, y lo hace retratando casos concretos y con el contacto directo e individual con varias mujeres embarazadas y de los sanitarios, poniendo en escena la realidad social que rodea cada situación. Cada día, en las salas de maternidad de los hospitales públicos de Bogotá, centenares de mujeres dan a luz a sus hijos. Caso a caso, parto a parto, una realidad social se desvela tras cada situación individual.
Una historia documental contada en seis días: día 1 (Esperar), día 2 (Cumplir), día 3 (Querer), día 4 (Defender), día 5 (Aceptar) y día 6 (Resistir), verbos que conforman este retrato directo y desmitificado del nacimiento hospitalario y que reflejan una parte esencial de un país. Seis verbos, seis vivencias y un colofón final: Nacer. La cámara de Jorge Caballero funciona como un testigo privilegiado de algo que ocurre en el mundo real. La paciencia de la mirada conduce a algo más que a un simple registro y el milagro del cine permite al espectador acercarse a una circunstancia cotidiana, en apariencia conocida, pero que la película consigue colocar en primerísimo primer plano. Las mujeres enfrentan la inminencia del parto y lo hacen con sus temores y también con su coraje. Un entorno en que los hombres apenas logran llegar hasta el umbral de las salas y quedan por fuera de una situación que se torna para ellas en algo íntimo e intransferible. Un mundo en el que la mujer aún es protagonista y el hombre mero espectador. Una película que nos muestra la otra cara de nacer, ni tan divertida ni tan fotogénica que la que Un feliz acontecimiento (Rémi Bezançon, 2011) nos mostró recientemente.
Mujeres embarazadas deambulan por los corredores de la maternidad. Vestidas solamente con unas batas ligeras, se quejan, lloran, se mueven lentamente, caminan, esperan. El documental es a la vez una observación de la naturaleza cruda, dolorosa e impactante de varios partos, y un retrato de una maternidad en Colombia, como una institución eficiente pero fría y burocrática, como cualquier otra. Cada mujer es una emoción, cada parto, un universo de dolor, tristezas, euforias, rutinas… y al final, en la frialdad del mundo hospitalario decenas de nuevos seres, como pequeños milagros. Pequeños milagros a los que los pediatras tenemos la suerte de asistir cada día, como espectadores de lujo en los paritorios (junto a matronas y obstetras) y en las salas de reanimación.
Sólo con pensar que la primera cara que ven muchos recién nacidos es la de un sanitario (matrona, obstetra y/o pediatra)…, podemos imaginar la magia de nuestra profesión, y la emoción (muchas veces olvidada) de que en nuestro trabajo de cada día nos enfrentamos a pequeños Belenes, cada uno con su historia, su emoción, su alegría y su dolor.
Esta entrada de hoy en "Cine y Pediatría" tiene una doble emoción. Ser escrita en la proximidad del Día de Nochebuena y volver a recordar un país muy especial ya para mi: Colombia.
El mismo Jorge Caballero, al principio de su película, nos cuenta los motivos por los que se aventuró en esta película:
“Hace cuatro años concebí esta película. Quería hacer un retrato del nacimiento en la institución hospitalaria, donde médicos y pacientes se encuentran en uno de los momentos más importantes en la vida de cualquier ser humano: el nacimiento de un hijo.
Hasta ese momento nunca había pensado en tener hijos, pero me obsesionaban las circunstancias de mi propio nacimiento y la forma en que se recibe a estos nuevos ciudadanos; como se produce el inicio, el entorno que lo envuelve y el hecho de que en ese instante, quizás, puede esbozarse el futuro de toda una vida.
Tres años después inicié el rodaje en varios hospitales públicos de la ciudad de Bogotá, donde nacen cerca de cien mil personas cada año. Justo antes de empezar, Núria, mi mujer, dio a luz a mi hija Carla en un hospital de Barcelona. El nacimiento de mi hija en un país ajeno, la continua búsqueda en mi lugar y mi origen perfilaron este dibujo desmitificado del nacimiento hospitalario. NACER es un Diario de maternidad, el retrato directo de varias vidas en seis días que reflejan una parte del país donde nací y crecí”.
Jorge Caballero continúa con su radiografía de los sectores públicos, su funcionamiento y fallos, de su ciudad natal, Bogotá. Con Bagatela (2008), su anterior trabajo, se sumergió en la cotidianidad de la justicia en Bogotá, y en Nacer-Diario de maternidad, lo hace en las salas de maternidad de los hospitales públicos de Bogotá. Buscando el verismo y la proximidad con lo real, recurre siempre al género documental, y lo hace retratando casos concretos y con el contacto directo e individual con varias mujeres embarazadas y de los sanitarios, poniendo en escena la realidad social que rodea cada situación. Cada día, en las salas de maternidad de los hospitales públicos de Bogotá, centenares de mujeres dan a luz a sus hijos. Caso a caso, parto a parto, una realidad social se desvela tras cada situación individual.
Una historia documental contada en seis días: día 1 (Esperar), día 2 (Cumplir), día 3 (Querer), día 4 (Defender), día 5 (Aceptar) y día 6 (Resistir), verbos que conforman este retrato directo y desmitificado del nacimiento hospitalario y que reflejan una parte esencial de un país. Seis verbos, seis vivencias y un colofón final: Nacer. La cámara de Jorge Caballero funciona como un testigo privilegiado de algo que ocurre en el mundo real. La paciencia de la mirada conduce a algo más que a un simple registro y el milagro del cine permite al espectador acercarse a una circunstancia cotidiana, en apariencia conocida, pero que la película consigue colocar en primerísimo primer plano. Las mujeres enfrentan la inminencia del parto y lo hacen con sus temores y también con su coraje. Un entorno en que los hombres apenas logran llegar hasta el umbral de las salas y quedan por fuera de una situación que se torna para ellas en algo íntimo e intransferible. Un mundo en el que la mujer aún es protagonista y el hombre mero espectador. Una película que nos muestra la otra cara de nacer, ni tan divertida ni tan fotogénica que la que Un feliz acontecimiento (Rémi Bezançon, 2011) nos mostró recientemente.
Mujeres embarazadas deambulan por los corredores de la maternidad. Vestidas solamente con unas batas ligeras, se quejan, lloran, se mueven lentamente, caminan, esperan. El documental es a la vez una observación de la naturaleza cruda, dolorosa e impactante de varios partos, y un retrato de una maternidad en Colombia, como una institución eficiente pero fría y burocrática, como cualquier otra. Cada mujer es una emoción, cada parto, un universo de dolor, tristezas, euforias, rutinas… y al final, en la frialdad del mundo hospitalario decenas de nuevos seres, como pequeños milagros. Pequeños milagros a los que los pediatras tenemos la suerte de asistir cada día, como espectadores de lujo en los paritorios (junto a matronas y obstetras) y en las salas de reanimación.
Sólo con pensar que la primera cara que ven muchos recién nacidos es la de un sanitario (matrona, obstetra y/o pediatra)…, podemos imaginar la magia de nuestra profesión, y la emoción (muchas veces olvidada) de que en nuestro trabajo de cada día nos enfrentamos a pequeños Belenes, cada uno con su historia, su emoción, su alegría y su dolor.
Esta entrada de hoy en "Cine y Pediatría" tiene una doble emoción. Ser escrita en la proximidad del Día de Nochebuena y volver a recordar un país muy especial ya para mi: Colombia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario