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sábado, 2 de julio de 2016

Cine y Pediatría (338). "Volver a nacer"... las veces que haga falta


La llamada Guerra de los Balcanes duró tres años, tiempo suficiente para convertirse en el conflicto más sangrientos en suelo europeo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, con resultado de unas 200.000 muertes y millones de personas que perdieron sus hogares. Veinte años después del final de la guerra, persisten ecos bélicos y de desconfianza del sangriento conflicto de nacionalismos que nos han dejado como secuela el término "balcanización" al que recurrentemente el hombre sigue queriendo caer varias veces en la misma piedra. 

Con este trasfondo de aquella guerra y postguerra de los Balcanes, recordamos hace un tiempo la única película de los países de la ex-Yugoslavia que por el momento se encuentra en Cine y Pediatría: Klip (Maja Milos, 2012), una cinta serbia que se constituye en una de las historias más duras de los últimos años, una película polémica por necesidad y de un realismo que hiere los ojos. Una película que mezcla la pérdida de rumbo de adolescentes en un país que acaba siendo víctima y verdugo de su propia desgracia, de la incomunicación entre padres e hijos, de ambientes sin valores, donde campa a sus anchas la violencia, el sexo, el machismo, las drogas y el rencor a la belleza de la vida. 

Y hoy traemos otra película con ese trasfondo, aunque desde Italia y en forma de historia de amor y de maternidad. Una película del actor y realizador Sergio Castellito, quien repite con dos mujeres: adapta de nuevo un novela escrita por su propia esposa, Margaret Manzzantini, que se convirtió en un auténtico fenómeno editorial en Italia y que se tradujo como "La palabra más hermosa" y vuelve a contar con Penélope Cruz. Lo hizo en el año 2004 con la película No te muevas; y en el 2012 repite fórmula con nuestra película de hoy, Volver a nacer

Volver a nacer está contada en dos tiempos, que se van entremezclando durante todo el metraje, el pasado y el presente. La película comienza en el presente, con una llamada inesperada que recibe en Italia Gemma (Penélope Cruz) de su viejo amigo Goiko, quien la invita a volver a Sarajevo, ya que se inaugura una exposición de fotografías de la terrible Guerra que ella vivió allí, y entre ellas alguna del gran amor de su vida, Diego (Emile Hirsch). Es así como  Gemma regresa 16 años después acompañada de Pietro, su hijo adolescente (Pietro Castellito, hijo del director), al país donde vivió sus mejores alegrías y sus peores pesadillas, para mostrarle a éste un poco más acerca de su padre, un padre que por desgracia no llegó a conocer nunca. 

A continuación, la película nos traslada al pasado, para mostrarnos la mágica historia de amor entre Gemma y Diego, entre una estudiante italiana y un fotógrafo americano hiperbólico con la vida ("Todos los días serán una fiesta conmigo, amor. Te lo prometo... No soporto estar triste"), que sufren el flechazo al ser presentados por Goiko en lo que parece una comuna. Con muchos avatares por medio, acaban unidos por el sueño de tener un hijo juntos: "Las historias de amor raras son las mejores", frase que demuestra el carácter bohemio del fotógrafo. 

Pero el sueño que se ve parcialmente truncado por la esterilidad de Gemma; a partir de ahí, comienza la lucha y los pensamientos. "Son óvulos ciegos. El cuerpo se libera de ellos de forma natural" le dice el ginecólogo, quien asevera: "Su factor de esterilidad es del 97%. Consideramos eso esterilidad total.. También se puede vivir sin hijos, Gema". Pero su marido le anima: "Los niños que tengan que llegar, llegarán" o "Tenemos que aprender a vivir sin hijos". Intentan la adopción, pero es desestimado por el antecedente de drogadicción del propio Diego: "La adopción es un proceso largo... Como psicóloga mi consejo es desaconsejarlo". 

Las dudas aparecen en Gemma: "He venido porque tengo miedo de perder al hombre que amo... Quiero atarlo con este hijo", le confiesa al ginecólogo; "Encontrarás a alguien con buenos ovarios. Que te dé hijos...", le dice a Diego. Poco después aparece Aska, una esbelta mujer que necesita dinero para poder viajar y lograr su meta, que es vivir de la música. Ella se ofrece como vientre de alquiler, y tras ser reticentes en un primer momento, Gemma y Diego acaban aceptando. Y esa guerra interior coincide con el estallido de la guerra en Sarajevo, porque con esta decisión Gemma se traga sus celos y Diego se traga su alma. Y lo que ocurrió aquella noche cambió la vida de los tres protagonistas de esta especial busca de la maternidad. 

