En la revista de enero de 2016 de UNICEF aparece un artículo que vale la pena revisar, como la mayoría de las experiencias de esta organización. El artículo lleva el título del post.
Porque no importan dónde se encuentre o de dónde procedan, todos los niños tienen los mismo derechos. Pero en un contexto de guerra, violencia y persecución, los niños son más vulnerables y necesitan una atención y protección especiales.
Actualmente más de 4,5 millones de niños han tenido que huir de sus casas debido a los conflictos y la inestabilidad que viven sus países de origen, como Siria, Afganistán , Iraq, Sudán o Somalia. Lo hacen, solos o con sus familias, en busca del lugar seguro y de una vida mejor, llámese Turquía, Líbano, Jordania o Europa.
La crisis actual de refugiados y migrantes en la Unión Europea es una crisis sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial y es un crisis con rostro de niño. Estos son algunos números terribles:
- Más de 1 millón de refugiados y migrantes han llegado a Europa por mar en 2015
- De ellos, la mitad son sirios.
- Uno de cada cuatro solicitantes de asilo son niños.
- Necesitan ayuda urgente alrededor de 25.000 niños.
Pero detrás de los números hay niños y niñas con rostro y con derechos internacionales. Para la mayoría de ellos que abandonan su país, el peligro que implica quedarse es muchísimo mayor que el de marcharse.
Siria es un ejemplo horríblemente paradigmático: casi un lustro de violencia ha reducido a escombros las principales infraestructuras, privando a millones de niños de educación, atención sanitaria y servicios básicos como el agua o la electricidad. Una de cada cuatro escuelas y dos de cada tres hospitales están destruidos.
Y lo peor de todo: el estado de anestesia moral permanente en el que nos hemos acomodado en el llamado Primer Mundo. El bombardeo de noticias trágicas un día sí y otro día también, a través de prensa escrita, radio y televisión, parece producir cierto estado de indiferencia ante las tragedias que están teniendo lugar ahora mismo en diversas zonas del planeta... y casi todas tienes rostro de niño.
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