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miércoles, 3 de octubre de 2018

Hikikomori, cuando la cárcel es tu habitación


Hikikomori es un término japonés que significa "reclusión" o "confinamiento". Y es un término que se utiliza para denominar una nueva conducta adictiva. De ello nos habló José José Gil, de la Unidad de Conductas adictivas de Elda, en el último Curso para Padres de Adolescentes celebrado en Alicante. 

Quienes padecen esta enfermedad, mayoritariamente varones adolescentes o jóvenes, se aíslan de la sociedad que les rodea para vivir como modernos ermitaños que no salen de su habitación, habitualmente pegados a una pantalla, ya sea del ordenador, la videoconsola, la televisión o un gadget que les ofrece acceso a Internet, negándose a ir a la escuela o al trabajo durante meses o incluso años. Apenas se relacionan, excepto con otros hikikomori, y normalmente de manera virtual. En muchos casos alteran los ritmos diarios: duermen de día, comen por la tarde y se pasan la noche conectados a Internet, jugando con videojuegos, leyendo cómics o viendo la televisión. 

Hace unos 20 años que nació la expresión hikikomori, para referirse a las personas que se han apartado de la sociedad, un problema muy poco comprendido aún hoy. Se calcula que en el país nipón este problema podría afectar a un millón de personas, lo que ha llevado al Ministerio de Salud japonés a abrir un centro de rehabilitación especializado en tratar la enfermedad. 

La definición de hikikomori incluye las siguientes características: 1)El afectado no trabaja ni estudia (lo que se dice, un "nini"); 2) No se considera que tenga una discapacidad mental; 3) No mantiene contacto con personas fuera de su familia, y lleva al menos seis meses prácticamente encerrado en su casa. El tercer punto es el más importante de la lista. 

Un hikikomori no tiene amigos y se encuentra aislado socialmente. Son personas sin interacción social, aislados en mitad de una gran ciudad. Son los nuevos ermitaños. Y lejos de ser una realidad lejana, en España también está presente, y se acerca a los que algunos llaman como "hijos ideales", porque: 
- apenas molestan, pues se pasan la vida en su habitación 
- duermen de día y juegan de noche 
- ni piden ni gastan dinero, ni tampoco siguen ninguna moda 
- jamas vuelven "perjudicados" por el alcohol, los porros u otras sustancias 
- dan mucha tranquilidad a los padres al no salir al mundo exterior donde hay tantos "peligros" 
-... 

Para conocer por qué se enganchan en concreto a las tecnologías y, sobre todo, a los videojuegos, debemos saber algo de lo que estos les aporta: 
- cuando juegan se sienten protagonistas de su propia vida, a diferencia de la vida real donde ellos se consideran meros figurantes de su existencia 
- pueden errar una y mil veces para aprender, y nadie les llama fracasados 
- pueden adoptar el avatar - personaje - que ellos les gustaría ser y no el que consideran que son 
- etc. 

También se pueden enganchar a las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram o WhatsApp), en ellas encuentran: 
- disponibilidad las 24 hs 
- amparados en el anonimato pueden decir o hacer lo que les plazca 
- inmediatez 
- el poder compartir con cualquier persona de cualquier sitio del mundo 
- etc. 

Es posible que las conductas previas solo sean candidatos a Hikikomori. Pero lo importante es conocer el término, y el peligro de las conductas adictivas con las nuevas tecnologías. Y es el momento de tomar el control de la educación tecnológica de nuestros hijos y de nuestros niños.

Y para prevenir, es necesario conocer...

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