Dudas y secretos no desvelados que acaban con Gemma huyendo a Italia con el hijo que ha comprado a Aska, mientras Diego permanece en Sarajevo con la vida truncada entre su gran amor, su alma llena de culpa y su terrible secreto. Finalmente Gemma conocerá a un nuevo hombre y tiempo después recibe la noticia que la destroza del todo, pues Diego es encontrado muerto, no por la guerra, sino por suicidio. 

De vuelta al presente, con su amigo Goiko y su hijo Pietro, Gemma tendrá que afrontar de lleno el pasado, un pasado que ni ella misma conoce. Y aquí todo se precipita: Goiko le revela que se ha casado, que tiene una hija, y que ahora regenta un restaurante; pero al llegar allí Gemma descubre que es Aska la esposa de Goiko, y se adentra así en la oscura historia que nunca llegó a conocer. Porque en realidad, el día que Diego debía acostarse con Aska no lo hizo, ya que en ese instante aparecieron los guerrilleros, violaron a Aska y se la llevaron, Diego logró esconderse, pero lo vio todo sin poder hacer nada y, sobre todo, sin poder proteger a Aska. Un tiempo más tarde logra rescatarla del lugar donde la tenían retenida, y logra también convencerla de seguir adelante con su embarazo para que Gemma sea feliz y consiga por fin ser madre. Así es como Gemma se da cuenta que en realidad Diego seguía enamorado de ella, que jamás le falló, pero que nunca fue capaz de superar la culpa, una culpa que le llevó al infierno sin que nadie pudiese evitarlo. 

Aska finalmente conoce a su hijo, aún sin que él sepa que es su madre. Pietro conoce a su hermana sin conocer que lo es, aunque comparten los mismos ojos de la madre. Finalmente Pietro, el hijo de Gemma y Diego, es hijo de una madre que no es su madre biológica y un padre que no es su padre biológico. Cruel situación que no llega a conocer, y en la que permanecen las crueles imágenes de Sarajevo y las palabras del médico que atendió a Aska cuando parió aquella criatura: "Me avergüenzo de pertenecer a la raza humana. Dios no nos perdonará. Ni siquiera los niños"

La película Volver a nacer ha recibido todo tipo de críticas, algunas no benévolas, por considerar que su director se ha embarcado en una materia complicada para su experiencia frente a la cámara. Pero todos coinciden en que la actuación de Penélope Cruz es una de las joyas de la producción. Nuestra actriz más internacional, musa por méritos propios en nuestro país de Bigas Luna (Jamón, jamón, 1982; Volavérunt, 1999), Fernando Trueba (Belle Époque, 1982; La niña de tus ojos, 1998; La reina de España, 2016) o Pedro Almodóvar (Carne Trémula, 1997; Todo sobre mi madre, 1999; Volver, 2006; Los abrazos rotos, 2009 ), y fuera de nuestro país de Woody Allen (Vicky Cristina Barcelona, 2008; A Roma con amor, 2012) o del propio Sergio Castellito, así como de tantos otros para un total de 62 películas en su haber. 
Y es que los dos protagonistas de esta especial de historia de amor y de maternidad han sido protagonistas destacados ya en dos películas de Cine y Pediatría: Penélope Cruz en ma ma (Julio Medem, 2016), donde nos regala a Magda y su lucha frente al cáncer de mama, y Emile Hirsch en Hacia rutas salvajes (Sean Penn, 2007), la historia real del joven Cristopher McCandless y su búsqueda de identidad. 

Volver a nacer no es una película excepcional, pero si es una película bellísima y durísima a la vez, una historia impregnada de dulzura y pasión, de esencias de la bella Italia pero también la cruda Sarajevo, una oportunidad para vivir en el presente y para no olvidar el pasado, para no confundir nacionalismo con patriotismo, para revivir el amor (y distintos tipos de amores) y la maternidad (y distintos tipos de maternidad). Una reflexión para no olvidar que ser feliz no es para siempre, y que la historia del mundo nos puede despedazar, que es momento de seguir defendiendo la libertad individual por encima del pensamiento único colectivo. Porque esta película nos recuerda que habrá que nacer tantas veces como sea necesario en la vida.

 

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