UNICEF acaba de publicar un informe sobre el bullying, del que destacamos algunos mensajes que deben ser compartido y difundidos.
- El bullying o acoso es la agresión para ejercer poder sobre otra persona. Concretamente, los investigadores lo han definido como una serie de amenazas hostiles, físicas o verbales que se repiten, angustiando a la víctima y estableciendo un desequilibrio de poder entre ella y su acosador. A medida que las dinámicas sociales han ido cambiando a lo largo del tiempo y debido al auge y uso de las tecnologías de la información y de la comunicación como Internet o los teléfonos móviles, los niños están cada vez más expuestos a nuevas formas de bullying.
- El bullying más frecuente es el verbal (insultar, burlarse, poner motes, etc), pero también puede ser físico (empujar, pegar, romper cosas, acoso sexual, etc) o social (amenazas).
- En el bullying encontramos tres protagonistas: los agresores, las víctimas y los testigos, cada uno de ellos con unos perfiles bastante característicos. Es un problema más frecuente de lo que pensamos y tiene consecuencias importantes de salud para todos los implicados: los agresores suelen tener mayor riesgo de personalidad antisocial, conductas delictivas y ser agresivos en su futura relación de pareja; las víctimas suelen desarrollar problemas psicosomáticos, ansiedad, depresión, fobia a la escuela, fracaso escolar y, en su extremo, intentos de suicidio; los testigos desarrollan, con su inhibición y contemplación repetitiva de actos agresivos, una insensibilización ante el dolor ajeno.
- Si bien las investigaciones han hallado factores de riesgo que pueden favorecer comportamientos de acoso, hay una serie de factores que auguran un comportamiento abusivo por parte de un niño: los que han sufrido malos tratos a manos de sus cuidadores conservan una mayor propensión para acosar a otros, particularmente, aquellos que han sufrido abusos físicos o sexuales. También contribuye considerablemente haber presenciado violencia en el hogar. Además, las investigaciones identifican la hiperactividad-impulsividad, una capacidad de auto-control baja y el trastorno por déficit de atención o hiperactividad como indicadores de futuros casos de acoso.
- Algunos estudios sugieren que los varones tienen más probabilidad de ser perpetradores de acoso que las niñas y de utilizar la violencia física o amenazas. Las niñas, por su parte, aparecen como más proclives al uso de formas de acoso relacionadas con la psicología, como la exclusión de sus pares o la propagación de rumores.
- El bullying es un problema global. Existe a cualquier nivel y forma en todos los países. El bullying es un problema no de los niños, sino de toda la sociedad. Sumémonos al #ENDviolence.
Hola. me alegra ver que Unicef se involucra en este táctica de acoso escolar con un informe tan completo. Hay que erradicar este tipo de prácticas. Seguimos en contacto
ResponderEliminar