La práctica deportiva es una actividad habitual de nuestros niños y adolescentes. Muchos de ellos realizan una práctica intensiva, con incluso tres-cuatro entrenamientos por semana, a lo que hay que añadir los partidos que se celebran los sábados y domingos.
Es por ello importante que los niños que realizan esta práctica intensiva se sometan a reconocimientos previos que determinen su estado de salud y la idoneidad del deporte que han escogido.
Podemos leer en la web de la Asociación Española de Pediatría que "la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas (SECPCC) y el Consejo Superior de Deportes (CSD) han elaborado la "Guía Clínica de evaluación cardiovascular previa a la práctica deportiva en pediatría", que ha sido avalada por numerosas sociedades científicas, entre las que se encuentra la AEP.
La Guía recomienda incluir a todos los niños y adolescentes desde los 6 hasta los 18 años que practiquen o vayan a practicar cualquier deporte de competición, para realizar un reconocimiento que incluye un cuestionario, una exploración física (con medición de peso, talla y tensión arterial) y un electrocardiograma."
El documento es muy interesante y pertinente. Está avalado por las siguientes sociedades científicas y organismos oficiales:
- Sociedad Española de Cardiología (SEC)
- Fundación Española del Corazón (FEC)
- Asociación Española de Pediatría (AEP)
- Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap)
- Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP)
- Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC)
- Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN)
- Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)
Podéis descargaros el documento desde la web de la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas o bien desde el slideshare que os hemos insertado bajo estas líneas:
El objetivo principal de la Guía es homogeneizar la práctica de los reconocimientos cardiovasculares predeportivos en Pediatría, con la finalidad de detectar anomalías cardiovasculares que puedan constituir un riesgo vital para el niño que practica deporte. Se pretende con ello disminuir el riesgo de muerte súbita cardíaca.
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