No, aún no es el Día Mundial de las Enfermedades Raras (a las que por cierto dedicamos muy especial atención en este blog). Pero hace ya días que he identificado un vídeo (bueno, yo y medio planeta, está en Youtube) que me ha impresionado. Y puede que tú, amable lector de esta entrada, seas del otro "medio planeta" que aún no lo ha visto. Así que esta entrada del blog va dirigida a ese vídeo cuya protagonista es una joven estadounidense llamada Lizzie Velásquez.
¿Quién es Lizzie? ¿Qué le sucede? Lizzie tiene 24 años y padece una extraña enfermedad. Rara de verdad ya que al parecer solo existen dos casos en el mundo, incluyéndola a ella. Investigando un poco en Internet parece tratarse de una forma "light" de progeria. Una forma no letal. En cualquier caso, una grave enfermedad que le impide ganar peso coma lo que coma (tiene un 0% de materia grasa en su cuerpo) y que le produce una ceguera total del ojo derecho y parcial de izquierdo.
Lizzie fue objeto en el colegio de toda clase de burlas y escarnios. De bullying en todas sus modalidades incluida el ciberbullyng: compañeros de su colegio colgaron un vídeo suyo en Youtube definiéndola como "la mujer más fea del mundo". En los comentarios a dicho vídeo se le recomendaba, literalmente, que se pegara un tiro en la cabeza. Que no merecía vivir.
Lizzie no hizo nada de eso, afortunadamente. Le dio la vuelta a la tortilla. A su situación personal, a su enfermedad y a sus defectos. Con el apoyo necesario de su familia consiguió... que su enfermedad no la definiera. Convirtió su enfermedad en su principal motivo, su motor, para conseguir todo aquello que una chica de su edad desea lograr. En su caso, ella decidió convertirse en oradora motivacional (y en esa función la veréis en el vídeo), decidió ser escritora, acabar una carrera, tener una familia... Y con una enorme fuerza de voluntad y mucho, muchísimo valor, lo está logrando.
El testimonio de Lizzie puede ser de mucha ayuda no sólo a quién padece una enfermedad rara, sino a cualquier otra persona con cualquier otro problema de salud. Pero es ante todo una lección de vida: su testimonio nos es útil a todos como personas. No permitamos que nuestros problemas nos definan. Ni los de salud ni los de cualquier otra clase.
Os dejo con Lizzie Velásquez.
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