La Semana Mundial de la Lactancia Materna (SMLM), instaurada oficialmente por OMS / UNICEF en 1992, es actualmente el movimiento social más extendido en defensa de la lactancia materna. Se celebra en más de 120 países, del 1 al 7 de agosto, aniversario de la Declaración de Innocenti, firmada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en agosto de 1990 sobre la protección, el fomento y el apoyo de la lactancia materna.
En Europa, al ser agosto periodo típicamente vacacional, la Semana Mundial de la Lactancia Materna (SMLM) se celebra de común acuerdo la semana 41 del año. La fecha se escogió entendiendo que en un embarazo que empezase el 1 de enero, la semana más probable de parto y por tanto de inicio de la lactancia sería la semana 41, o sea, a principios de octubre.
Sea cuando sea, siempre es una buena fecha para celebrar el apoyo a la lactancia materna. Que esto se diga desde un blog pediátrico es fácil de entender. Y así lo hemos hecho en otros años, con tremendo seguimiento por parte de nuestros lectores.
Este año el lema de la SMLM 2018 es: "Lactancia materna, pilar de vida". Porque es clave recalcar que toda alianza debe priorizar el fortalecimiento de la acción conjunta con los gobiernos para que cumplan su misión de defender el derecho a amamantar de las mujeres, sus niños y niñas, con políticas y programas bien estructurados, eficientes y adecuadamente financiados y evaluados. Igualmente, toda alianza debe priorizar la acción conjunta con los movimientos sociales, instituciones, organizaciones y grupos, academia y otros que luchan por el interés público-bien común. Toda alianza debe tener claras salvaguardas para prevenir y evitar posibles conflictos de interés respetando los principios del Código Internacional de Comercialización de los Sucedáneos de la Leche materna, así como de la estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y Niño Pequeño.
Recordamos los objetivos de la SMLM 2018, cuya idea fundamental que este año se pretende destacar, tanto a través del logo como del eslogan de la campaña, es el vínculo entre la lactancia materna y la triada nutrición, seguridad alimentaria y reducción de la pobreza.
- Prevenir la malnutrición en todas sus formas.
La malnutrición se refiere tanto a la desnutrición, como al sobrepeso y a las enfermedades no transmisibles asociadas, y tanto una cosa como la otra tiene importantes riesgos para la salud a corto y largo plazo.
Por eso, es fundamental apostar por la lactancia materna para preservar la salud de la madre y el niño, porque en el caso de la mujer, la lactancia materna exclusiva le ayudará a recuperar más rápidamente el peso previo al embarazo, y a reducir el riesgo de desarrollar diabetes. Además, contribuirá también a minimizar las probabilidades de padecer cáncer de mama y ovario, así como hipertensión.
Por su parte, el niño alimentado con la leche de su madre minimiza el riesgo de padecer enfermedades infecciosas, respiratorias y diarreas graves, y en caso de aparecer las combate mejor. Además, la lactancia materna le ayuda a prevenir problemas dentales y de maloclusión.
- Asegurar la seguridad alimentaria incluso en tiempo de crisis.
El que todas las personas puedan acceder de forma segura a los alimentos, es algo que puede verse afectado en un momento dado por causas externas como desastres naturales, crisis humanitarias, conflictos, hambre o degradación ambiental.
Fomentar la lactancia materna es crucial en estos casos, ya que garantiza al bebé o al niño el acceso a un alimento seguro y ecológico (se produce y se entrega al consumidor sin contaminación, envases ni desechos), contribuyendo a su bienestar y a preservar su salud.
- Romper el ciclo de la pobreza.
Los costos a corto y a largo plazo de no amamantar afectan a la sociedad en su totalidad de las siguientes maneras:
1) Los bebés que no son amamantados tienen más probabilidades de contraer enfermedades, lo que conlleva mayores gastos en atención médica y tratamientos; y 2) La producción, el envasado, el almacenamiento, la distribución y la preparación de las fórmulas infantiles contribuyen al daño medioambiental, por lo que optar por lactancia materna además de todos los beneficios mencionados, ayudaría a proteger nuestro ecosistema.
Lo dicho, y todos a una: "Lactancia materna, pilar de vida". Y siempre con coherencia. Y nunca con posiciones extremas. Y en el apoyo a la lactancia materna los pediatras somos clave para unir posiciones y evitar los extremos.
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