El pasado fin de semana tuve la fortuna de asistir al 10º Curso de Actualización dela Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) en Madrid. Algunos de sus contenidos serán motivo de diversas entradas en este blog. Y podéis acceder al contenido de todo lo impartido en este Curso a través de este enlace.
Y la primera de estas entradas me gustaría dedicarla a una de las ponencias de la mesa redonde "Cuestiones a debate: dividencias" que tuvo lugar el último día del Curso. La ponencia estuvo a cargo de Carmen Martínez González y llevaba por provocador título: "El lado oscuro de los diagnósticos: las etiquetas".
Creo que todos los médicos en general, y los pediatras en particular, tenemos la experiencia de que el contacto con el sistema sanitario constituye de por sí un riesgo, muchas veces innecesario. El riesgo, paradójicamente, es mayor cuanto menos grave es la patología del niño: realización de pruebas diagnósticas innecesarias, de tratamientos inútiles (y con potenciales efectos adversos....). Una experiencia personal de esta situación la describí hace tres años en este blog, y os recomiendo que la leáis. La protagonista de esa historia tiene en la actualidad seis años, está etiquetada de epilepsia (sin padecerla) y recibe tratamiento con ácido valproico (sin necesitarlo).
Entresaco de la ponencia de Carmen algunas frases magníficas para la reflexión de todos:
- "Hay que recordar que el término medicalización alude al proceso por el cual se definen y transforman situaciones de la vida diaria en problemas médicos.
- Los límites entre la salud y la enfermedad son especialmente controvertidos en salud mental (SM)
- Cada vez hay más críticas cualificadas al futuro DSM-V, por convertir en trastornos un número mayor de comportamientos (riesgo de psicosis, trastorno de atracones, hipersexualidad, etc.)
- Etiquetar es una forma de medicalizar
- Etiquetar tiene consecuencias. La etiqueta médica puede convertir a un niño con dificultades en enfermo.
- Etiquetar puede ser estigmatizante, generar una discriminación escolar o social evitable y someter al paciente a procedimientos diagnósticos con riesgos, molestias y hallazgos casuales que obligan a continuar realizando estudios."
El fenómeno de etiquetado está estrechamente relacionado, en su vertiente más perversa, con otro fenómeno médico de nuestros tiempos: el disease mongering o promoción de enfermedades. El fenómeno de "medicamentos en busca de enfermedad" no s nuevo y en la misma mesa redonda se nos recordó a todos cómo a partir de un fármaco (la paroxetina) se "diseñó" una enfermedad (la fobia social) que, curiosamente, se trataba con dicho medicamento...
Os dejo con una tabla extraída de la ponencia de Carmen que sintetiza perfectamente las características del fenómeno de etiquetado así como sus riesgos.
Carmen nos mostró también un vídeo que muchos conoceréis y que sirve para que todos tomemos conciencia de la existencia real del fenómeno de etiquetado, que puede conllevar, además, una estigmatización del niño de por vida, más aún cuando de diagnósticos psiquiátricos se trata. Tengámoslo presente siempre y combatámoslo activamente.
3 comentarios:
Del todo oportuno esta entrada que hacéis en el blog.
También tuve la suerte de poder asistir a la excelente mesa de dividencias. En un comunicado a los medios la AEPap destaca el siguiente titular: Los pediatras advierten de los efectos adversos de la medicalización en la salud de los niños.
Advertencia más que necesaria Carlos. Todo lo que hagamos desde la AEPap (y desde el resto de sociedades pediátricas españolas) será poco en este sentido.
Buenísima esta entrada! al igual que la historia de la niña "etiquetada".
Yo vivo muy de cerca un caso parecidísimo que me deja de piedra, el hijo (7 años) de una buena amiga que no llega a la media académica , si es que la hay, y su madre se está gastando una pasta en encontrar la causa psicológica o neurológica para poder etiquetar a su hijo y que en el colegio le realicen una adaptación curricular.
Una autentica locura, al niño le han hecho un TAC, scaner, le han visto dos de los mejores neurologos de la provincia, no se cuantos psicólogos...
En resumen, la madre de la criatura es la que necesitaría una etiqueta, no voy a decir cual...es amiga...
Creo que la mayor parte de las veces, somos los padres los que causamos los peores daños a nuestros hijos, sin darnos cuenta, claro.
Saludos!!
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