Este fin de semana se ha celebrado en Oporto el 14º Congreso Nacional de Pediatría. He tenido la oportunidad de ser “palestrante” (una palabra preciosa en portugués que es el equivalente a conferenciante; porque realmente subimos a la palestra a dar una conferencia) en la Mesa redonda titulada: “¿Publicar o perecer?”.
En ella se ha reunido a los editores de tres revistas de tres países: Dr Renato Procianoy, editor de Jornal de Pediatría (Brasil), Dr Joao Eurico de Fonseca, editor de Acta Reumatológica Portuguesa (Portugal) y Dr Javier González de Dios, editor de Evidencias en Pediatría (España).
Aunque mi intervención estuvo ligada al “Análisis de la productividad, colaboración, impacto y ámbitos temáticos de la Pediatría española en el contexto europeo y mundial” (y sus análisis DAFO), mis compañeros palestrantes si abordaron aspectos concretos de cómo conseguir una política eficiente de publicación y cómo orientar a los autores a que valoren a priori qué va a considerar un editor como un buen artículo y, por tanto, que tenga mayores garantías de ser publicado.
Seis puntos clave:
- Que sea un trabajo original (original por novedoso y original por tipo de artículo)
- Que interese a los lectores de la revista
- Que se encuadre en el perfil editorial de la revista
- Que pueda general potencialmente muchas citaciones
- Que se fundamente en los criterios éticos establecidos
- Que sea de fácil lectura (y fácil lectura en ciencia significa: frases cortas, voz activa, afirmaciones positivas y palabras simples).
Y también cabe recordar las principales razones para rechazar un artículo Original:
- Metodología inadecuada: 1) Grupo control no adecuado; 2) Grupo de estudio no representativo; 3) Tamaño muestral inadecuado; 4) Análisis estadístico inadecuado.
- Tema del artículo repetitivo
- Artículo no inteligible
- Tema no adecuado para el perfil de la revista.
Una de las labores esenciales del equipo editorial de una revista científica es conseguir la mayor visibilidad de la revista (amén que el mayor factor de impacto posible). Y esto se consigue con 5 puntos esenciales:
1) Publicar en un idioma que conozca la mayoría de la comunidad científica. Hoy en día es el inglés. Un recurso para revistas de países no anglosajones es la publicación bilingüe. Pero invertir en mantener el idioma original (en España el español, en Portugal y Brasil el portugués) y publicar también en inglés es una de las inversiones más rentables que se puedan conocer en ciencia médica.
2) Colocar la revista en bases de datos y repositorios internacionales. Sin duda, PubMed, Embase y Science Citation Index son unas "mecas" a la que toda revista de calidad debe aspirar.
3) Conseguir el libre acceso. Sin duda, uno de los puntos esenciales para la visibilidad y que se enlaza como los movimientos Open Access o PLoS.
4) Editar la revista en forma electrónico, bien simultáneamente a la edición en papel (ej. Anales de Pediatría) o sólo como edición electrónica (ej. Evidencias en Pediatría).
5) Cuidar la calidad editorial, en todos y cada uno de sus pasos, que será la base para que tenga lugar el rigor científico y que éste sea el mejor compañero de viaje de la visibilidad.
Una de las labores esenciales del equipo editorial de una revista científica es conseguir la mayor visibilidad de la revista (amén que el mayor factor de impacto posible). Y esto se consigue con 5 puntos esenciales:
1) Publicar en un idioma que conozca la mayoría de la comunidad científica. Hoy en día es el inglés. Un recurso para revistas de países no anglosajones es la publicación bilingüe. Pero invertir en mantener el idioma original (en España el español, en Portugal y Brasil el portugués) y publicar también en inglés es una de las inversiones más rentables que se puedan conocer en ciencia médica.
2) Colocar la revista en bases de datos y repositorios internacionales. Sin duda, PubMed, Embase y Science Citation Index son unas "mecas" a la que toda revista de calidad debe aspirar.
3) Conseguir el libre acceso. Sin duda, uno de los puntos esenciales para la visibilidad y que se enlaza como los movimientos Open Access o PLoS.
4) Editar la revista en forma electrónico, bien simultáneamente a la edición en papel (ej. Anales de Pediatría) o sólo como edición electrónica (ej. Evidencias en Pediatría).
5) Cuidar la calidad editorial, en todos y cada uno de sus pasos, que será la base para que tenga lugar el rigor científico y que éste sea el mejor compañero de viaje de la visibilidad.
Sin duda, al hablar de publicar o perecer siempre aparece el omnipresente factor de impacto (FI) de las revistas y cómo conseguirlo. Curiosamente las dos revistas pediátricas en portugués más importantes están sufriendo un devenir muy diferente: mientras Jornal do Pediatría en Brasil ha seguido una política de gran interés (entre otros aciertos con la publicación en bilingüe portugués e inglés) y demuestra con orgullo su 80% de rechazo de artículos y su FI 2012 de 1,154 (la mejor clasificación para una revista de fuera del ámbito anglosajón), Acta Pediátrica Portuguesa en Portugal tiene grandes dificultades para mantener una publicación regular, y ello le impide estar en las bases bibliográficas y repositorios esenciales.
Ya comentamos en el blog hace un tiempo esta diatriba entre los dos mundos en Medicina alrededor del FI: 1) el mundo de los investigadores “básicos”, muy ligados a la “impactofilia”, algo impuesta por todo lo relacionado con los sexenios y carrera profesional y ligado a la máxima conocida de “publish or perish”; 2) el mundo de los médicos “clínicos”, más ligados a la “impactofobia” y al “impacto¿qué?”, pues a la postre uno no tiene la sensación de que se enseñe bien en el pre y postgrado el valor de la investigación bien hecha (la investigación que nos hace mejores médicos y que se traduce en mejora en la atención de nuestros pacientes y la salud poblacional) o que se tenga muy en cuenta en los méritos profesionales (las “publicaciones” se tienden a minusvalorar en las oposiciones para una plaza en propiedad, con menor peso, en ocasiones, que el conocer el idioma autonómico en cuestión). En esta antítesis (no deseable) no existe un responsable, sino muchos. Porque son muchas voces y durante muchos años las que reclaman un cambio que dignifique la investigación y acabe con esta morbilidad asociada al FI.
Porque publicar es mucho más que tener “impacto”. Publicar significa investigar; investigar significa disponer de rigor científico (y otras cualidades) que, sin duda, se filtran también en el rigor (y otras cualidades) con el que tratamos a nuestros pacientes. No me invento nada, está demostrado: los profesionales sanitarios, los servicios y/o los hospitales que lideran la investigación y la publicación biomédica de calidad atesoran mejores niveles de satisfacción en la relación médico-paciente y en aspectos de humanización de la práctica clínica.
Así que está claro: publica sin perecer… y no persigas el FI, sino tu excelencia profesional.
Muy interesante tu análisis
ResponderEliminarEl análisis que realizaste es muy interesante me parece que abordaste todo los temas de una forma ejemplar
ResponderEliminar¡Felicitaciones! Muy bien expresado. La investigación debe incentivarse y fortalecerse con miras a lograr un mejor desempeño profesional y una atención integral de calidad a la población.
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