Francisco Javier de Balmis y Berenguer fue un médico alicantino cirujano honorario de la corte del rey Carlos IV. Su nombre ha quedado vinculado a la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (conocida como Expedición Balmis, en su honor) que realizó hacia las colonias españolas de América y Filipinas para difundir la vacuna de la viruela, un hito en la historia de la medicina.
La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna partió del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803. De allí viajó a San Juan de Puerto Rico, Puerto Cabello, Cartagena de Indicas, Caracas, La Habana, Mérida, Veracruz y la Ciudad de México. La vacuna llegó a lugares tan lejanos como a Texas en el norte y a Nueva Granada en el sur. Aunque no el propio Balmis, otros miembros de su expedición, entre ellos el doctor Josep Salvany (otra alma mater de esta expedición), llevaron la vacuna a América del Sur y al sur bajo dominio español en el Pacífico.
Fue una expedición de carácter filantrópico que dio la vuelta al mundo y duró desde 1803 hasta 1814. Su objetivo era en principio que la vacuna de la viruela alcanzase todos los rincones del por entonces Imperio español, ya que la alta mortandad del virus estaba ocasionando la muerte de miles de niños. Para que la vacunación fuera posible y llegará a América, Balmis inoculaba el virus a dos niños cada ciertos días, niños que embarcaron en la expedición y que fueron perpetuando la llegada del virus en las lesione de su piel. La linfa vacunal se conservó mediante el paso directo de persona a persona durante el viaje, concretamente 22 niños que habían padecido la viruela.
De esta forma, se hacía algo por paliar la acción de los conquistadores de haber extendido la enfermedad a América a principios del siglo XVI (se cree que las epidemias de la viruela, tuvieron un importante papel en la destrucción del imperio azteca), ya que la introducción de la vacuna fue una de las misiones sanitarias más importantes de la historia, el primer ejemplo de campaña de vacunación masiva en la historia.
Es así como Balmis se constituye en un referente de la vacunología en España. Y por ello, la Asociación Española de Pediatría constituyó el Premio Balmis en el año 2004 y lo hizo durante varias ediciones. Y de similar manera, para difundir y glosar la figura y la gesta del médico alicantino Francisco Javier Balmis, el Rotary Club Alicante instauró el mismo un premio similar en el año 2008.
Este fin de semana ha tenido lugar la concesión del VII Premio Balmis en Alicante, y tuvo un hecho particular de interés: la proyección de "Una expedición a la eternidad", un documental con el guión, la producción y la dirección del cineasta valenciano Carlos Ibáñez que narra la vida del insigne facultativo, así como las peripecias de su expedición. En dicha película documental se entrevista a historiadores como María José Baguena, Pablo Pérez, José Tuells, Emilio Soler y mi buena amiga, Rosa Ballester, Catedrática de Historia de la Medicina de la Universidad Miguel Hernández.
Lo peculiar de este acto es que alrededor de esta figura tan emblemática en la pediatría (y más en estos momentos de aguzados movimientos antivacunas) y en Alicante, la cena de gala se ofreciera con carácter benéfico a nuestro Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario de Alicante, y en concreto al proyecto de Arteterapia, “Viajes del corazón al corazón”.
Y a este Quijote alicantino de la medicina también se le acaba de dedicar una novela, “A flor de piel”, del novelista madrileño Javier Moro (que mientras escribo este post veo que se publicita ya en televisión). Porque Balmis no descubrió la vacuna de la viruela (honor que se atribuye a Edward Jenner), pero si llevó a cabo la misión humanitaria "más grande de la historia".
Casualmente acabo de postear sobre el mismo tema. Es increíble lo poco que esta hazaña ha trascendido no solo a las colegios sino también a las facultades de medicina! Un saludo (de una fan incondicional de vuestro blog!).
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