Este es el lema de una campaña de UNICEF destinada a concienciar a todo el mundo sobre la desdichada situación de la infancia en Siria, un país golpeado por una guerra civil que ya dura demasiado tiempo.
La situación de los niños sirios es catastrófica. El hambre, las muertes derivadas de las acciones de guerra, las secundarias a enfermedades prevenibles, están haciendo que una generación entera esté siendo borrada de la faz de la tierra. Ante la indiferencia general.
Soy escéptico sobre la eficacia de este tipo de campañas... pero peor aún es no hacer absolutamente nada. Pero ver que ayer sólo había apenas 29.000 firmas que apoyaran una declaración sensata que pide "a quien corresponda" que ponga fin a este horror es algo que me enciende. Así que yo ya he firmado. No sé qué más puedo hacer y posiblemente tú, amable lector, estés en mi misma situación. Pero, mientras pensamos "qué más podemos hacer".... no cuesta nada adherirse a este manifiesto de UNICEF. No puede ser que a tan pocas personas les importe la vida de millones de niños. Ojalá en vez de 29.000 firmas hubiera 2.900.000... ¿Te animas? Si es así, haz clic sobre la imagen que he colocado bajo estas líneas.
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