Lo que menos gusta a los niños cuando están hospitalizados, por este orden, son los pinchazos, la comida, los tratamientos, las instalaciones, estar encamados y no poder salir, según el "Estudio sobre el Dolor en niños hospitalizados", efectuado en casi 400 pacientes de 7 a 12 años de 20 hospitales españoles, por la Fundación Grünenthal y la Fundación Antena 3. Y en el mismo estudio, se confirma que valoran de forma muy positiva el colegio que les ofrecen los hospitales, el trato personal de los profesionales, los juegos, la posibilidad de ver la televisión y las visitas de los familiares.
La palabra hospital tiene la misma raíz lingüística que "hospitalidad", pero ¿se ajustan a este concepto semántico los hospitales de hoy en día para todos pero, especialmente, para los pacientes más pequeños? ¿Son acogedores con los niños enfermos, uno de los sectores de la población más vulnerables y dependientes? ¿Qué hacen los centros sanitarios para ser hospitalarios con los recién nacidos, los lactantes, los escolares, los adolescentes... y sus familias?
Es cierto que hay centros hospitalarios pensados para los niños e iniciativas que se han impulsado con ese objetivo: Hospital sin dolor (formación y concienciación de todos los profesionales sobre la importancia del dolor y su correcto tratamiento en todos los pacientes), Child Life (un programa de información y acompañamiento emocional a los niños hospitalizados), Hospital de Ositos de Peluche (en lugar de ser ellos los pacientes, lo serán sus ositos de peluche favoritos, de forma que acercan la medicina a los niños a través del juego), Hospital Amigo de los Niños (hospitales que facilitan y promueven la lactancia materna), entre otros.
Es un objetivo primordial del siglo XXI crear hospitales pediátricos (o zonas de atención pediátrica dentro de los hospitales) pensados para niños, algo que está lejos de ser una realidad en la mayoría de los centros sanitarios. Porque no sólo importan los programas específicos para hacer más agradable su estancia, sino crear ambientes adaptados a su edad y a su imaginación.
En diferentes partes del mundo, hay hospitales que están sustituyendo instalaciones obsoletas para hacer que la experiencia de los ingresos hospitalarios sea una experiencia menos traumática para los padres y los niños. En este post presentamos algunas fotos de hospitales en el mundo que han pensado en hacer a los niños y niñas una estancia hospitalaria mejor. Y ahí más ejemplos.
No sólo hace falta dinero para este cambio estructural. Hace falta imaginación (la misma que tienen los niños) y voluntad de cambio.
Miremos a nuestro alrededor, con ojos de niños, y comprobemos si nuestras consultas y zonas de hospitalización son las más adecuadas para nuestros pequeños pacientes. Porque debemos dar una atención sanitaria pensada para niños y ofrecer unos hospitales pediátricos pensados para niños.
Mis felicitaciones por tan bonita entrada desde http://infantilgraciapc.blogspot.com.es/
ResponderEliminarNo hay nada como mirar, como tu dices , con ojos de niño.
Un saludo de Gracia.
La primera foto es de un escáner?, la del submarino, digo...
ResponderEliminarSin duda adaptar los entornos sanitarios a las características de los pacientes es un reto pendiente y requiere, como bien dices, voluntad y tal vez un cambio de mentalidad: la atención sanitaria va más allá del mero acto médico y el entorno influye en muchos aspectos. Sentirnos cómodos e integrados en un centro sanitario puede tener resultados muy positivos en nuestra evolución y en nuestro ánimo. Esta filosofía habría que trasladarla no solo a la atención pediátrica sino también a la del adulto. ¡Ojalá podamos ver pronto hospitales así en nuestro país!
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