Más allá de las conocidas prevención primaria, secundaria y terciaria está la prevención cuaternaria, entendiendo como tal el conjunto de actividades sanitarias que atenúan o evitan las consecuencias de las intervenciones innecesarias o excesivas del sistema sanitario, ese exceso de celo diagnóstico, terapéutico y preventivo de nuestra medicalizada sociedad.
Es el concepto de prevención cuaternaria preciso para evitar la sobreutilización innecesaria en sanidad, que se define como la prestación de una asistencia sanitaria en ausencia de evidencia o cuando el beneficio potencial del procedimiento o tratamiento no supera sus riesgos. Esta sobreutilización de recursos diagnósticos, preventivos y terapéuticos está presente en todas las especialidades y en todos los sistemas sanitarios, y amenaza a la seguridad de los pacientes y a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.
Y luchar frente a ello es apostar por una Medicina Apropiada. Y son diversos y variados los movimientos para luchar frente a la sobreutilización y en favor de la Medicina Apropiada. Así, en los últimos años, la extensión mundial del movimiento Menos es Más Medicina ha propiciado identificar parte de esta sobreutilización merced a las iniciativas de instituciones y sociedades científicas que han elaborado recomendaciones de lo que No hay que hacer.
En España, en 2013, a propuesta de la Sociedad Española de Medicina Interna, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad lanzó la iniciativa Compromiso por la calidad de las Sociedades Científicas (ICC) al que se han sumado, hasta ahora, un total de 49 sociedades con el propósito de disminuir las intervenciones que no han demostrado eficacia, tienen escasa o dudosa efectividad, o no son coste-efectivas.
Y en estas lides acabamos de publicar en la revista Anales del Sistema Sanitario de Navarro el artículo titulado "Grado de conocimiento de la campaña Compromiso por la Calidad y de las recomendaciones no hacer entre médicos de familia, pediatras y enfermería de Atención Primaria" y que podéis revisar en este enlace.
Aún así, os dejamos los principales datos en este resumen estructurado:
- Fundamento. Evaluar si ICC era suficientemente conocida entre profesionales de atención primaria (AP), y valorar el grado de conocimiento de determinadas recomendaciones de lo que no debiera hacerse dirigidas a profesionales de AP.
- Material y métodos. Estudio observacional basado en un muestreo de conveniencia a profesionales de medicina de familia (MF), pediatría (PED) y enfermería (ENF). Se formuló una pregunta directa sobre si se conocía la ICC y una serie de preguntas dicotómicas basadas en las recomendaciones No Hacer para valorar el nivel de conocimiento. Se consideró necesario un tamaño muestral mínimo de 288 profesionales por cada colectivo, considerando un error del 5%, nivel de confianza del 95% y p=0,75. El estudio de campo se realizó con la colaboración de diversos servicios de salud y organizaciones profesionales y científicas. Los datos se describieron como frecuencias o media (desviación típica), y se compararon mediante χ2 /Fisher o ANOVA y t-test.
- Resultados. Respondieron correctamente a todas las preguntas 652 (69,7%) MF, 631 (92,5%) PED y 116 (40,6%) ENF. Cometieron significativamente más errores quienes no conocían las ICC, trabajan en el sector privado o no se consideraban responsables de la sobreutilización.
- Conclusiones. ENF y MF se beneficiarían de una mayor difusión de la ICC. Sin embargo, los PED tienen un buen conocimiento de las recomendaciones de No Hacer.
- Resultados. Respondieron correctamente a todas las preguntas 652 (69,7%) MF, 631 (92,5%) PED y 116 (40,6%) ENF. Cometieron significativamente más errores quienes no conocían las ICC, trabajan en el sector privado o no se consideraban responsables de la sobreutilización.
- Conclusiones. ENF y MF se beneficiarían de una mayor difusión de la ICC. Sin embargo, los PED tienen un buen conocimiento de las recomendaciones de No Hacer.
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