El pasado día 20 de noviembre se celebró el Día Universal de la Infancia, iniciativa de UNICEF. Y también el XVII aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1989.
Existen a nivel planetario muchos colectivos desfavorecidos y especialmente susceptibles de que las desgracias (guerras, catástrofes naturales o de cualquier otro tipo) se ceben con ellos. La infancia es, con diferencia, el más predispuesto a sufrir las consecuencias de dichas desgracias. Lo vemos a diario en la prensa, diarios, televisión... Epidemias, enfermedades erradicadas o infrecuentes en el primer mundo que que se llevan por delante millones de vidas infantiles en el tercero.
UNICEF nos vuelve a recordar todos estos hechos, en la confianza de que no sean una simple mención anual, un vulgar recordatorio para que "nos concienciemos" un día y vivamos de forma inconsciente los 364 días restantes.
En su página web nos informan de algunos datos y cifras que es necesario conocer:
- 1 de cada 4 niños y niñas vive en condiciones de extrema pobreza, en familias con ingresos menores a 1 euro diario.
- 1 de cada 12 niños y niñas muere antes de cumplir los 5 años.
- Más de 120 millones de niñas y niños en edad escolar no asisten a la escuela, en su mayoría niñas.
- Cada minuto, un/a niño/a muere por una enfermedad vinculada al SIDA.
- Actualmente hay 15 millones de niños y niñas que han perdido a sus progenitores a causa del SIDA.
- 300.000 niños y niñas están sirviendo a gobiernos o fuerzas rebeldes como soldados.
- Más de 1,8 millones de niños y, sobre todo, niñas están sometidos a la explotación sexual.
Cualquiera de estos datos, reales, con los que convivimos a diario, debería sobrecogernos. De tristeza y de indignación. ¿Podemos hacer, cada uno de nosotros, "algo" por paliar siquiera un poco esta catástrofe? Seguro que sí. Que cada uno decida su particular modo y manera. La propia UNICEF se encarga de la protección a la infancia desfavorecida y es simple y sencillo hacerse socio desde su web. Pero hay otras organizaciones que luchan a diario por la salud y bienestar de la infancia desfavorecida. Que cada uno escoja el modo que más se adapte a su idiosincrasia personal. Los niños del mundo - nuestros niños, nuestropresente y nuestro futuro - están en juego.
Deberiamos cuidarlos mucho más, son nuestro futuro...
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