Una adolescente llorando en primer plano en los servicios de un instituto. La cámara se desvía a la puerta, en la que está escrito en rotulador la palabra Makamat y debajo el nombre de 14 chicas: Marta (Candela Antón), Paula (Irene Trullén), Bea (Anna Castillo), Sandra (Sara Gómez), María (Lola Errando), Laura (Lidia Torrent), Aúrea (Alada Vila), Julia, Raquel, Alicia, Ruth, Claudia, Mónica y Noé. A continuación una reunión de padres en los que se les comunica alguna no buena noticia y el flasback en el que nos descubrirán el secreto de estas adolescentes.
Adolescentes de 15 años de un instituto español, de clase media-alta, compañeras de clase y amigas, quienes a raíz de la idea de una de ellas deciden llevar a cabo un plan para distinguirse y definir su personal adolescencia ante los demás. Todo gira alrededor estas adolescentes, chicas diferentes con diferentes ideas de la vida y todo ello alrededor del ambiente familiar, escolar y de pandilla que les toca vivir. Marta, la más visionaria y a la que se le ocurre el plan, es la más independiente y la voz del grupo; Paula, la más reacia a llevar a cabo el plan, la más sensata y romántica; Bea, la más fiestera y con más experiencia para llevar a cabo lo que se traen entre manos; Sandra, la más indecisa al plan por sus dudas frente a la definición de su sexualidad, aunque en todo momento apoya la iniciativa de sus amigas; María, coqueta y simpática, se hace querer por su aspecto inocente; Laura, acomplejada por su altura e indecisa en amores; Áurea, también acomplejada, pero en este caso, por su peso, será la que con su cámara nos guíe a través de la vida de estas chicas.
Una película grabada cámara en mano, emulando en ocasiones a los defensores de aquél movimiento que se llamó
"Dogma 95". Pero aquí no hablamos de Lars von Trier, Thomas Vinterberg, Kristian Levring o Soren Kragh-Jacobsen, sino del primer largometraje de la cineasta Elena Trapé, quien ha dirigido en 2012 en
Blog a un joven equipo artístico integrado por un elenco de siete actrices surgidas de un casting entre chicas de 14 y 16 años. Una grabación con abundantes monólogos ante la cámara de la compañera o ante la webcam de sus ordenadores, cámara en mano con continuos barridos y una planificación intencionadamente descuidada, con texturas digitales y un inteligente uso del fuera de campo, con primerísimos planos y miradas directas a cámara, e interpretaciones frescas y espontáneas.
Una grabación que avanza como un bitácora, de adelante atrás, de atrás adelante, para contarnos un relato, el blog de una experiencia de unas adolescentes, reflejo de una etapa de la vida que gusta tanto ser protagonista de la gran pantalla.
Porque la historia que se relata (que no conviene descubrir ahora) no es lo importante.
Lo importante son las emociones y las reacciones con los ojos de adolescentes del siglo XXI ante una sociedad como la nuestra, una adolescencia que convive con los emoticones de los chats y Facebook, que buscan su look (el gusto por la ropa, por los peinados, tatuajes y piercings) o su tribu, con ese casi perenne rechazo a su propia belleza y la no aceptación de la persona, etc.
Blog es una película con claras influencias del hecho real sucedido en un instituto americano de Gloucester, a medio camino entre
Pacto entre adolescentes (Rosemary Rodriguez, 2010),
La ola (Dennis Gansel, 2008),
La clase (Laurent Cantet, 2008) y
Las vírgenes suicidas (Soffia Coppola, 1999).
Afortunadamente, la directora no se queda en la superficie de una trama que invita al morbo y a la frivolidad. Su cámara intenta meterse en el universo femenino para recoger una personalidad aún por hacer, desarrollada en un ambiente posmoderno que vive de la imagen y las sensaciones placenteras. Por eso, la decisión de servirse del propio lenguaje de esta generación del chateo (con sus inevitables faltas de ortografía) y de la inmediatez, de las tecnologías de comunicación y redes sociales, es un acierto a la hora de comprender a unas chicas que sufren el aburrimiento y la insatisfacción de lo superficial, que necesitan creer que son distintas al resto a la vez que forman parte de un grupo que las arropa y las uniforma.
Un "blog" repleto de necesidades afectivas e inseguridades emocionales para una etapa de la vida llena de dudas y contradicciones, de deseos de acumular experiencias y también de desencantos, de intentos por afianzarse en un entorno y de miedos al rechazo del grupo con la creación de esa sociedad secreta llamada Makamat. Así son estas chicas de Trapé, que con sus 15 años han sustituido el diario de papel por la video-cámara para registrar sus confesiones más íntimas (las webcams estuvieron con las chicas más de seis meses y grabaron de todo), las dudas de sus vidas y alrededores, sus vivencia más íntimas y sus traumas inconfesos, transformando la película en una bitácora de emociones y sensaciones.
Elena Trapé consigue poner al espectador en Blog frente a una realidad actual y también preocupante, porque nos presenta los hechos desde la distancia y sin juzgar ni decir lo que podría considerarse correcto, juega con las miradas cómplices, con los silencios y las palabras de las chicas, con curiosidad por todo lo relativo al sexo, pero también con deseo de romanticismo, jugando a ser mayores y a experimentar riesgos, pero con temor a lo desconocido. Ese es quizá el mayor logro que alcanza la directora en su ópera prima, sutilmente recogido en ese durísimo final en el que, sin palabras, deja a cada niña con sus padres… y al espectador herido de pena y dolor.
Estas chicas del blog/chat nos invitan a conocer los peligrosos juegos de adolescentes. Y lo hacen con el desparpajo, frescura y autenticidad de sus actuaciones, que casi convierten la película en psudodocumental. Sin duda, Elena Trapé es buena alumna de la ESCAC (Escuela Superior de Cine y Audiovisual de Cataluña) y ha aprendido bien la técnica del lenguaje y del estilo cinematográfico, para una película no apta para menores y tampoco para quien quiera entretenerse en el cine.
Desde este blog hoy comentamos la película Blog, un diario íntimo sobre chicas adolescentes del siglo XXI y su peculiar visión de la vida (también del despertar de la sexualidad) y del grupo: "Me has enseñado a formar parte de algo a tu lado y de las chicas, sé que soy capaz de superar cualquier cosa. Juntas podemos hacer cualquier cosa, he aprendido que nunca voy a estar sola".