A mi entender, vivimos en un estado de anestesia moral permanente. El bombardeo de noticias trágicas un día sí y otro día también, a través de prensa escrita, radio y televisión, parece producir cierto estado de indiferencia ante las tragedias que están teniendo lugar ahora mismo en diversas zonas del planeta.
Una de esas zonas conflictivas es Siria. Se trata de un país que vive en un estado no reconocido de guerra civil. No sé quienes son los "buenos" y los "malos", si es que alguno de los bandos se ha hecho merecedor a cualquiera de estos dos adjetivos. Lo que sí sé es que la población civil es la primera víctima de esta guerra. Y, según nos informa UNICEF, la población infantil es la que peor lo está pasando. Es la principal damnificada de esta guerra en cierto modo olvidada.
Las cifras que ofrece UNICEF son escalofriantes: más de cuatro millones de niños afectados, más de 6.500 niños fallecidos, decenas de miles de niños desplazados a otros países y viviendo en condiciones infrahumanas.
UNICEF es una de las organizaciones que está trabajando sobre el terreno para paliar esta situación. En el vídeo que acompaña a esta entrada podéis recabar más información. En cualquier caso, es mucho lo que nosotros podemos hacer para paliar las consecuencias sobre la infancia de la guerra civil siiria. En la web de UNICEF podemos consultar las formas en que podemos echar una mano. Y es mucho lo que podemos hacer con poco dinero:
- 10€: 7 niños pueden tener acceso a agua potable durante un mes.
- 25€: podemos enviar un kit de primeros auxilios para responder en una situación de emergencia.
- 40€: 4 familias pueden recibir un kit de agua para emergencias, que incluye cubos, jabón y pastillas potabilizadoras.
- 60€: 492 niños pueden recibir suplementos de micronutrientes durante 1 semana.
No vamos a poder parar la guerra nosotros, ni esta ni ninguna otra. Pero sí podemos ayudar a sus víctimas.
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