La semana pasada recordábamos que este año se conmemora el 300 aniversario de la creación de la Real Academia Española. Y en el artículo de opinión "El español como vehículo de transmisión de los avances científicos" exponíamos nuestra visión de las “revoluciones” pendientes y de los muchos pasos por caminar en los años venideros si queremos conseguir que el español tenga un lugar mejor en la investigación científica y en la publicación biomédica.
Y quizás uno de los primeros pasos sea un buen uso del español en el lenguaje médico. Porque así como el idioma universal de la ciencia en los siglos XVII y XVIII fue el francés, en los siglos XIX y principios del XX fue el alemán, es más que evidente que en el siglo XX y XXI el idioma de la ciencia y los científicos es el inglés.
Y es por ello que, desde hace muchos años las publicaciones médicas en lengua española son en gran medida el resultado de un proceso de traducción a partir del inglés.
No es sólo que una cuarta parte de los libros de medicina editados en España e Hispanoamérica corresponda a traducciones
de obras extranjeras; se trata fundamentalmente de que la mayoría de los artículos de nuestras revistas incorporan más de un
80% de las referencias bibliográficas en inglés.
Debemos aceptar, pues, que en un país como España, de ciencia dependiente, todo autor médico es en buena medida también traductor. El peligro más grave para el traductor lo forman las palabras y expresiones cuyo significado desconocemos, pero tienen apariencia
similar en inglés y castellano. Debido a esta aparente similitud, las pasamos directamente de un idioma a otro sin confirmar
su significado en los diccionarios o los libros de consulta.
Hace 15 años, gracias al saber y amistad de un mago de la palabra y del lenguaje, como Fernando A. Navarro, publicamos en Anales de Pediatría el artículo "Palabras inglesas de traducción engañosa en Pediatría", cuyo objetivo era presentar un glosario con algunas de las palabras inglesas que más frecuentemente son causa de traducciones erróneas o impropias en los textos pediátricos. Digamos que, de aquella buena intención, el éxito se ha demostrado escaso, pues aún es difícil asistir a alguna ponencia científica en que las enfermedades no sean "severas" y todo se pase por el tamiz de la "evidencia" científica.
Ahora tenemos el honor y la gratitud de que la revista Emergencias haya publicado nuestro artículo "Palabras y expresiones inglesas de traducción difícil o engañosa en investigación clínica, bioestadística y «medicina basada en la evidencia»", cuyo objetivo es analizar cerca de dos centenares de palabras y expresiones inglesas de traducción difícil o engañosa en el ámbito de la investigación clínica, la bioestadística y la medicina basada en pruebas. Y lo hacemos con un glosario que no pretende ser exhaustivo, desde luego, pero que sí recoge gran parte de los términos más frecuentes, útiles o complicados a los que debemos enfrentarnos como lectores o autores de artículos científicos.
Porque lo más importante en la valoración de una publicación científica es el «fondo» del artículo (lo que se dice), pero también debemos prestar atención a la «forma» (cómo se dice), pues el estilo científico puede condicionar que el trabajo sea aceptado o leído. Las palabras son la herramienta del escritor: el empleo de la palabra exacta, propia y adecuada es una regla fundamental del buen estilo científico. Y, hoy por hoy, los científicos aún debemos aprender a escribir mejor, a traducir mejor, a expresarnos mejor.
En el campo de la traducción, las palabras no siempre son lo que aparentan; y el mejor modo de decir algo en una lengua no siempre consiste en calcar, imitar o remedar el modo de decirlo en la otra. Por otro lado, cada año se acuñan en inglés neologismos médicos por millares, que hemos de importar rápidamente en castellano con la máxima precisión, claridad, rigor y corrección si queremos que nuestro idioma siga siendo útil como lengua de cultura y nos permita expresar el mundo que nos rodea, así como las hipótesis científicas que pretenden explicarlo.
Para aquéllos interesados en este tema, os dejamos ambos artículos: el previo de Anales de Pediatría y el actual de Emergencias. A ambos podéis acceder a través de los enlaces de la revista que os dejamos o bien a través del PDF en Slideshare adjuntos.
Feliz traducción...
Palabras y expresiones inglesas de traducción difícil o engañosa en investigación clínica, bioestadística y «medicina basada en la evidencia» from Javier González de Dios
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