Acaba de presentarse oficialmente la Guía de práctica clínica (GPC) de Enfermedad meningocócica invasiva (EMI) en Zaragoza y se ha hecho por partida doble: el 23 de mayo en Guiasalud y el 24 de mayo en el Congreso de Medicina General y de Familia.
Dos años de trabajo en equipo de 17 personas, entre profesionales sanitarios (3 pediatras de atención primaria, 1 pediatra de atención hospitalaria, 1 internista, 1 médico de familia, 1 preventivista, 2 microbiólogos, 2 enfermeros, 2 representantes de pacientes) y un grupo de apoyo metodológico (1 metodólogo, 1 coordinador, 1 documentalista, 1 administrativo), más la revisión externa por 16 expertos, para elaborar una GPC que ya está en Guiasalud en sus distintas versiones: versión completa (sólo electrónica), versión resumida (papel y electrónica), guía rápida (papel y electrónica) y versión para pacientes.
La GPC de EMI cuenta con la colaboración y aval de la Asociación Española de Pediatría, Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, Fundación Irene Megías contra la Meningitis, Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, Sociedad Española de Epidemiología, Sociedad Española de Farmacia Comunitaria, Sociedad Española de Infectología Pediátrica, Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, Sociedad Española de Neurología Pediátrica, Sociedad Española de Urgencias de Pediatría, Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene y Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria.
La EMI es causada por la bacteria Neisseria meningitidis y su elevada morbi-mortalidad la convierten en un problema sanitario de primer orden. Pocas enfermedades generan una alarma social similar a la que se registra cuando la población tiene noticia de casos de EMI en su entorno.
Una serie de factores, que incluyen medidas de salud pública, reanimación precoz, mejoras en las técnicas de reanimación, avances en cuidados intensivos, intervenciones quirúrgicas e inversión en rehabilitación pueden haber contribuido a una mejora de los resultados de la EMI. Sin embargo, se registra una mortalidad elevada, particularmente en las primeras horas de la sepsis fulminante, lo que pone de manifiesto la necesidad de una información cada vez mayor, reconocimiento de la enfermedad y diagnóstico del paciente, y la necesidad de intervención urgente.
El reto para un médico de familia o un pediatra de atención primaria es estar alerta para identificar a aquellos pacientes que progresarán desde un cuadro no específico a una enfermedad grave, particularmente dado que los síntomas y signos iniciales pueden no ser distinguibles de cualquier infección banal.
La mayoría de las muertes siguen ocurriendo en las primeras 24 horas, en muchas ocasiones antes de que se haya instaurado el tratamiento adecuado.
La rápida aparición y progresión de la EMI en un paciente dado requieren la elaboración de una GPC que asegure que se pueda aplicar el tratamiento más eficaz en el contexto del Sistema Nacional de Salud, con la prestación de servicios sanitarios tan cercana como sea posible, cuando pueda prestarse de una forma segura y a un coste sostenible, pero con un rápido acceso a la atención hospitalaria en el caso de que resulte necesario.
La elaboración de esta GPC sobre el manejo de la EMI se justifica por la magnitud del problema, tanto sanitario como social, y por la demanda generada desde diferentes ámbitos del sistema sanitario implicados en el abordaje de esta patología.
Así que tenemos la GPC en nuestras manos. Ahora hay que divulgarla por todos los medios y, sobre todo, tienen que implementarse las recomendaciones. Tenemos que pasar de la evidencia científica a la práctica clínica. Si no, y una vez más, será como nadar para morir en la costa…
Y es por ello que la GPC de EMI tiene que salir del armario… ¡¡ y ya !!.
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