En el documento de la OMS “Prevención del maltrato infantil: Qué hacer, y cómo obtener evidencias” (OMS, 2009), se especifica que para prevenir más eficazmente el maltrato infantil es necesario comprender antes la gravedad del problema.
Necesitamos datos epidemiológicos sólidos que nos permitan caracterizar el problema del maltrato infantil en nuestro medio, conocer sus causas, y observar atentamente los resultados de nuestras iniciativas.
El presente informe describe la información sobre las situaciones de violencia en la infancia detectadas desde el ámbito sanitario en la Comunitat Valenciana (CV), durante el periodo 2015-2016, procedente de la Hoja de Notificación para la atención sociosanitaria infantil y la protección de menores (HNASIPM), comparando los resultados con los del quinquenio anterior (2010-2014).
Conviene revisar todo el documento, que adjuntamos debajo, pero resumimos sus conclusiones y recomendaciones.
CONCLUSIONES:
1. Desde la implantación de la Hoja de Notificación en 2006, el número de notificaciones anuales ha aumentado de forma continuada. En los dos últimos años -2015 y 2016-, se ha alcanzado una tasa de 102,8 por 100.000 menores-año. Sin embargo, nuestra tasa de notificación es inferior a la registrada en otros países desarrollados. También hay que
destacar la gran variabilidad existente en la notificación por Departamentos de Salud.
2. Al igual que en otros países, la mayor incidencia de notificaciones se da en niños/as pequeños (menores de 5 años) y especialmente en los menores de un año, que es el grupo más vulnerable con una tasa de 526,12 por 100.000 menores-año, que quintuplica la tasa global.
3. Hay un ligero predominio femenino en las notificaciones a partir del primer año de edad, que se intensifica a partir de los 10 años de edad y se vuelve muy acusado en el grupo etario de 15-17 años.
4. La nacionalidad no española en los menores es un factor de vulnerabilidad que aumenta significativamente el riesgo sociosanitario, tanto en el periodo 2015-16, como en el quinquenio anterior.
5. Casi el 40% de las notificaciones corresponden a menores con algún criterio de riesgo de exclusión social, por lo que supone un eje de desigualdad respecto a las situaciones de violencia en menores en nuestro medio.
6. En la tipología de indicadores notificados hay un claro predominio de los de tipo familiar, especialmente en los menores de 1 año de edad, (sobre todo, padres jóvenes e inmaduros y situación económica precaria), seguido de los físicos y comportamentales, constituyendo un patrón similar al obtenido en el quinquenio anterior. Los indicadores predominantes, señalan dificultades sociales y personales de los padres y situaciones de maltrato de diversa
tipología (física, emocional, sexual) en los hijos/as.
7. En las notificaciones con indicadores de abuso sexual, más de la mitad (62,94%), corresponden a un relato de dicho abuso. El grupo de edad más afectado es el de 1-4 años (36%), seguido del de 10-14 años. Este patrón es similar al obtenido en el quinquenio anterior. Hay un predominio de niñas en todos los grupos etarios (70%), pero especialmente a partir de los 10 años de edad.
8. En los indicadores comportamentales, destaca por su gravedad el intento de suicidio, en el que existe un claro predominio de las niñas (70,05%) y del grupo etario de 10-14 años (70,7%).
9. En más de la mitad de las notificaciones se han registrado varios tipos de indicadores, predominando los de tipo familiar y físico. Cuando se analiza la agrupación de indicadores, destaca la agrupación de indicadores de abuso emocional en los menores con indicadores de dificultades de los padres en la crianza, situaciones de violencia familiar o doméstica, o patrones no idóneos de crianza. También se observa una agrupación de indicadores familiares que reflejan situaciones de vulnerabilidad económica o personal de los padres con indicadores de tipo físico de negligencia en los menores.
10. La deficiente cumplimentación de algunas variables como caso reiterado/aislado en la Hoja de Notificación, dificulta la interpretación de aspectos importantes para la caracterización del riesgo sociosanitario y situaciones de violencia en menores en nuestro medio.
RECOMENDACIONES:
1. Desarrollar progresivamente estrategias generales de apoyo a la crianza en el sector sanitario, junto con estrategias específicas en familias vulnerables, de forma coordinada con la labor desarrollada desde otros ámbitos:
- formación de profesionales
- protocolización de actuaciones individuales y grupales para la mejora de habilidades parentales
- subvenciones a entidades locales para desarrollar actuaciones de apoyo a la crianza
- captación activa y apoyo a familias vulnerables (visitas domiciliarias, etc.)
2. Impulsar la promoción del buen trato, la detección precoz de estas situaciones, así como el abordaje interdisciplinar en los servicios sanitarios:
- mejorar la formación de los profesionales sobre el abordaje del riesgo sociosanitario
- sensibilizar a los profesionales sobre las características de las familias y de los menores con mayor vulnerabilidad de riesgo sociosanitario y violencia en menores
- generalizar la hoja de notificación informatizada en atención especializada
- desarrollar la protocolización de casos complejos.
3. Facilitar el trabajo en red intersectorial en los casos que lo requieran:
- desarrollar estructuras de colaboración interprofesional y de trabajo en red
- desarrollar órganos territoriales de coordinación (comisiones de coordinación locales, comarcales, etc.)
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