La Sociedad Española de Neonatología (SENeo), con la colaboración de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y la Red de Salud Materno Infantil y Desarrollo (red SAMID) acaba de publicar el Protocolo de seguimiento para el recién nacido menor de 1500 g o menor de 32 semanas de gestación. El documento no es nuevo, pues desde hace muchos años disponíamos de su versión en el grupo PrevInfad, pero ahora llega esta versión ampliada de 98 páginas y colaborativa.
Un documento necesario, por su metodología y por su utilidad, y donde las claves las podemos recoger en el resumen de su prólogo y objetivos.
Los avances de la Neonatología en las últimas décadas han conseguido disminuir significativamente la mortalidad de los niños nacidos con peso menor de 1500 g o con una edad gestacional menor de 32 semanas. Dado el mayor riesgo de discapacidad en estos recién nacidos, el seguimiento tras el alta se considera una actividad crucial de los cuidados neonatales.
A pesar de todo ello, se reconoce que en general faltan guías clínicas o protocolos consensuados a nivel nacional para estandarizar el seguimiento de estos niños. Solo hay un estudio con diseño de ensayo clínico que compara el resultado en salud de niños prematuros que acuden a una consulta de seguimiento con un acceso limitado para las familias con otro grupo que puede acudir a la consulta de seguimiento siempre que los padres lo requieran y que además está coordinado con los pediatras de Atención Primaria para la atención de los procesos agudos. Los niños de este último grupo, que recibieron un mayor apoyo tanto para la atención de los procesos crónicos como agudos, precisaron menos días de ingreso en Cuidados Intensivos durante el primer año de vida y tuvieron menos episodios de procesos potencialmente letales.
Se considera que la edad mínima de seguimiento son los 2 años de edad corregida. Aunque también se asume que de esta forma se detecta principalmente la discapacidad moderada/grave y que queda sin identificar y en muchos casos sin orientar, mucha de la patología que se muestra de forma más tardía en estos niños y que tiene que ver fundamentalmente con los aspectos emocionales, del comportamiento y del aprendizaje. Además, los hallazgos que se encuentran a los 2 años se van modificando a lo largo del tiempo, como demostró Ment en relación con el desarrollo verbal. Por tanto, sería deseable que los programas de seguimiento se desarrollen para prestar atención hasta los 5-7 años de edad o incluso hasta el final de la edad pediátrica.
Por todos los motivos anteriormente expuestos y dado que, como ya se ha referido, no hay protocolos nacionales disponibles sobre seguimiento de estos recién nacidos más vulnerables, es importante disponer de una guía de acciones
comunes que busca estandarizar las actividades según los criterios de buena práctica.
Los objetivos de este protocolo son:
• Determinar y estandarizar las evaluaciones que se deberían realizar a los niños menores de 1500 gramos y/o menores de 32 semanas de gestación incluyendo, en los posible, prácticas basadas en pruebas.
• Favorecer la coordinación entre Atención Primaria y las consultas de seguimiento de los hospitales.
• Proporcionar un instrumento de guía útil para los profesionales.
• Definir una serie de indicadores sencillos, que permitan conocer el grado de implantación del protocolo en distintos centros y comunidades autónomas con el objetivo final que todos los niños puedan disponer de los mismos recursos.
El protocolo completo se puede revisar en este enlace.
Un protocolo que existe el compromiso de ser revisado periódicamente por sus autores.
Un protocolo que existe el compromiso de ser revisado periódicamente por sus autores.
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