lunes, 2 de abril de 2018

Que el estoicismo nos acompañe...


Zenón de Citio fue un filósofo fundador de la escuela filosófica estoica, que inició hacia el 300 a. C. en Atenas, donde desarrolló su vida intelectual. Ponía énfasis en el bien racional que se obtenía a través de una vida virtuosa, es decir, acorde a la naturaleza. Su filosofía fue muy exitosa ya desde su época y floreció aún más durante el helenismo y durante el periodo imperial de Roma, de los siglos II a.C. al II d.C. 

Y de esa filosofía surge el adjetivo estoico para definir a aquel que muestra fortaleza y dominio sobre sí mismo, especialmente ante las desgracias y dificultades. Ni que decir tiene que parece un buen adjetivo para los tiempos que corren. 

Y más ahora que acaba de publicarse el libro "Cómo ser un estoico" del Dr. Massimo Pigliucci, quien nos propone un decálogo de "ejercicios espirituales" para aplicar los preceptos de Zenón de Citio al día a día del siglo XXI. 

1. Templanza. Reflexionar sobre la fugacidad de las cosas. 
2. Anticipación. Imponerse una cláusula de reserva. 
3. Autocontrol. Tómate un momento antes de reaccionar y descubrirás que es más fácil mantener el control. 
4. Solidaridad o sentir por el infortunio de todo el mundo el mismo nivel de dolor y empatía que sentimos por el propio. 
5. Observación, y deja que el silencio sea tu objetivo en la mayoría de las ocasiones. 
6. Sabiduría para elegir bien la compañía, tanto en el mundo real como en el digital. 
7. Humildad, pero no falsa humildad. 
8. Humor, con tus amigos y, especialmente, con tus enemigos. 
9. Prudencia, porque la prudencia es un arte. 
10. Reflexión. Al menos al empezar y acabar el día, y también durante el día. 

Que el estoicismo nos acompañe... Que falta nos va a hacer ante tanta procrastinación, mediocridad y falta de valores.

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