Hace tres semanas publicamos en este blog un post bajo el título de "OMS, Cáncer, Carne, Periodismo y Estupidez: totum revolutum" en relación con la noticia de que la OMS catalogaba a la carne roja como probable carcinógeno para los humanos (grupo 2A) y a las carnes procesadas como carcinógenos para los humanos (grupo 1). Como era de esperar, y gracias a la coherencia de la mayoría de los mortales que campamos por este mundo, el post tuvo amplia difusión y aceptación.
Hace poco el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, tras la polémica causada por este informe de la Agencia para la Investigación sobre el Cáncer respecto al consumo de carnes rojas y procesadas, ha lanzado un comunicado breve y de gran interés sobre cuánta carne debe comer un niño, por la ciencia y conciencia que comporta y que invito a leer en su totalidad en este enlace.
Solo enumeraré unos párrafos, pero creo que son suficientemente significativos, para atender a cualquier posible duda de padres o familiares sobre cuánta carne debe comer un niño:
"¿Y cómo deberá influir este informe en los consejos respecto al consumo de carne en nuestros niños?
Probablemente no haga sino reafirmar las recomendaciones para la alimentación en nuestros niños. La dieta debe estar basada sobre todo en el consumo diario de alimentos a base de cereales u otro tipo de granos, junto con fruta, verdura y hortalizas en cantidad suficiente. Además, debe incluir alrededor de 400 ml de leche u otros derivados lácteos y 2 raciones diarias de carne magra, pescado, huevo o legumbres (una ración equivale aproximadamente a 100 gramos de carne o 125 gramos de pescado o un huevo mediano), como desde este Comité y desde la Asociación Española de Pediatría se aconseja.
Las carnes –pero también los pescados y los huevos– son fuente de proteínas de alto valor biológico, y también de fósforo, hierro y vitaminas del grupo B. Generalmente se aconseja que los niños tomen sobre todo carnes blancas, por su menor contenido en grasas. No es necesario que todos los días el menú de los niños contenga carne, pues puede alternarse con los otros grupos de alimentos proteicos ya comentados. Por ejemplo, en el patrón tradicional de la dieta mediterránea, las carnes casi forman parte de la "guarnición" del plato principal, a base de pasta, arroz o legumbres. Tan importante como la carne en sí es su forma de cocinarla, siendo aconsejable limitar su consumo en forma de fritos; y, por supuesto, usando aceites de calidad –el de oliva es un buen ejemplo-, sin reutilizarlos para otros días.
Comer bien es usar el sentido común. No hay alimentos "buenos" ni alimentos "malos". Hay buenos y malos hábitos alimentarios que surgen de saber hacer compatible comer de todo, en las cantidades necesarias, de acuerdo a las costumbres y tradiciones del lugar donde nacimos y nos criamos. Y estos buenos hábitos se aprenden pronto en la vida del niño, más por el ejemplo que por el consejo".
Creo que queda claro... Nada que no hayamos dicho los pediatras (hasta quedarnos afónicos) desde hace muchos décadas y que conocen bien nuestras familias, con esas madres y abuelas tan inteligentes que nos rodean (que yo pienso que la OMS tendría que mirar en contratar a más de una y echar a unos cuantos de los de plantilla...). Y en España con más razón, pues es la esencia de nuestra preciada dieta mediterránea.
¡Sí señor, el último párrafo... clavado!
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