El título de este post viene recogido de la Editorial publicada hace unos meses por la revista Educación Médica, cuyo autor es mi buen amigo el Dr. José Antonio Gutiérrez Fuentes, un médico internista buen conocedor del panorama científico en España, después de su larga trayectoria entre los que se incluye su cargo de Fundador y Primer Presidente del Centro Nacional de Investigación Oncológica (CNIO), Director General del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) o Miembro del Consejo Honorífico de Fundación Lilly, entre otros muchos.
Un firme defensor de la calidad de la investigación. Pero también un firme defensor de la calidad de la publicación en español, de su difusión y visibilidad en el panorama internacional, aspecto que comparto y que compartimos en el proyecto MEDES (MEDicina en ESpañol) desde hace más de una década. Porque el interés en publicar en inglés (idioma de la ciencia en buena parte del siglo XX y actualmente) no debe excluir que se pueda y deba también publicar en español. A medida que se disponga de medios de difusión científicos competitivos en nuestro idioma, mucha de la ciencia que se realiza y escribe en español podrá ser transmitida, leída, referenciada y, en definitiva, tenida en cuenta. Además, potenciar los medios de comunicación científica en español no solo no debe contraponerse con la publicación en revistas extranjeras, sino encontrar en ello aspectos complementarios. La publicación en español no debe entenderse como una actitud “frente al”, sino “aliada con” el inglés.
La creciente potencialidad del mercado editorial en Iberoamérica y la cada vez mayor contribución en biomedicina de los autores de habla hispana hacen posibles y necesarios los medios de comunicación científica en español. Se trata de lograr una mayor difusión de la ciencia que se realiza en nuestros países y que permita elevar el nivel de calidad y el impacto de sus revistas. Pero, aunque las revistas científicas españolas han experimentado mejora en los últimos años (en repertorios como la Web of Science o el Journal Citation Reports), aún estamos lejos de estar bien y para superar esta situación, deberían darse una serie de circunstancias para mejorar, que el autor apunta:
- Por un lado necesitamos un decidido esfuerzo editorial, y lograr que los investigadores vean en las revistas científicas españolas recipientes dignos y competitivos de sus trabajos.
- El prestigio de las revistas se alcanza solo a través de la calidad de los trabajos que publican. El autor quiere saber que dichas revistas son leídas y valoradas en los lugares adecuados, y que, a través del factor de impacto correspondiente, se les concede el mayor reconocimiento objetivo.
- Incremento del número de suscripciones en bibliotecas, fuente esencial de financiación de las revistas, ya que las suscripciones individuales suelen venderse a precio de coste.
- Criba y selección dentro del excesivo número y escasa calidad de algunas revistas, lo que se traduce en escasos números por volumen anual, irregularidad en su aparición, tiradas muy cortas, mala distribución y pobre visibilidad exterior, especialmente en Internet.
- Apuesta por la calidad real de los manuscritos con adecuados controles de calidad en el proceso de edición, producción y distribución.
- Defensa de la utilización del idioma español, sin ignorar que en el terreno de la comunicación científica actual y particularmente en las revistas profesionales, cuya misión prioritaria debiera ser publicar artículos originales de investigación y darlos a conocer a la comunidad científica internacional, el inglés resulta imprescindible -como lo fueron en su día el latín, el francés o el alemán-.
Podemos reafirmar que la utilización del español encuentra sitio preferente en la aproximación del conocimiento al que ha de ponerlo en práctica (en el caso de la Medicina el médico clínico), a través de la divulgación de aspectos básicos del conocimiento científico, en forma de revisiones de temas de actualidad o específicamente docentes. Existe una importante necesidad y mercado para ello, sin renunciar a llegar a tener publicaciones en español de alto contenido científico y factor de impacto. Aconsejamos la lectura de esta editorial adjunta. Pero para llevar a cabo todo lo anterior se hace necesario una estrategia en investigación y desarrollo que integre adecuadamente políticas industriales, tecnológicas y científicas.
Este es un tema que hemos comentado reiteradamente en este blog. Y que volvemos a comentar. Y por una sencilla razón: porque es posible comunicarnos, entendernos y crecer en español.
La creciente potencialidad del mercado editorial en Iberoamérica y la cada vez mayor contribución en biomedicina de los autores de habla hispana hacen posibles y necesarios los medios de comunicación científica en español. Se trata de lograr una mayor difusión de la ciencia que se realiza en nuestros países y que permita elevar el nivel de calidad y el impacto de sus revistas. Pero, aunque las revistas científicas españolas han experimentado mejora en los últimos años (en repertorios como la Web of Science o el Journal Citation Reports), aún estamos lejos de estar bien y para superar esta situación, deberían darse una serie de circunstancias para mejorar, que el autor apunta:
- Por un lado necesitamos un decidido esfuerzo editorial, y lograr que los investigadores vean en las revistas científicas españolas recipientes dignos y competitivos de sus trabajos.
- El prestigio de las revistas se alcanza solo a través de la calidad de los trabajos que publican. El autor quiere saber que dichas revistas son leídas y valoradas en los lugares adecuados, y que, a través del factor de impacto correspondiente, se les concede el mayor reconocimiento objetivo.
- Incremento del número de suscripciones en bibliotecas, fuente esencial de financiación de las revistas, ya que las suscripciones individuales suelen venderse a precio de coste.
- Criba y selección dentro del excesivo número y escasa calidad de algunas revistas, lo que se traduce en escasos números por volumen anual, irregularidad en su aparición, tiradas muy cortas, mala distribución y pobre visibilidad exterior, especialmente en Internet.
- Apuesta por la calidad real de los manuscritos con adecuados controles de calidad en el proceso de edición, producción y distribución.
- Defensa de la utilización del idioma español, sin ignorar que en el terreno de la comunicación científica actual y particularmente en las revistas profesionales, cuya misión prioritaria debiera ser publicar artículos originales de investigación y darlos a conocer a la comunidad científica internacional, el inglés resulta imprescindible -como lo fueron en su día el latín, el francés o el alemán-.
Podemos reafirmar que la utilización del español encuentra sitio preferente en la aproximación del conocimiento al que ha de ponerlo en práctica (en el caso de la Medicina el médico clínico), a través de la divulgación de aspectos básicos del conocimiento científico, en forma de revisiones de temas de actualidad o específicamente docentes. Existe una importante necesidad y mercado para ello, sin renunciar a llegar a tener publicaciones en español de alto contenido científico y factor de impacto. Aconsejamos la lectura de esta editorial adjunta. Pero para llevar a cabo todo lo anterior se hace necesario una estrategia en investigación y desarrollo que integre adecuadamente políticas industriales, tecnológicas y científicas.
Este es un tema que hemos comentado reiteradamente en este blog. Y que volvemos a comentar. Y por una sencilla razón: porque es posible comunicarnos, entendernos y crecer en español.
Estimado doctor,
ResponderEliminar¿Podría facilitarme una dirección de correo electrónico en la que pueda contactar con usted? No he logrado encontrarla en el blog. Muchas gracias. Saludos.
Hola Nuria:
ResponderEliminarEn esta web (http://www.pediatraalicante.es/) verás un icono que indica "Contacta con el Doctor" y a partir de ahí te puedes comunicar conmigo. Un saludo.