El concepto de los 1000 primeros días de vida no es novedoso, pues si es cierto que está de actualidad en el último año, motivo de reuniones, cursos y congresos de nutrición.
Los 1000 primeros días de vida es la suma del periodo de la gestación (270 días), y del primer (365 días) y segundo año de vida (365).
Una eta que se viene considerando una “ventana de oportunidad” donde algunos aspectos de la salud a largo plazo están “programados” durante esa etapa y donde la NUTRICIÓN es clave en 4 aspectos:
- En el CRECIMIENTO FÍSICO: lo más evidente. El periodo con mayor crecimiento de la vida: de 1 célula se pasa a 500 millones de células
En el primer años de vida el peso se triplica y la talla aumenta un 50%.
- En el DESARROLLO COGNITIVO: lo más fascinante. Se desarrollan el 80% de las capacidades cognitivas adultas y en estos dos primeros años de vida se triplica el tamaño del cerebro del recién nacido.
- En la MADURACIÓN INMUNOLÓGICA: lo más complejo. En los dos primeros años de vida se organiza el órgano inmunitario más potente (la barrera intestinal y los 1000 millones de bacteria que alberga) y en ese mismo tiempo madura el resto del sistema inmunitario frente a infecciones y alergias.
- En la PROGRAMACIÓN METABÓLICA: lo más reciente. La nutrición en el embarazo y dos primeros años condiciona la obesidad futura y enfermedades asociadas al llamado síndrome metabólico: diabetes, hipertensión, arterioesclerosis.
Una etapa clave para evitar errores por defecto (carencias nutricionales) y también por exceso (demasiadas proteínas).
Un crecimiento, desarrollo y maduración funcional óptimos del lactante y niño dependen claramente de una adecuada ingesta y del equilibrio de más de 50 macro- y micronutrientes esenciales.
De todos ellos, las proteínas son, con diferencia, el nutriente más determinante para el crecimiento, desarrollo y salud.
En el primer mundo una ingesta excesiva de proteínas en la infancia se ha convertido en algo habitual. En España, el estudio ALSALMA (2013) ha determinado dos datos de interés: 1) Que el 97% de los lactantes entre 7 y 12 meses consumen exceso de proteínas; y 2) Que los niños entre 13 y 36 meses consumen 3,8 veces más proteínas que las recomendadas.
El exceso de proteínas tiene un efecto adverso a corto y largo plazo en la salud. De acuerdo con la “Hipótesis del aporte excesivo de proteínas” en la infancia temprana “programa” una tendencia hacia la ganancia de peso temprana y la formación de células grasas (actividad adipogénica).
Sobre estos temas profundiza la ponencia adjunta y con dos mensajes claros:
1) La LACTANCIA MATERNA es el mejor alimento en la primera infancia.
2) No todas las LACTANCIAS ARTIFICIALES son iguales.
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