El pasado 22 de enero tuvo lugar la Jornada de Seguridad del Paciente en el Hospital General Universitario de Alicante. Un tema siempre de gran interés en materia de calidad y de gestión y alrededor de que se trataron distintos temas.
En España, tenemos varias experiencias previas en materia de seguridad del paciente: el Estudio ENEAS en Atención Hospitalaria (2005), el Estudio SYREC en Medicina Intensiva (2007), el Estudio APEAS en Atención Primaria (2008) y el Estudio EVADUR en Urgencias Hospitalarias (2010).
La seguridad del paciente incluye las actuaciones orientadas a eliminar, reducir y mitigar los resultados de los eventos adversos (EA) de la asistencia sanitaria evitables, al tiempo que propicia un cambio cultural que destierre todo atisbo de cultura reactiva que culpabilice a los profesionales por sus errores. Porque la salud puede ser que no tenga precio, pero si tiene costes y uno de estos costes son los EA y las víctimas.
Cuando se produce un EA, las primeras víctimas son los pacientes, pero éstos no son los únicos damnificados. Las consecuencias pueden ser devastadoras para el profesional implicado (segunda víctima) y para la propia institución u organización (tercera víctima), porque también ellos sufren cuando ocurre un EA.
- Las PRIMERAS víctimas de los EA son los pacientes. Sobre ello hemos hablado en otro post del blog y es nuestro trabajo protegerles de cualquier daño derivado de la asistencia sanitaria.
- Las SEGUNDAS víctimas son los profesionales de la salud (entendido como cualquier prestador de servicios en el sector sanitario: médicos, enfermeras, personal de apoyo, estudiantes y voluntarios) que se ve implicado en un EA y por ello quedan afectados profesional y personalmente.
Porque el profesional sanitario implicado en un EA inevitable queda traumatizado por esa experiencia. Y hay que tener en cuenta que hay estudios que marcan en tan sólo un 5% los profesionales sanitarios que nunca se han visto implicados en algún error clínico, de ahí la importancia del problema. Según los estudios APEAS y ENEAS, el 15% de los profesionales sanitarios se ven envueltos en algún EA cada año (en la mayoría de casos, EA sin consecuencias graves). Y hasta un 2% abandonan la profesión tras sufrir en ellos las consecuencias de un EA.
Las consecuencias en la segunda víctima son de distinto tipo: emocionales, personales, familiares, legales, de reputación, miedo a ser imputado, etc. La sinceridad y las disculpas son dos premisas para la comunicación de EA y errores a los pacientes: o dicho de otra forma, la ventaja de decir “lo siento”.
- Las TERCERAS víctimas son las instituciones sanitarias que ven amenazado su prestigio y el de sus profesionales como consecuencia de la ocurrencia de un EA con consecuencias graves en uno o más pacientes.
Es evidente que en materia de EA y de seguridad del paciente tenemos pasado que revisar, presente que describir y analizar y, sin duda, futuro para cambiar conductas y normalizar buenas prácticas. Es necesario crear una adecuada cultura en seguridad del paciente, una cultura ligada a mejorar la calidad asistencial. El aforismo “primum non nocere” tiene que llegar de forma reflexiva y rigurosa a los tres niveles de gestión clínica: macro, meso y microgestión.
Hola Javier: ojalá que esa idea tan bien expresada se puede plasmar a nivel de la especialidad de Pediatría dónde si cabe es más difícil objetivar los EA, al menos por parte de los perjudicados. Que tu impulso pueda servir para generar una cultura de seguridad, objetivo por el que muchos luchamos desde hace tiempo. constituyendo AEGRIS, Asociación que tengo el honor de presidir, en el año 1998 . Muchas gracias por esta aportación. Un cordial saludo
ResponderEliminarGracias a ti, José María y al trabajo que realizáis desde AEGRIS, un ejemplo a seguir. Un abrazo.
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