El título de nuestro post de hoy no es más que el título de la última editorial de Anales de Pediatría, firmada por una gran amiga y conocedora del tema, la Dra Isolina Riaño y lo hace en nombre de un grupo admirable, el Grupo de Cooperación Internacional de la Fundación Española de Pediatría-Asocación Española de Pediatría.
El texto merece ser leído en su integridad, porque ya comienza con una frase de Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz y exdirector general de la Unesco: "Si debiera elegirse el desafío más importante que debemos acometer, no cabe duda de que el bienestar de los niños sería siempre el seleccionado, el que merece mayor dedicación y esfuerzos en esta capacidad distintiva y desmesurada de la especie humana para descubrir, inventar, imaginar y diseñar escenarios de futuro".
Se nos presenta la salud infantil con sus luces y sus sombras, en esa aldea global tan dispar que es nuestro mundo y en donde las cosas son muy diferentes en Noruega (país con índice de desarrollo humano [IDH] más alto) o, por el contrario, en Burundi o República Democrática del Congo (países con IDH más bajo en el 2011). Porque, aunque se ha avanzado en solidaridad con la salud infantil, la mitad de las muertes en menores de 5 años siguen ocurriendo en África.
Es un compromiso de la actual Junta Directiva de la AEP, a través de su Fundación (FEP), potenciar una cultura de cooperación y solidaridad de la salud infantil en países en desarrollo, así como servir de vehículo unificador de iniciativas propuestas por otros grupos o sociedades en el ámbito de la cooperación pediátrica bajo el paraguas institucional de la AEP.
Por este motivo, se ha constituido un grupo de Cooperación Internacional, cuyos integrantes poseen amplia experiencia en este ámbito, con una diversidad que se traduce en distintas responsabilidades (responsables de cooperación de la SEN, AEPap, sociedades regionales, ONGD…), actuaciones en proyectos en África, América, India, con experiencias docentes e investigadoras en programas específicos dentro y fuera de España.
Porque, como nos recuerda la autora de la editorial, la promoción de la salud infantil ha de tener un alcance global y es labor de todos (también de los pediatras) unir esfuerzos para contribuir a un mundo más justo y saludable. Asumir el reto de pasar de lo intolerable a lo mejorable supone aprender a pensar y sentir globalmente. Si lo conseguimos, la crisis puede ser una oportunidad para replantearnos nuestro modelo de desarrollo y realizar cambios radicales, desde una toma de conciencia generosa y abierta que nos permita acortar las diferencias. Y garantizar unos mínimos de justicia para todos, los de cerca y los de lejos.
Enhorabuena, ánimo y estamos con vosotros.
1 comentario:
¡Os felicito por vuestro blog,es ameno y muy interesante!
Saludos desde "Mi Querido Hospital"
Victoria.
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